‘Mi vida con Mochi’, de Gemma Gené

Editorial: Lunwerg.

Guión: Gemma Gené.

Dibujo: Gemma Gené.

Páginas: 208.

Precio: 17,95 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Marzo 2018.

Vaya por delante que estamos ante un libro imaginativo y completo, divertido y fresco, pero hay que decir también que en Mi vida con Mochi concluyen algunas tendencias bastante marcadas de un sector de cómic nacional contemporáneo. Gemma Gené nos ofrece, en primer lugar, un tebeo de tintes autobiográficos. Lo hace en forma de sketches, pequeñas anécdotas e historias que tienen su base real pero que están ficcionadas para hacer del perro un persona protagonista más. Lo que nos cuenta es, tal y como dice el título, su vida junto a su mascota, un perro al que llama Mochi en honor al pastelito japonés. Y el origen de este libro hay que encontrarlo en el webcomic de la autora, 157ofgemma. Estas son características que convencen a un público amplio. Quizá la clave esté en la cercanía, en lo cotidiano de las historias que narra Gené, en el hecho de que casi todo el mundo que tiene perro se lo habrá imaginado alguna vez como si fuera más humano que el resto de personas a su alrededor. Quizá sea, simplemente, que es muy fácil conectar con este tipo de humor blanco y sencillo. Sea como fuera, la autora se monta un libro divertido, simpático y muy fácil de leer, que no busca complicaciones sino satisfacciones rápidas y agradables, de las que uno se puede encarrilar con rapidez y a las que volver en cualquier momento con la misma frescura.

Mi vida con Mochi, tal y como la cuenta Gené, pasa por ocho estadios: Inicio, Amor, Comida, Sueño, Familia, Paseos, Dificultades y Límites. Poco más o menos lo que cualquier persona con perro sería capaz de destacar y situaciones todas ellas que se prestan a momentos muy cómicos, desde el punto de vista del humano pero también del propio perro. Para captar la atención del lector, la autora usa dos argumentos de peso. Por un lado, un dibujo divertido y sencillo, claro para entender el gag y las emociones de cada personaje. Y eso, sí, incluye a Mochi, que para eso tiene la capacidad de hablar y de pensar en esta reimaginación de su vida. Esa es la segunda clave, la de acertar con los diálogos del perro, los que verbaliza y los que explica con la mirada y con los gestos. Si Gené quería contar su historia, lo cierto es que Mochi se apodera de ella con facilidad… incluso para quienes no tienen perro. Mi vida con Mochi es uno de esos cómics que desafían el prejuicio de que estén pensados solo para la gente que tenga perro, que sepa lo que es cuidar de una mascota o que simplemente le gusten los animales de compañía. Al final, todo es tan claro y sencillo que no resulta nada complicado entrar en este mundo, y no deja de ser una forma más, una ocurrente y entretenida, de contarnos un aspecto de esa guerra que es en realidad la vida diaria.

El volumen no tiene contenido extra.

En nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.