‘Nothin’ Personal. Just Business’, de Josep Busquet y Andre

Editorial: Spaceman Project.

Guion: Josep Busquet.

Dibujo: Andre.

Páginas: 160.

Precio: 20 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Diciembre 2018.

Nos va a costar, porque da para escribir mucho, pero nos vamos a guardar la sorpresa que esconde Nothin’ Personal. Just Business porque es muy divertido descubrirla en su interior. Es indudablemente mucho mejor que recibamos así las sensaciones que podíamos tener ante cualquier historia, cuando no era noticia que se emitían seis segundos de metraje de la serie de televisión más esperada o, por volver a este mundo de viñetas, cuando la portada era el reclamo de un cómic. Josep Busquet y Andre han orquestado una de esas historias que parece nacer de una noche de cañas entre autores que quieren pasárselo bien ellos en primer lugar y de esa manera contagiar a los lectores que den el paso de sumarse a esta aventura. Paso que, además, es más voluntario que de costumbre, pues Nothin’ Personal nace del crowdfunding. Es decir, que la apuesta funciona. Es su portada y su premisa, la de seguir a un grupo de mercenarios espaciales, lo que atrae de este tebeo. El interior, además, confirma todas las buenas sensaciones que deja su propuesta y se convierte en uno de esos tebeos alocados, divertidos, con las dosis necesarias de violencia y comedia, de esos volúmenes que uno no puede resistirse a coger de vez en cuando para echarse unas risas y que, por qué no decirlo, es fácil imaginar en formato audiovisual, más aún como serie o película de dibujos animados.

A estas alturas es difícil encontrar un escenario de ciencia ficción que sorprenda desde la primera a la última página. Busquet, que ya lleva un tiempo en esto y ha tocado prácticamente todos los palos posibles, lo sabe. Y sabe además como conjugar esa sensación con la introducción de elementos que sí pillen desprevenido al lector, que alguno suelta en las páginas de este trepidante y muy entretenido tebeo. No podemos decir ni que los personajes sean los arquetipos habituales ni tampoco que sean una innovación, pero convencen por carisma, porque el autor sabe cómo manejarlos, darles voz e historia y que todos esos pequeños detalles funcionen muy bien en una trama… que nos seguimos resistiendo a desvelar. Todo lo que diremos es que es un divertimento eficaz tanto como una crítica mordaz e inteligente a ciertos sectores de nuestra sociedad de consumo. ¿Acaso no es esto uno de los elementos que hace de la ciencia ficción un género con tantas posibilidades? Pues Busquet las va aprovechando todas, llevando a su universo personal todas esas películas y cómics de grupos de mercenarios que se ven inmersos en una de esas misiones que pueden cambiar sus vidas para siempre y que uno no sabe si odiar o adorar. Lo que está claro es que sirven para que a este lado de las viñetas pasemos un rato la mar de entretenido.

No es la primera vez que lo decimos, Busquet tiene la habilidad de escoger siempre al dibujante adecuado para cada historia que escribe, y en Nothin’ Personal tiene a una Andre que da vida a este universo de una forma notable. Salvando las distancias, puede trazar se una cierta comparación con el estilo impulsado por Bastien Vives en Last Man (aquí, reseña de su primer volumen), un estilo sencillo, claro, que funciona muy bien en grises y en el que resulta muy sencillo ver el movimiento, los combates, pero también el gag visual, lo que ayuda a visualizar este cómic como el storyboard de una adaptación animada. Eso significa que la narrativa es muy eficaz y da a la lectura un ritmo tremendo. También resultan evidentes las influencias de Heavy Metal, heredadas también en el guion de Busquet, y de otras muchas fuentes de ciencia ficción, pero tiene personalidad y gracia ya desde el diseño de los personajes, y por eso convence con tanto esmero la cubierta del libro, porque desde el primer vistazo nos anima a saber más cosas de estos mercenarios. Y lo que descubrimos en su interior está a la altura, convirtiéndose en un cómic que esconde un notable hartazgo social por debajo de su envoltorio de comedia de ciencia ficción. Acercándose al libro de cualquiera de las dos maneras, es un tebeo que cumple a la perfección.

El volumen no tiene contenido extra.

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