CÓMIC PARA TODOS

‘Batman. Año tres’, de Marv Wolfman, George Pérez, Pat Broderick y Jim Aparo

Editorial: ECC.

Guión: Marv Wolfman y George Pérez.

Dibujo: Pat Broderick, George Pérez y Jim Aparo.

Páginas: 224.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Noviembre 2017.

No es solo Batman. Año tres. Es, además, Un lugar solitario para morir. Las dos historias orquestadas por Marv Wolfman, con ayuda de George Pérez en el caso de la segunda, forman parte imborrable del legado de Robin. Porque, asumámoslo, Robin siempre será Dick Grayson y los demás, por buenos personajes que hayan podido ser, solo han sido reemplazos. Por eso, tras la manera en la que DC decidió acabar con la etapa de Jason Todd vistiendo las coloristas mallas del ayudante de Batman, tan polémica por el sistema de llamadas de los aficionados como eficaz en su plasmación en Una muerte en la familia (aquí, su reseña), la única manera de seguir adelante era con Dick en primer plano. Año tres cierra la historia del asesinato de sus padres, contada francamente bien a modo de flashback, con el regreso de Tony Zucco y la manera en la que eso afecta a un Batman cada vez más violento y descentrado a un Nightwing que revive los fantasmas del pasado. Y Un lugar solitario para morir nos marca el mejor relevo posible, la entrada en acción de Tim Drake probando su valía para mostrando la conexión emocional con Dick que nunca tuvo Jason. Junto a la mencionada Una muerte en la familia y la impresionante Robin. Año uno (aquí, su reseña), este cómic forma parte del trío de obras imprescindibles para saber quién es Robin. Los diferentes Robin, de hecho.

Aunque bajo el título de Año tres se esconda la importancia que tiene Un lugar solitario para morir, es un enorme acierto la lectura continuada de ambas historias. Entre las dos se completa una historia que permaneció inconclusa durante mucho tiempo. Batman necesita a Robin, como le dicen al Caballero Oscuro en el transcurso de esta historia, y Robin necesita unos cimientos sólidos para ser creíble. Estas dos historias, la misma en realidad aunque haya dos títulos y la segunda tenga incluso un necesario crossover con Los Nuevos Titanes (que además da sentido a la presencia de Pérez coguionizando esos números), son un auténtico viaje emocional. Robin, como Batman, nace de una tragedia. Pero ese es el Robin de la era clásica. Se intentó modernizarle con el toque de antihéroe malencarado que marcó los años 80, y eso es algo que no funcionó. Jason Todd nunca llegó a ser Robin hasta que murió. Fue entonces cuando aportó algo diferente. Y Wolfman recoge exactamente eso para darle una profundidad enorme. No es la ausencia de Robin lo que hace brillar este volumen, sino las consecuencias de la forma en la que murió. Batman no es el mismo. Pero Nightwing tampoco. Y eso queda muy claro. Wolfman lo entiende y le da una visibilidad a algo que aterra, la muerte de alguien que casi se puede entender como un hijo.

Año Tres cuenta con dibujo de Pat Broderick, y el resultado es algo irregular. Tiene momentos deslumbrantes y algunas viñetas tremendamente icónicas, se le nota mucho más cómodo en el flashback prolongado del origen de Robin que en la historia enmarcada en el presente, pero en otros momentos la fisionomía de sus personajes es algo extraña, con alguna que otra desproporción anatómica que llama bastante la atención. Aunque esto lógicamente no se le puede reprochar, Broderick tiene además el problema de vérselas con dos clásicos de la talla de Jim Aparo, uno de los nombres esenciales para entender el Batman de los años 70 y 80, y George Pérez, ahondando aquí en la huella que dejaron sus Titanes. Sin desmerecer a Broderick más allá de esos defectos ya mencionados, lo cierto es que Aparo y Pérez elevan el nivel del libro hasta convertirlo en imprescindible. Año tres es muy atractivo por sus aciertos, Un lugar solitario para morir un complemento visualmente irreprochable. No muchas veces se puede decir que una historia sea un punto de inflexión tan importante en la historia de un personaje, pero Año tres y Un lugar solitario para morir son así de importantes para Robin, para Dick Grayson pero sobre todo para Tim Drake, uno de los hallazgos fundamentales del universo de Batman en uno años que dejaron muchos y muy buenos personajes.

El volumen incluye los números 436 a 44 de Batman y 60 y 61 de The New Titans, publicados originalmente por DC Comics entre junio y noviembre de 1989. El único contenido extra son las cubiertas originales de George Pérez.

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