CÓMIC PARA TODOS

‘Death Follows’, de Cullen Bunn y A. C. Zamudio

Editorial: Medusa.

Guion: Cullen Bunn.

Dibujo: A. C. Zamudio.

Páginas: 136.

Precio: 14,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Julio 2018.

Una de las claves del género de terror es el escenario. Cuentan mucho los personajes, las criaturas y las situaciones que disparan el horror, sin duda, pero el escenario es vital. Uno bueno y eficaz es capaz de compensar las flaquezas que pueda tener un relato en otros de sus elementos. En Death Follows, Cullen Bunn es plenamente consciente de esta circunstancia y traza su historia desde ahí, desde el lugar en el que acontece la historia y en sus circunstancias. Su monstruo, que está creando con inteligencia aunque sin excesivo misterio, podría moverse en muchos escenarios pero este que escoge el escritor, una pequeña granja familiar es el idóneo. Eso y no ponerse límites son los dos grandes aciertos de Death Follows, cuyo título en realidad deja demasiado claro lo que tendría que haber sido uno de los grandes misterios del relato, que de hecho en origen se titulaba de otra manera, Remains (Restos). Para ser una historia que acaba con un clímax desbocado y salvaje, tiene momentos de terror psicológico bastante profundos, y que funcionan de una manera especial por el buen uso que hace Bunn de su protagonista principal, una niña. En el terror, jugar con niños es habitual y agradecido, pero no siempre suenan como tales. Aquí sí se consigue, y por eso las sensaciones que deja el cómic son buenas.

Bunn nos cuenta cómo un tipo extraño e inquietante consigue trabajo en una pequeña granja regentada por una familia, una pareja y sus dos hijas, a pesar de los recelos que despierta en la mayor. Y pronto empiezan a suceder macabros acontecimientos que le dan la razón, aunque ella sea la única que lo ve. Son elementos comunes en el terror, y Bunn consigue encajarlos bien. La trampa, la habitual del género, es que cierra su microuniverso al mundo exterior, con lo que recurrir a él cuando la historia lo necesita tiene un cierto grado de artificiosidad. Eso es lo más flojo de un relato que en general se mueve bastante cómodo por el género, por el escenario y por la misma historia, una pequeña gran escalada en el nivel de horror que se beneficia de una acertada narración en cartuchos de texto. Se mire como se mire, hay muchos escalofríos en Death Follows, y los más sugerentes son los que surgen de la realidad. Sin duda, el aficionado al género va a disfrutar con los momentos sobrenaturales, pero cuando el terror es algo tangible, extrapolable a la realidad y como materia de las dudas que asaltan la inocencia de una niña es cuando la historia cobra una dimensión verdaderamente aterradora. Resucitar a los muertos es algo que no veremos en nuestro día a día, pero el desasosiego que produce ver a un extraño amenazando la seguridad de los nuestros, sí.

El dibujo de A. C. Zamudio es bastante notable, sobre todo refiriéndonos a esta última sensación. Salvando las lógicas distancias, de medio y de categoría, el efecto que se busca es el que Bernard Herrmann hizo con la música de Psicosis, para hacer de Phoenix una ciudad inquietante ya desde el inicio, antes de que el horror se desencadenara. Zamudio se acerca a esas sensaciones con una granja familiar, un entorno que tendría que ser idílico, y más desde el punto de vista de una niña feliz, pero que desee el primer momento enturbia el trazo del ilustrador y también el color de Carlos Nicolás Zamudio. El horror con criaturas y elementos fantásticos también se manifiesta con eficacia en el dibujo de Zamudio, aprovechando esos lugares comunes que se comentaban antes y sumándose a la buscada ausencia de sutileza que hay en el diseño y en los ademanes del jornalero que actúa como desencadenante del terror, pero es en lo cotidiano donde mejor funciona Death Follows a todos los niveles. Hasta en su final, pensado para generar las mismas sensaciones de las conclusiones de los relatos más turbios y truculentos de Historias desde la Cripta, En los límites de la realidad o Cuentos asombrosos. Esa es la mejor comparación que se puede hacer de este trabajo de Bunn y Zamudio, una buena pieza de género.

Dark Horse publicó originalmente Death Follows en mayo de 2016. El contenido extra lo forman un portafolio de bocetos de A. C. Zamudio y el relato original de Cullen Bunn.

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Esta entrada fue publicada en 14 septiembre, 2018 por en A. C. Zamudio, Cullen Bunn, Dark Horse, Medusa y etiquetada con , , .

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