‘El legado de Catherine Elliot’, de Gemma Camblor y Esther Gili

Editorial: Lunwerg.

Guión: Gemma Camblor.

Dibujo: Esther Gili.

Páginas: 216.

Precio: 21,90 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2018.

Cuando uno se encuentra con una historia realmente bonita, lo que le pide el cuerpo es compartirla. Hay muchas maneras de hacerlo, pero no hay ninguna más hermosa que un libro que podamos sentir y oler. Esa es la primera base de El legado de Catherine Elliot, la historia de Gemma Camblor a la que pone imágenes Esther Gilí. Pero hay otra base. Estamos ante un libro eminentemente feminista, pero dicho esto desde la más preciada de sus acepciones, la que habla de la importancia que la mujer de ha ido ganando a lo largo de la historia, incluso la sociedad le ponía incontables obstáculos. Camblor nos propone un viaje a través del tiempo en diez etapas. ¿El nexo entre ellas? Un libro titulado El legado escrito por Catherine Elliot, una mujer que tuvo que firmar con seudónimo masculino para poder publicar. A partir de ahí, el libro se propaga de la mejor manera posible, leyéndolo. Y sintiendo cómo su llama creativa va sembrando fortaleza en mujeres de muy distinta condición, preparación y experiencia. Esa es la magia de la narrativa, que apela a persona distintas, a veces totalmente opuestas. Por eso, y quizá sea lo único en lo que podemos precisar el sensacional trabajo de Camblor para dar forma a esta historia, el epílogo no tendría que llevar por título La lectora. Lectores suena más adecuado, porque este no es un libro excluyente, al contrario.

La propia Camblor se da cuenta de este hecho en el octavo capítulo cuando introduce personajes masculinos que podrían haberse incorporado al relato con la misma fuerza que las mujeres que escoge la autora. Todas ellas tienen otra característica incontestable, la belleza que les aporta Esther Gilí. La ilustradora ha llegado a un punto en el que sabe encontrar imágenes hermosas en todo tipo de escenarios, y este libro es una muestra maravillosa. La tristeza de la primera mitad de La viuda es hermosa. Dar la vuelta a las emociones con imágenes fijas es algo que sólo se puede hacer con mucha calidad. Y Gili la tiene. Qué manera de dibujar mujeres, de encontrar expresividad en sus miras, en su forma de moverse, en sus rostros encantadores. El libro es un maravilloso álbum de láminas que podrían formar parte de una colección para enmarcar y que refuerzan el encantador mensaje positivo que tiene el libro, una pequeña joya que nos anima a no dejar nunca de leer y a seguir creyendo en nosotros mismos, porque al final eses es el poder maravilloso que tiene los buenos libros de verdad, eso que conmueven y mueve como lo hacen la ficticia El legado, aunque no lleguemos a leer ni una sola frase de su contenido, y El legado de Catherine Elliot, que se disfruta como el maravilloso canto de libertad, creatividad y feminismo que es.

El volumen no tiene contenido extra.

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