CÓMIC PARA TODOS

Cine – ‘Mazinger Z. Infinity’, de Junji Shimizu

Título original: Mazinger Z: Infinity.

Director: Junji Shimizu.

Reparto: Showtaro Morikubo, Ai Kayano, Sumire Uesaka, Natsuki Hanae, Watatu Takagi, Kappei Yamaguchi, Masami Kikuchi, Junpei Morita, Bin Shimada, Kozo Shioya, Toshihiko Seki, Ami Koshimizu, Unsho Ishizuka, Keiji Fujiwara, Hiroyuki Miyasako, Romi Park.

Guion: Takahiro Ozawa.

Música: Mikio Obata.

Distribuidora: Selecta Vision.

Duración: 95 minutos.

Estreno: 13 de enero de 2018 (Japón), 18 de enero de 2018 (España).

Mazinger Z. Infinity es una de esas películas que, independientemente de su entretenimiento, que lo tiene, están llamadas a dividir. No de una forma consciente, por supuesto, pero divide. La razón está en que marca una frontera evidente entre el fan y el neófito. Acercase a esta película con la que celebramos el 45° aniversario del anime original sin tener conocimiento de dicha serie es una clara invitación a no entender demasiadas cosas de las que vamos a ver en la pantalla. Y eso, por mucha nostalgia, reverencia y fidelidad que quiera tener una historia, acaba siendo un defecto importante. Mazinger Z. Infinity no es un vehículo para captar nuevos aficionados, sino para satisfacer, más o menos, a los clásicos. Claro que eso no es tampoco un síntoma de éxito asegurado, porque la película se queda ahí también a mitad de camino. Hay un salto en el tiempo, diez años después de los acontecimientos narrados en la serie primigenia, y lo hay también a priori en la madurez que hay en algunas tramas, que buscan explicarnos que Koji Kabuto y los demás personajes han crecido y sus vidas están en puntos muy diferentes. ¿Suficiente para considerar Infinity como una revisión adulta del mito? La verdad es que, al margen de algún que otro concepto de ciencia ficción dura que se cuela en la historia, realmente no pasa de parecer un episodio alargado del remake de Mazinger Z.

Y es que al final, todo es un más de lo mismo, cuando en una película siempre se aspira a recibir algo más que lo visto en televisión y no sólo en la duración. Mazinger Z. Infinity se acerca mucho más en propósitos a las actuales y muy numerosas películas de Dragon Ball Z que a la actualización que se quiso hacer con Los Caballeros del Zodiaco. La leyenda del Santuario (aquí, su crítica). Es decir, que se tiene la plena consciencia de que no hay una voluntad de cambiar realmente nada, por mucho que partamos de esa elipsis temporal y que el movimiento de Mazinger y de los demás mastodónticos combatientes esté perfilado con la textura de las imágenes digitales para adaptarse a los nuevos tiempos. Pese a esas mejoras, que donde más y mejor se disfrutan es en el prólogo de la película (¿es exagerado decir que ahí está lo mejor del filme?), pesa más el hecho de que la historia es bastante simple en todos sus sentidos, incluso en la trascendencia personal que se quiere buscar al final para Koji cuando durante demasiados momentos parece quedarse como secundario de la trama, sensación que de alguna manera también se extiende a Mazinger, llevándose de esa manera parte de las ilusiones de que esta película sirviera para que las nuevas generaciones entendieran lo que significó Mazinger Z para muchos.

Infinity, en todo caso, es una película que cumple. Busca las mismas raíces que han sustentado la franquicia durante los últimos años, el mismo tipo de humor, combates que prolongan las viejas sensaciones (y que, eso sí, despliegan un importante nivel de espectacularidad en la lucha final, que es tan grande como cabía esperar para ser la pretendida última batalla de Mazinger Z), idénticos villanos solo que con herramientas de combate más grandes y teóricamente mortíferas y el enésimo plan para dominar el mundo. Entrar a la película esperando un más de lo mismo en cuanto a la fórmula hace que se pueda disfrutar más de este escaso revival, porque lo que sirve lo hace de la misma manera en que ha venido haciéndolo la franquicia durante mucho tiempo, y eso, desde cierto punto de vista, es difícil de reprochar. Pero sí que es verdad que puede dejar cierto poso de decepción entre quienes esperaban ese algo más que siempre se quiere recibir cuando se trata de confirmar con un producto diferente y separado en el tiempo aquello que nos ha hecho felices durante etapas tan señaladas. Mazinger Z. Infinity no es, ni mucho menos, una mala película. Pero parece también evidente que, sin los 45 años anteriores, no sería una que generarse el mismo fervor por este universo que hemos conocido durante estas cuatro décadas y media.

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Esta entrada fue publicada en 28 septiembre, 2018 por en Anime, Cine y etiquetada con , .

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