Guion: Peter J. Tomasi, Patrick Gleason.
Dibujo: Ryan Benjamin, Tyler Kirkham.
Páginas: 24 cada uno.
Precio: 1,95 euros cada uno.
Presentación: Grapa.
Publicación: Junio / Julio 2018.
Los eventos que se desarrollan entre diferentes series han existido siempre, pero tienen su parte negativa. Una que es más importante de lo que pudiera parecer. Pongamos como ejemplo Los superhijos del futuro. El evento arranca en las páginas de Superman, continua en Superhijos, regresa de nuevo a la serie del Hombre de Acero y concluye en las páginas que se centran en Jon Kent y Damian Wayne. Es un cruce sencillo, entre solo dos series. Pero Superhijos ya contaba habitualmente con la presencia de Batman y Superman en un segundo plano. ¿Sirve realmente una historia de estas características para que lectores de una y otra serie se interesen por la otra? Puede que eso funcione desde el punto de vista del lector de Superman, pero el de Superhijos no sale beneficiado en nada, al contrario. Se le obliga a leer esta historia, e incluso a conectar con un número previo de Detective Comics (aquí, su reseña) para entender un punto trascendental de la historia que nos plantean Patrick Gleason y Peter J. Tomasi, que al menos en este caso sí son los encargados de ambas series y no es necesaria una coordinación mayor. En cualquier caso, Los superhijos del futuro transforma lo que es una buena historia, de esas que amplia el universo de los personajes a los que seguimos, en una experiencia negativa por la necesidad de saltar a otra cabecera para seguir la historia.
Al final, lo que Tomasi y Gleason buscan es aprovechar la infinitiva capacidad de DC para generar versiones futuras y alternativas de sus personajes. Se nota que la editorial tiene claro que ahí tiene un filón, y no para de explotarlo cada vez que puede. Lo ha hecho de una manera muy evidente para poner fin a los Nuevos 52 y sustituirlos por Renacimiento, y lo sigue haciendo una vez que ya tiene casi establecido este nuevo universo. En Los superhijos del futuro vemos justo eso, un Superman futuro causante de una hecatombe y a un Batman futuro dispuesto a lo que sea para impedir que ese tráfico acontecimiento tenga lugar. ¿Cómo hacerlo? Es evidente para cualquiera que haya visto Terminator, o que haya leído los números de Detective Comics en los que ese Caballero Oscuro de dentro de unos años apareció por primera vez. La idea es juguetona y divertida, y más aún que la historia nazca en el seno de los Nuevos Titanes, porque es ahí donde da mucho juego la relación entre Superboy y Robin. De hecho, empieza y acaba ahí, y por eso tiene menos sentido aún que Superhijos se tenga que cruzar con Superman para entender la historia. Al final, lo mejor del guion de Gleason y Tomasi está justo en lo que atañe a los dos chavales, al hecho de que es una historia con la que su relación no solo se fortalece, sino que además madura.
Otro elemento más para no tener la cercanía que necesita una serie de esta naturaleza, tan de moda en el mercado editorial americano, es rotar de manera continua a los ilustradores. El primero de los dos números de Superhijos que se enmarca en este arco argumental es obra de Ryan Benjamin. El segundo, de Tyler Kirkham. El resultado en ambos casos, bastante bueno. Pero si estamos hablando de una historia que necesariamente tiene que apoyarse en las revisiones del vestuario de personajes tan conocidos, con las variaciones surgidas del hecho de nacer en dimensiones futuras o alternativas, siempre va a ser un punto a favor que se pueda evaluar cómo un dibujante, uno solo, las utiliza. Mientras tanto, seguirá siendo un punto de desapego entre la historia y el lector, y no será nunca por culpa de un dibujante concreto, por mucho que nos pueda convencer más lo que haya hecho quien le precede en la serie. Los superhijos del futuro, en todo caso y a pesar de todas estas circunstancias, es un relato que anima a seguir apoyando lo que se puede conseguir en una serie tan atípica como Superhihos, porque la conclusión es que permite muchos tonos, historias de todo tipo y la presencia con más o menos protagonismo de sus progenitores sin que eso robe el papel de Superboy y Robin, por mucho que sean dos niños haciendo su camino en un mundo de héroes.
DC Comics publicó originalmente los números 11 y 12 de Super Sons en diciembre de 2017 y enero de 2018. El único contenido extra son las portadas originales de Francis Manpaul, Dustin Nguyen y Giuseppe Camuncoli.
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