CÓMIC PARA TODOS

‘Star Trek. Destino manifiesto’, de Mike Johnson, Ryan Parrott y Ángel Hernández

Editorial: Drakul / Likantro.

Guion: Mike Johnson, Ryan Parrott.

Dibujo: Ángel Hernández.

Páginas: 112.

Precio: 14,95 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Septiembre 2018.

La sensación que deja Destino manifiesto una vez leído es que habría sido un mejor tercer Star Trek cinematográfico que el que finalmente vimos en la pantalla tras la salida de J. J. Abrams de la franquicia. Hemos visto muchas historias de la tripulación del Enterprise sin los Klingon, pero después de lo dispuesto en la segunda película, En la oscuridad, daba la sensación de que todo estaba preparado para ver en todo su esplendor a la raza de guerreros más despiadada de este universo, la que tantos instantes de gloria nos dejó en la serie cuando la protagonizaban William Shatner y Leonard Nimoy. Pero no, el camino escogido fue otro y eso dejó vía libre para que el comic abriera esa puerta. Mike Johnson y Ryan Parrott, con dibujo de Ángel Hernández, optan por no cerrar posibilidades para sentar canon sobre los Klingon y nos ofrecen una historia con muchas similitudes a la del primer Star Trek de Abrams, con un villano, el comandante Sho’tokh que guarda bastantes paralelismos con Nero. Ese es quizá el mayor reparo que se le puede poner a un cómic que, con todo, ofrece tanta adrenalina, tanta acción y un ritmo tan elevado, que es difícil resistirse a su encanto, uno que parte de las características esenciales del universo creado por Gene Roddenbery pero que a la vez sabe recoger lo que Abrams le aportó en su reboot de cine.

Johnson es ya perro viejo en esto de Star Trek, no en vano lleva escribiendo en la franquicia desde que Paramount decidió que era el momento de actualizarla para una nueva generación. Y eso ya le da unas tablas importantes para lidiar con el Enterprise y sus gentes. El acierto fundamental de Johnson y Parrott está en usar a los Klingon pero sin quemarlos. El cómic no pretende ser su retrato definitivo, sabiendo que esa baza, por ahora, la tiene que seguir conservando el cine. La alternativa, no obstante, es buena porque consigue sobre todo hablar del particular código ético de los Klingon y sustentar en él una historia que en el fondo no deja de ser el clásico enfrentamiento entre un héroe, Kirk, y un villano, Sho’tokh. Johnson y Parrott juegan con mucha eficacia con la vía de dividir al equipo para tener dos escenarios distintos de batalla y opciones para que casi todos los personajes tengan su momento de gloria, pero sin dejar que eso presione en exceso el desarrollo de la trama dándole siempre el oxígeno que necesita para que no deje de respirar y el ritmo no decaiga nunca. Un final más o menos previsible corona este buen relato de aventuras más que de ciencia ficción que cumple con el objetivo de seguir expandiendo el Star Trek moderno de una manera eficaz para el lector y complementaria para el espectador.

Eso también parte del necesario parecido que han de mantener los personajes con los actores que les dan vida en la gran pantalla. Ángel Hernández cumple con nota en esa tarea pero, como tiene que ser, no se convierte en reo de semejante obligación. Ya lo demostró en Green Lantern / Star Trek (aquí, su reseña), pero aquí, sin las ataduras de los guardianes galácticos del universo DC (que, se quiera o no, tenían más poder en aquella historia), lo hace todavía con más soltura. Bien en los personajes, en la acción y en conseguir algo que este tipo de universos necesita, la sensación de que siempre estamos en casa, compartiendo unas bases comunes con los autores y con otros lectores y disfrutando con los mismos personajes que ya conocemos enfrentándose aquí a otros nuevos. Hernández, con muy buen trabajo de color de Esther Sanz, respeta lo ya visto sobre los Klingon pero no duda en dejar su sello personal en la manera de retratar a esta raza, y quizá también en mostrarse algo clásico en su manera de entenderla, bebiendo claramente de las películas clásicas. Hernández firma un muy buen trabajo en Destino manifiesto, que acaba siendo la demostración de lo mucho que el cómic puede ofrecer a Star Trek mientras se despeja la incógnita de saber si tendremos una cuarta entrega en cines.

El volumen incluye los cuatro números de Star Trek: Manifest Desnity, publicados originalmente por IDW entre abril y junio de 2016. El contenido extra lo forman las portadas originales de Ángel Hernández, Tony Shasteen, J. K. Woodward y Srlluis, un glosario klingon y una entrevista a Ángel Hernández y Esther Sanz.

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Esta entrada fue publicada en 4 octubre, 2018 por en Ángel Hernández, Drakul, IDW, Mike Johnson, Ryan Parrott, Star Trek y etiquetada con , , , .

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