Título original: Ant-Man and the Wasp.
Director: Peyton Reed.
Reparto: Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas, Hannah John-Kamen, Laurence Fishburne, Abby Ryder Fortson, Michael Peña, Walton Goggins, Bobby Cannavale, Judy Greer.
Guión: Chris McKenna, Erik Sommers, Paul Rudd, Andrew Barrer, Gabriel Ferrari.
Música: Christophe Beck.
Distribuidora: Disney.
Duración: 118 minutos.
Estreno: 6 de julio de 2018 (Estados Unidos), 4 de julio de 2018 (España).
Aunque haya bastante gente que ha apuntado que Marvel se limita a seguir un esquema fijo para desarrollar su universo, es cada vez más evidente que no es así. Sí, es cierto que el tono aventurero, colorista y divertido es el predominante, pero hasta ahí los elementos comunes. Como muestra de esa variedad, Ant-Man y la Avispa no es la película más ambiciosa de Marvel, no había ninguna razón para pensar que lo sería, pero tampoco esa esa razón para despreciarla. Alejemos de nuestra mente el subidón emocional y dramático que supuso Vengadores. Infinity War (aquí, su reseña) y, simplemente, dejémonos llevar por las aventuras de Scott Lang, Hank Pyn y Hope Van Dyne de la misma manera que lo hicimos hace tres años. Entonces, la primera película de este diminuto héroe fue el alivio cómico que servía de preludio a Capitán América. Civil War (aquí, su crítica) y ahora es el que tiene que recordarnos lo divertido que es Marvel después del punto y aparte que ha supuesto la última entrega vengadora. Y así entendida, Ant-Man y la Avispa es la película simpática, divertida y entretenida que quiere ser, y lo consigue sin muchas dificultades, con mucha sinceridad y con una acción muy bien preparada y servida. Peyton Reed ha encontrado una pequeña parcela dentro de Marvel en la que se mueve como pez en el agua.
Él y, la verdad, todos los que aparecen en la película, empezando por un Paul Rudd carismático y divertido, una Evangeline Lilly que encaja a la perfección en su papel y un Michael Douglas que se ha amoldado a la perfección a este universo. Quien vea la película sin trailers, spoilers ni sinopsis se va a llevar además una muy agradable sorpresa en el reparto, porque hay una incorporación en la película que eleva el nivel con una elegancia tremenda. Y aunque puede que nadie vea así ya el cine, ahí lo vamos a dejar. Como tampoco revelaremos el contenido de las dos escenas postcreditos, sensacional la primera y un mero guiño cómico la segunda. La falta de ambición de la cinta, eso sí, se nota donde realmente crecen estas películas, con los villanos. Fantasma, interpretada por Hanna John-Kamen, tiene uno de los diseños más atractivos de Marvel, pero no resulta un personaje del todo aprovechado. Se agradece mucho el guiño comiquero que supone la introducción de Bill Foster, un buen Laurence Fishburne y, cómo no, el nuevo cameo de Stan Lee, cosas que hacen que el cosquilleo que se siente con la portentosa fanfarria que ha creado Marvel Studios para empezar sus películas se vayan prolongando en momentos concretos de la película, como en su prólogo, en el que vemos a Ant-Man y la Avispa originales.
Con el diseño de Fantasma ya mencionado como uno de los puntos fuertes de la película, podemos hilar con el notable aspecto visual de la película. Vemos más del mundo cuántico ya esbozado en el primer Ant-Man (aquí, su reseña), asistimos a un festival de combates con sobresalientes coreografías (tanto la Avispa de Lilly como la Fantasma de John-Kamen se llevan de calle esta parte de la película) y a persecuciones por las calles de San Francisco en las que el cambiante tamaño de los protagonistas juega un papel determinante. Es evidente que la película tiene mucho humor, quizá demasiado para el nivel de drama que también requiere la película y porque, al final, reitera algunas bromas sin necesidad, pero eso no merma el más que agradable resultado que deja la cinta en su conjunto. Si vamos a pedirle a Marvel que haga la película definitiva cada vez que llegue uno de sus estrenos, desde luego que vamos a salir decepcionados de Ant-Man y la Avispa, pero si asumimos la película como lo que, un eslabón desenfadado y honesto dentro de la ambiciosa cadena que es el universo cinematográfico de Marvel, parece difícil no pasarlo bien, por mucho que haya elementos ligeramente tópicos o incluso algunos mejorables. Hasta en lo más grande tiene cabido algo tan pequeño que, bien hecho, puede funcionar tan bien como lo hace.
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