Guión: Will Eisner.
Dibujo: Will Eisner.
Páginas: 72.
Precio: 26 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2018.
El nombre de Will Eisner es lo suficientemente importante como para que todos escuchemos con atención cada vez que se pronuncie y que leamos cuando aparece en la cubierta de un libro. No en vano es el tipo que da nombre a los premios más importantes de la industria del cómic, por algo será. En Las obras perdidas de Will Eisner no vamos a leer sus mejores trabajos, aquellos que cambiaron el cómic para siempre. No es The Spirit ni la brutal trilogía de Contrato con Dios (aquí, su reseña), sino que hablamos de los tebeos de un autor novel, de dos series que hoy en día no llamarían tanto la atención de no estar el nombre de Will Eisner en la portada. De hecho, no lo estaba ni en las propias tiras que incluye, pues Uncle Otto la firmó con el seudónimo de Carl Heck y Harry Karry con el de Willis B. Rensie. Eisner estaba entonces buscando un estilo, una historia que le contentara como autor, un hueco en este mundo. Y no se trata de engañar a nadie, el valor real de las dos series que incluye este volumen es el que aporta la fascinante historia de su localización, el hecho de que son algunos de los primeros cómics escritos y dibujados por Eisner. La primera tira es divertida, la segunda una entretenida obra de espías. Pero son trabajos primerizos y además parte de una industria que todavía no había aprendido a valorar a sus talentos.
Pero aunque no sean las tablas de los diez mandamientos, sigue estando el nombre de Eisner en la cubierta, y eso ya nos obliga a mirar con atención. Su comedia en Uncle Otto es irregular, pero hay momentos francamente divertidos. Y si hay algo que entusiasma en Harry Karry es la osadía del autor para, a mitad de aventura, dar un giro radical a su estilo, abandonando la comedia que él mismo instaura en las primeras viñetas y dando el toque realista que tenían este tipo de tira en la época, algo que puede recordarnos Alex Raymond de Agente secreto X-9 (aquí, su reseña). Las obras perdidas de Will Eisner tiene un valor documental incalculable, y el amante del mundo del tebeo más allá de las propias viñetas va a disfrutar una barbaridad con los textos que acompañan a las tiras. Es ahí donde se encuentra las explicaciones necesarias para entender al Eisner de aquel momento, el que todavía no había descubierto lo grande que era y lo mucho que cambió para bien el medio que tanto le gustaba. Y eso también nos ayuda a valorar otra forma de hacer cómics, la que se estilaba en los años 30, cuando las tiras de prensa eran el medio en el que se debía buscar la vida todo autor que se pareciera, encerrando todo su talento en estas tiras horizontales de pequeñas viñetas. Y sí, ver a Eisner ahí es también apasionante.
Locust Moon Press publicó originalmente The Lost Work of Will Eisner en septiembre de 2016. El contenido extra lo forman sendos prólogos de Denis Kitchen y Richard Greene.
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