Guión: Bastien Vivès, Mickaël Sanlaville y Balak.
Dibujo: Bastien Vivès, Mickaël Sanlaville y Balak.
Páginas: 216.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Octubre 2018.
Esta idea de hacer un manga a la francesa que supone Last Man ha tenido siempre el riesgo de descarrilar. La razón, que semejante experimento nos sorprende con un nivel altísimo ya desde su primer libro (aquí, su reseña). Cuando se produjo un salto temporal al final del sexto volumen (aquí, su reseña), ese riesgo se acentuó, pero sus autores, Balak. Mickaël Sanlaville y Bastien Vivès, eran siempre capaces de remontar el vuelo en cada entrega y despejar las dudas, dejándonos por un lado entusiasmados por lo leído y con la sensación de sentirnos idiotas por haber dudado de su capacidad para regresar a lo más genuino de su propuesta. El final del noveno volumen (aquí, su reseña) puede ser el que más dudas dejó, porque todo se iba alejando un poco demasiado del origen. Pues bien, al hilo de lo argumentado, esta décima entrega es un sopapo en toda regla al escéptico, porque recupera de una manera magistral todo aquello que hace grande la mitología de Last Man. Y la clave, la que siempre estuvo ahí pero no siempre se veía, es Marianne. Este libro es su origen, su historia pasada y la mejor manera de decirnos que este relato tiene un componente femenino brutal. Se venía viendo, pero la explosión de este libro en este sentido es brillante. Y eso que suena a preludio de gran final, siendo un enorme flashback que cobra más sentido aún con los insertos del presente.
Nunca ha dado la sensación de que Last Man fuera una serie improvisada y sí, en cambio, una ya ideada de principio a fin antes de ponerse a dibujar la primera página, pero este volumen viene a confirmar esa sensación. La forma en la que todas las piezas, o casi todas, encajan después de lo sucedido en estas páginas convierte a esta en una serie aún más brillante de lo que ya parecía serlo, que era mucho hasta este punto. Y no es que esté décimo libro suponga algo que no hayamos visto nunca ni que esté colmado de originalidad, pero si da gusto verlo con una protagonista femenina como Marianne. Lo que Balak, Sanlaville y Vivès consiguen es dar un papel principal en ausencia a un personaje que parte desde una esfera muy secundaria, y que encima es una mujer, una madre del teórico héroe, con las connotaciones que eso sigue teniendo todavía en la ficción contemporánea y por mucho que queramos pensar que no (y ojo, que aquí el motor del cambio es de pensamiento tradicional y familiar… y funciona a las mil maravillas). Si a eso añadimos que todo el entrenado que hay a su alrededor está tejido con la misma eficacia, por mucho que en algunos momentos nos sintamos algo alejados del mundo en el que arrancamos Last Man, nos daremos cuenta de lo mucho que aporta este volumen en concreto y la serie en general.
El dibujo de Last Man sigue siendo, además, una razón extraordinaria para seguir enganchados a la serie. El tono de neblina visual que envuelve al flashback central de este libro añade una cualidad casi onírica que no es fácil que funcione en secuencias tan prolongadas pero que aquí tiene un efecto formidable. Marianne luce tan genial como siempre, y la manera en la que los autores hacen que esta mujer mantenga su aspecto a través de los años, desde que la conocemos siendo niña, es sobresaliente, más aún si cabe al analizar la economía de líneas y el uso de las sombras que tiene el dibujo. Last Man también destaca por una narrativa sobresaliente en ausencia de diálogo. Ya hace tiempo que quedó patente el soberbio uso de las onomatopeyas, que sigue aquí a un nivel brutal, pero hay que añadir también las viñetas mudas. Hay unas cuantas, y son clave para entender la serenidad, la paz y la fuerza que transmite el aquí personaje protagonista. Ahora mismo la sensación que da Last Man ya no es de duda, duda injusta pero razonable a tenor de lo visto en cada entrega, sino que parece estar en el otro extremo, el de la confianza absoluta. No sabemos lo que está por venir ni cómo será el final de Last Man, pero ¿quién se atrevería a apostar ahora en contra de Balak, Sanlaville y Vives? Nosotros desde luego que no tras este espléndido capítulo.
Casterman publicó el décimo volumen de Lastman en agosto de 2017. El contenido extra lo forman las habituales pegatinas y el making off en viñetas que narran sus tres autores.
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