Guión: Alfonso Font.
Dibujo: Alfonso Font.
Páginas: 144.
Precio: 25 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2018.
Es bastante curioso que ahora que la revista parece haber muerto como medio de difusión del cómic, no del todo pero sí en cuanto a las viñetas de gran difusión, el libro no para de nutrirse de contenidos que triunfaron cuando ese formato era de alguna manera dominante para un cómic adulto. Dicho de otra manera, vivimos una edad de oro de recopilaciones de aquellas páginas que vieron la luz por primera vez en Zona 84, El Víbora, Cairo o Cimoc, como es el caso que nos ocupa, el de Taxi, de Alfonso Font. El autor quiso conjugar dos cosas, por un lado la actualidad, y para ello escoge como protagonista a una joven reportera rubia de pelo corto y físico imponente, cumpliendo con la cuota de fantasía personal que tienen este tipo de personajes, y por otro lado Barcelona como escenario de unas tramas casi más detectivescas que periodísticas. El resultado, tres historias largas que con arranque en la Ciudad Condal van llevando a Taxi, que así apodan a nuestra heroína, por destinos exóticos que casi parecen emular la idiosincrasia de James Bond y que, lógicamente viendo el dibujo de Font, se basa en un fuerte atractivo visual. Es una obra de su época en muchos sentidos, pero hoy en día se lee con el mismo agrado por la fuerza de la nostalgia que no cesa y que en el cómic, y más en el cómic español, tiene todavía muchas joyas por recuperar.
Font tiene claras las directrices y tiene claro el formato. Por eso, cada historia está dividida en capítulos, cuatro en el caso de las dos primeras y cinco en la que sirve para cerrar este volumen. La sensación que deja Taxi es, en el fondo, la de una obra inacabada. No porque no se pueda leer, ni mucho menos porque sus álbumes no puedan comprenderse de una manera clara y sin necesidad de información previa, sino porque da la sensación de que, con más tiempo, Font habría sido capaz de hacer evolucionar la serie hacia territorios magníficos. El mundo es muy grande y Taxi es muy intrépida como para no haber logrado un mosaico mucho más grande, en el que el personaje creciera, en el que sus compañeros de reparto tuvieran papeles más definidos y en el que la actualidad habría podido dar muchas tramas. Viéndola pasear por Barcelona, atravesar el desierto del Sáhara, pilotando una avioneta o buceando y huyendo de sus perseguidores cual Lara Croft, es fácil imaginar las posibilidades. Lo que vemos es muy entretenido y dinámico, mucho si tenemos en cuenta que a Font le gusta emplear diálogos largos, y es que el autor sabe utilizar muy bien la acción y los elementos que le permiten construirla, ya sea un escenario urbano o uno natural. A veces la historia atropella a la protagonista y a veces es al revés, pero hasta esa irregularidad tiene cierto encanto.
Eso se debe a que el dibujo de Font es siempre espléndido. Con un estilo característico y, aunque suene absurdo decirlo, muy propio de la revista de los 80 y de los 90, el dominio que tiene el autor de todo lo que mete en la viñeta es notable. Le da igual buscar postales urbanas de Barcelona que el modelo de avión adecuado para que luzca en la historia tal y como lo necesita, todo lo que vemos parece perfecto para lo que estamos leyendo. Dibuja Font tan bien que no ha lugar ni a quejas por el machismo que puede desprender el leve toque erótico que el artista le da a su protagonista, por vestimenta y por algunas de las escenas que rozan la esfera de lo privado sin aparente necesidad. Y es que el atractivo forma parte de la esencia de este tipo de historias con mucha naturalidad, no es algo forzado. Font no es enteramente realista, pero aún así sus figuras y sus escenarios se sienten, se tocan y se huele, y eso es una cualidad innata, de las que seguramente no se aprenden, y por las que un dibujante se convierte en un clásico. Font lo es, Taxi entra dentro de esa esfera de los títulos de culto, y da gusto ver que todavía se siente interés por unas obras que hoy son inaccesibles para muchos en su formato original pero que dando ese salto que propone el mercado editorial siguen siendo tan válidas y entretenidas como el primer día.
Taxi se publicó originalmente en la revista Cimoc entre 1987 y 1991. El único contenido extra son unas ilustraciones de Alfonso Font.
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