‘Nieve en los bolsillos. Alemania 1963’, de Kim

Editorial: Norma.

Guion: Kim.

Dibujo: Kim.

Páginas: 200.

Precio: 25 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2018.

Resultaba lógico pensar que El arte de volar (aquí, su reseña) y El ala rota (aquí, su reseña) eran el legado personal de Antonio Altarriba. Ambas eran un retrato de la España del siglo XX a partir de la biografía de su padre primero y su madre después. Más vinculación personal, imposible. Eso dejaba a Kim, ilustrador de ambas, en un segundo plano evidente, por espléndido que fuera su trabajo en estas dos obras, porque suponían la obra íntima del escritor. Sabiendo eso, quién nos iba a decir que Kim tenía guardada su propia historia personal para hacer de Nieve en los bolsillos. Alemania 1963 un tercer elemento de una trilogía imposible que tiene una genialidad como poco cercana a aquellas dos obras y que sirve para entender la emigración de españoles a tierras germanas, durante la dictadura franquista. Todavía habrá quien piense, de hecho lo hay a tenor de lo que vemos y leemos en medios de comunicación y redes sociales, que estas son historias que no hay que contar por lo de reabrir heridas y esas cosas que se dicen. Pero afortunadamente seguimos tenido a creadores como Kim que no solo son formidables artistas sino que además tienen una voluntad de seguir hablando como testigos de una época en la que hubo mucho que denunciar y recordar. Ese deseo de libertad es, además, equiparable al talento que hay en estas páginas.

No sólo por temática, en Nieve en los bolsillos Kim hereda muchos rasgos de la narrativa de Altarriba. No en vano encajan tan bien juntos. Pero aquí Kim vuela sólo, y lo hace con las alas intactas. Libre de toda la implicación emocional que supone escribir sobre tus propios padres, como sí hizo Altarriba, Kim se convierte en testigo y narrador, encontrando su propia voz de juventud para ser el Joaquín de 1963 el que nos cuente su viaje a Alemania, en su caso una aventura antes de hacer el servicio militar y para tantos otros una condena por la oscura etapa que vivía su país. Hay en Nieve en los bolsillos tantas pequeñas historias que lo que al final tenemos entre manos, más que un relato, es toda una crónica de aquellos años. Detallista hasta el extremo y sabiendo que la extensión no es un problema sino una solución, el autor nos sumerge con mucha facilidad en los problemas y los vericuetos de entonces, cambia nuestra manera de pensar, y nos transporta a una época distinta en muchos sentidos pero que, en realidad, tendría que hacernos pensar en muchas cosas hoy. Pensar, sí, eso que algunos quieren evitar que se haga y que resulta tan necesario ahora como entonces. Por eso es tan emocionante pensar en el Kim actual convirtiéndose a sí mismo en protagonista y conductor de un viaje tan fascinante.

Sí como escritor Kim sigue con cierto mimetismo los caminos de las dos obras de Altarriba, sabiendo que el tono funciona francamente bien en este tipo de relato, es bastante lógico pensar que a la hora de dibujar los parecidos son todavía más intensos. Kim tiene un trazo reconocible, que se vale de la sencillez para capturarnos pero que a la vez consigue que ese envoltorio no elimine la complejidad narrativa que le convierte en un dibujante espléndido. Nieve en los bolsillos es un cómic muy bien dibujado en todos los sentidos, incluso para encontrar siempre la forma de abrirse camino ante una cantidad de texto muy alta. Eso no es un obstáculo en absoluto. ¿Pide más del lector? Seguramente sí, pero quien se entregue a la tarea de recorrer toda la narración será muy bien gratificado con el talento del autor. Podemos mirarlo de mil maneras y diseccionar lo de otras tantas, pero Nieve en los bolsillos es uno de esos tebeos que merece la pena leer, que tendría que abrirse camino en el terreno educativo para lectores de todas las edades, para los que quieran comprender que había muchas verdades que quedaron ocultas durante años y para asimilar que siempre hay historias personales que rescatar para entender situaciones mucho más grandes. No dejemos nunca de valorar este tipo de historias, nos va en futuro en ello.

El contenido extra lo forman una introducción de Álvaro Pons y un portafolio con bocetos originales de Kim de la época que narra la historia.

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