‘Harley Quinn’ 8-13, de Amanda Conner, Jimmy Palmiotti, Paul Dini, John Timms y Bret Blevins

Editorial: ECC.

Guión: Amanda Conner, Jimmy Palmiotti, Paul Dini.

Dibujo: John Timms, Bret Blevins, Khari Evans, Joseph Michael Lisner, Chad Hardin.

Páginas: 48 cada uno, 56 el número 13

Precio: 3,25 euros cada uno, 4,25 el número 13.

Presentación: Grapa.

Publicación: Septiembre 2017 a febrero de 2018.

“Me parece una buena persona con muchos problemas. O quizá sea una psicópata absoluta que tiene algo de bien dentro”. Cuatro años después de que Amanda Conner y Jimmy Palmiotti se hicieran cargo de Harley Quinn (aquí, reseña de su primer número), con esta sencilla definición han dado en el clavo. Como ya se ha dicho en números anteriores, la serie es una montaña rusa que por momentos alcanza la gloria y por momentos parece mucho más intrascendente de que lo debiera ser. Pero hay que reconocer que Conner y Palmiotti, en estos números que nos ocupan, medio año de publicación original, dan un auténtico recital delo que querían ofrecer, una locura absoluta protagonizada por una psicópata que quiere ser heroína y que en el fondo no sabe cómo conseguirlo y se rodea de los secundarios más chalados, absurdos e imposibles, que arrastran a este mundo a personajes como Power Girl o Hiedra Venenosa. Las dudas que se pudieran tener sobre esta Harley Quinn saltan por los aires con historias tan divertidas como la que abre el octavo número, con Harley convenciendo a un potencial conquistador de los problemas de dominar la Tierra con la mencionada Power Girl de por medio. O en la comparación con la historia de complemento, en la que Paul Dini, junto a Palmiotti, nos devuelve a la Harley animada, la más clásica.

Si durante la lectura pensamos que la Harley de Conner y Palmiotti no desmerece a la de Dini, aún sabiendo que son diferentes, es que tiene muchas cosas bien hechas. Sobre todo porque, aunque parezca lo contrario, es una serie de altas dosis de violencia. Harley da y recibe palizas como si no hubiera un mañana, habla de corrupción política con una normalidad que asusta, cuela psicópatas con más problemas aún que nuestra protagonista como Harley Sinn, y hay intentos de asesinato de toda clase, sea con lanzamisiles o con una red de cuerdas reforzadas al más puro estilo bondage, vemos niños que ofrecen cuchillos, besos entre mujeres, peleas con Harley semidesnuda y hasta traumas personales con sus padres. La locura. Y todo con una agilidad en los diálogos que ha ido mejorando número a número. Es verdad que falta el Joker en la ecuación, pero es algo deliberado en este punto. Conner y Palmiotti le dieron un gran uso en números anteriores, pero su Harley quiere buscar otro camino, y leídos al mismo tiempo se muestran como complementarios, es una evolución con respecto al de Dini. El cocreador de Harley se lo pasa en grande en Harley quiere al Joker y nos ofrece algo a medio camino entre el tono de la serie y una continuación de Amor loco (aquí, su reseña) algo más light que merecería un tomo aparte para ser leída de forma íntegra.

Bret Blevins se ocupa de este complemento de una manera tremendamente divertida, mezclando con mucho acierto su estilo personal con el de Batman: The Aninmated Series. Pero el que manda en Harley Quinn a nivel visual es John Timms. No se ocupa de todo, vemos invitados en páginas sueltas como Khari Evans, Joseph Michael Lisner o el celebrado retorno del otro gran artífice del nuevo estilo visual de la serie, Chad Hardin, pero es Timms el que nos lo hace pasar realmente bien, porque sabe mezclar un estilo realista con un fino toque de caricatura y exageración, que es exactamente lo que pide a gritos el trabajo de Conner y Palmiotti para que nos creamos la pequeña gran salvajada que estamos leyendo. Porque no hay otra forma de afrontar Harley Quinn que no sea la de que todo es posible, no solo a nivel narrativo sino por supuesto en la ejecución de cada una de las viñetas que vamos a ver. Y lo descrito anteriormente no es más que la punta del iceberg. No olvidemos que hay peluches que le hablan a Harley, personajes con forma de huevo y hasta viajes en el tiempo a lo Terminator de heroínas con motivos de murciélago, abogadas en minifalda y fiestas de cumpleaños. ¿Qué no tiene sentido? Claro, es Harley Quinn, no tiene que tener sentido. O, mejor dicho, uno tan ambiguo como el de la frase con la que se abren estas líneas.

Estas entregas incluyen los números 15 a 26 de Harley Quinn, publicados originalmente por DC Comics entre marzo y agosto de 2017. El único contenido extra son las portadas originales de Amanda Conner y Frank Cho.

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