Guión: Dobbs.
Dibujo: Matthieu Moreau.
Páginas: 52.
Precio: 17 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Diciembre 2017.
Hace no mucho, nos llegó la revisión que Carlos Giménez hizo de una las grandes novelas de ciencia ficción de toda la historia, La máquina del tiempo (aquí, su reseña). Pero, claro, H. G. Wells es una fuente de inspiración tan clara para tantos autores que resulta lógico que cada cierto tiempo llame la atención de algún otro creador. El hecho además de que haya industria del cómic tan potentes en diferentes lugares del mundo hace que estos proyectos a veces se desarrollen casi en paralelo. Eso es lo que nos ha pasado con la versión de Dobbs y Mathieu Moreau, que tiene la particularidad de ser el pistoletazo de salida de una serie de álbumes que adapten obras de H. G. Wells y de la que se anuncian tres títulos más en la contraportada de este primer volumen. ¿Quiénes somos nosotros para quejarnos, teniendo en cuenta lo gratificante que siempre resulta retomar las ideas de un escritor que ha hecho tanto por el género? Lógicamente, el factor sorpresa solo cuenta para quienes no hayan pasado por la obra original o por alguna de las incontables versiones en cine o cómic que ya se han hecho, pero sigue siendo una historia que merece la pena recorrer y a la que Dobbs y Moreau rinden la necesaria pleitesía pero llevándola a su terreno de una manera clara y haciendo un buen trabajo de adaptación.
Lo primero que llama la atención del trabajo de Dobbs es su capacidad de síntesis. Su versión es incluso más corta que la de Giménez con el fin de adaptarla al formato de álbum francobelga. Y eso lo hace sin que se resienta la historia. Donde más recorta es en el presente, en la reunión de amigos y científicos a los que el protagonista de la historia quiere enseñar su hallazgo, el descubrimiento del viaje en el tiempo, y eso quizá provoca que el principal punto débil de esta adaptación esté en su epílogo, menos impactante que en otras versiones precisamente por no haber pasado mucho tiempo en ese escenario. Dobbs se vuelva más en ese mundo futuro que, al fin y al cabo, es el gran reclamo que tiene el relato. El escritor mezcla bien los cartuchos de texto y los diálogos, dos vehículos para que vayamos entendiendo la historia ante la falta de interacción inteligible con otros personajes. Y engancha también en algo que no resulta tan evidente en otras adaptaciones de la obra de Wells, escenarios cotidianos de nuestro mundo vistos en el futuro, no solo el marco natural de muchas de las escenas o los entornos más propios de la ciencia ficción. En las palabras de Dobbs, la historia sigue siendo interesante, tan atrevida como siempre y con un ritmo espléndido, algo que sigue teniendo mérito si tenemos en cuenta la naturaleza del relato que tenemos entre manos.
El principal aliciente visual de cada versión que se haga de La máquina del tiempo es, cómo no, el aspecto de los elois y de los morlocks. Y ahí Moreau consigue un acierto total, sobre todo con los segundos, a los que convierte en criaturas verdaderamente aterradoras, casi como una multiplicación del Gollum más inquietante de todos los que hayamos visto en las también incontables versiones de El Señor de los Anillos. Eso es lo más espectacular, pero tampoco podemos dejar de lado la forma en la que dibuja a los elois y, sobre todo, a Weena, la única eloi que tiene una personalidad propia, la única que une su destino al protagonista, a quien Moreau también da mucho carisma. El héroe es también la forma en la que el ilustrador dibuja con sutileza y mucho acierto el paso del tiempo, evidente en la primera secuencia pero que después es lo que va dando cohesión al resto del relato. Parece algo evidente, pero hay que saber hacerlo. Esta nueva revisión de La máquina del tiempo tiene la suficiente personalidad como para sostenerse por sí sola ante lectores que todavía no se hayan lanzado a la obra original de Wells. Al escritor siempre hay que mencionarle, porque buena parte de los logros del relato van a ser siempre suyos, pero a Dobbs y Moreau hay que agradecerles que no se limiten a fotocopiar la novela.
Glénat publicó originalmente La machine à explorer le temps en enero de 2017. No tiene contenido extra.
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