Guión: Max Allan Collins.
Dibujo: Terry Beatty.
Páginas: 192.
Precio: 17,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2017.
Tras la espléndida Camino a la perdición (aquí, su reseña), Max Allan Collins continuó la historia con En la carretera (aquí, su reseña), una colección de relatos que se insertaba dentro de la historia original. Para seguir adelante y finalizar la trilogía, el escritor apuesta en Regreso a Perdición por dar un salto hacia adelante en muchos sentidos. El principal, el tiempo. Michael O’Sullivan ya no es el protagonista, pero el objetivo es dar a la serie un sentido de saga familiar que acaba funcionando bastante bien incluso aunque al principio despierte las encontradas sensaciones que en los cinéfilos todavía hoy provoca El padrino III con respecto a las dos primeras películas, incluso sabiendo que hay diferencias claras entre la apuesta de Francis Ford Coppola y la de Collins. La apuesta no es sencilla, porque el tono cambia completamente. Las dos primeras obras nos sumergieron en el mundo de la mafia, en una cruzada de venganza. No se trata de desvelar apresuradamente las sorpresas que se guarda el autor, pero sí se puede decir que se trata de una manera de actualizarla serie sin renunciar a su legado. Es decir, el protagonista sigue siendo un O’Sullivan, el nieto del personaje al que dio vida en el cine Tom Hanks. Pero el tono, el escenario y muchas cosas más son muy diferentes. Hemos llegado a los 70, y ahí las cosas funcionan de forma diferente.
Se puede decir que Collins emplea mucho tiempo en sentar las bases de la historia o que, en realidad, juega con recursos bastante arquetípicos del género en muchos momentos. No es difícil ver algunos de los giros que va a adoptar la historia. El autor pone tanto énfasis en crear un escenario tan creíble como lo fue el original, que se le escapan algunos detalles en este sentido. Pero poco a poco vamos metiéndonos tanto en la historia, y eso queda fácilmente en un segundo plano para disfrutar así de los aciertos, que están en lo que hace de Camino a la perdición una serie digna de mención. El cambio de género, porque esta no deja de ser una historia de espías infiltrados en su base original, le sienta bien a la serie. Le da frescura, cambia el paso del relato, aborda escenarios que no sospecharíamos. Olvidemos a Al Capone, esto ya es otra cosa. Pero, y esa es la gracia, sigue siendo lo mismo. Es la saga de los O’Sullivan. Y aunque Collins no logra que esta tercera generación tenga el mismo carisma que la primera o la segunda, sí que se trata de un personaje atractivo. Pero lo que manda en Regreso a Perdición es el mundo que nos muestra, el trabajo como agente infiltrado, la relación personal del protagonista con una mujer prohibida, la manera en la que se desencadenan los hechos y cómo eso conduce a las mismas raíces de Camino a la perdición.
La serie siempre ha tenido un sabor clásico muy agradable, y en eso ha sido siempre decisivo el dibujo. Richard Piers Rayner en el primer volumen y especialmente José Luis García-López en el segundo, sin despreciar tampoco a Steve Lieber, hicieron un espléndido trabajo. Terry Beatty hace incluso algo más, y es que de alguna manera nos lleva a la época escogida. Su dibujo es, efectivamente, tan clásico, que casi da la impresión de que Regreso a Perdición es un tebeo realizado en esa época. No porque tenga un sabor antiguo o caduco, ni mucho menos, sino porque complementa la historia de una manera muy natural. Beatty aporta un acabado a medio camino entre la tinta y el lápiz que da una textura espléndida. A partir de ahí, y sin grandes artificios técnicos que en realidad no necesita, Beatty construye el mundo con el mismo mimo que Collins. Sabe explotar el peligro, la tensión, la sexualidad y la venganza como elementos fundamentales no solo de la historia sino también de la puesta en escena. Y de esa manera, Regreso a Perdición va solventando todas las dudas que pueda generar el cambio de registro y se convierte en un final para la historia (que probablemente no lo sea) que por un lado conecta con los títulos en prosa que Collins también ha desarrollado en este mundo y que tiene bazas de sobra para gustar a los seguidores de la serie y a quien entre de nuevas.
Vertigo publicó Return to Perdition en noviembre de 2011. El único contenido extra es un epílogo de Max Allan Collins.
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