Guión: Chuck Dixon.
Dibujo: John Van Fleet.
Páginas: 96.
Precio: 12,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Octubre 2018.
Cuando hablamos de El Ankh (aquí, su reseña), recalcamos que era un Otros mundos que en realidad no tenía razones de peso para serlo. El cáliz, que es una obra anterior de los dos mismos autores, Chuck Dixon y John Van Fleet, lo demuestra. Temática similar, pero sin el sello de ser un relato alternativo. Aquí, en lugar de volver la mirada a la mitología egipcia, nos fijamos en la religión cristiana. El cáliz del título no es otra cosa que el Santo Grial, que cae en las manos de Batman y que lógicamente se convierte en objeto de deseo de todo tipo de personajes de aviesas intenciones. El fundamental, y Dixon acierta en su elección porque no podía ser otro dada su condición de inmortal, o casi, es Ra’s Al Ghul. El escritor imagina el escenario correcto y las motivaciones adecuadas para que la copa de Cristo se convierta en el centro de las disputas ente el Caballero Oscuro y la Cabeza del Demonio. Quizá no hay tanto acierto en el resto del marco que escoge, porque se antoja que la lucha por el Grial tendría que tener una escala mucho más amplia y solo vemos en realidad pequeñas escaramuzas, aunque no se puede negar que la aparición de Catwoman está entre lo más divertido que ofrece este one-shot. Eso y el dibujo de Van Fleet, que sirve para entrar de lleno en un mundo que mezcla lo realista y casi lo onírico de una manera muy fluida.
En los años 90 pocos autores escribieron tanto a Batman como Dixon, y se nota en cada una de sus historias. Pueden ser mejores o peores, pero siempre se reconoce en ellas al protector de Gotham con relativa facilidad. Consciente de que introduciendo el Grial está obligado a colocar un amplio y detallado contexto histórico, real y ficticio, Dixon cuela entre medias una introducción para Batman tan tópica como necesaria, y a partir de ahí se centra en los dos elementos que dan vida a la historia. Por un lado, y aunque ha visto de todo, sabe que Batman es un hombre de ciencia, por lo que pone en duda la existencia del Grial y sus poderes incluso teniéndolo entre sus manos. Por otro, el duelo con Ra’s, en el que Dixon sigue al pie de la letra el manual que creó Dennis O’Neil con las primeras historias del personaje, duelo de espadas incluido. Falta escala porque falta espacio, a Dixon le dan un número de páginas limitado y no escoge mal lo que quiere mostrar, por mucho que sí se note que hay una limitación que afecta a la historia. La información sobre el Grial necesariamente tiene que estar en más manos codiciosas que las que vemos, pero nos podemos conformar con que Ra’s lo quiera, Catwoman busque robarlo y Azrael advierta a Batman sobre su importancia. Las piezas escogidas encajan, aunque sean parte de un puzle más grande que en realidad no vamos a ver.
Como hemos dicho antes, el dibujo es bastante apetecible. Van Fleet y sus acuarelas logran que el efecto del relato sea el adecuado. No es enteramente realista, pero tampoco se sale de los cánones de la época o de su continuidad. Se ve a un Ra’s probablemente más joven de lo que estamos acostumbrados a ver, pero su efecto es contundente. Su Batman, razonablemente bueno. Y las peleas, pese al toque algo estático que pueda tener Van Fleet en algunos momentos, funcionan razonablemente bien. Quizá consciente de este hecho, el ilustrador nos engancha de una manera espectacular con una brillante splash page de Batman en esa escena que sirve de prólogo para el personaje, quizá el mejor momento individual que nos deje El cáliz en su dibujo, después de que las páginas de contexto histórico nos hayan convencido ya de que estamos a punto de adentrarnos en una buena historia. El cáliz lo es porque sabe aprovechar todo lo que le da la historia, todo lo que extrae de la religión y todo lo que le proporciona el universo de fantasía de Batman, bien mezclado, agitado y removido. El final, que de alguna manera nos recuerda desde un punto de vista distinto a lo que suponía la conclusión de En busca del Arca pérdida, es el colofón ideal para un tebeo algo desconocido pero en el que merece la pena detenerse.
DC Comics publicó originalmente Batman: The Chalice en diciembre de 1999. No tiene contenido extra.
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