Guión: Neil Gaiman.
Dibujo: Shane Oakley.
Páginas: 56.
Precio: 15.95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2018.
Nos hemos acostumbrado, todos, a tratar a Neil Gaiman con tal reverencia que puede ser que elevemos con demasiada facilidad casi todas sus obras al olimpo de la maestría. Pero, claro, es que Neil Gaiman es un maestro, e incluso cuando no alcanza una trascendencia inmortal consigue elevar sus trabajos a un nivel que muchos autores, incluso algunos muy respetados, solo podría encontrar en su imaginación. Cuando uno está leyendo Esposas prohibidas de siervos sin rostros en la mansión secreta de la noche del aciago deseo, tremendamente llamativo título de lo que es la adaptación de un relato corto del propio Gaiman incluido en su antología de 2006 Fragile Things: Short Fictions and Wonders, la sensación es peculiar. Siempre quieres que te guste Gaiman, pero la sensación de esta leyendo un batiburrillo de elementos de complicada conexión no se va, por lo menos en las primeras páginas. La cosa va cambiando para mejor, pero al final resulta difícil no colocar Esposas prohibidas entre las obras menores de Gaiman. ¿Qué aún así es mejor que la media? Claro, recordad, Neil Gaiman es un genio. Pero aquí es un genio que busca en muchos momentos la perplejidad ante todo lo que estamos viendo más que la satisfacción absoluta a la hora de fusionar en nuestra mente todos los elementos que utiliza.
Lo que realmente maravilla de Esposas prohibidas es la facilidad con la que Gaiman nos habla de dos cuestiones fundamentales para quienes le hayan seguido durante todo este tiempo, en especial desde que Sandman nos deslumbrara a todos. Por un lado, la motivación del escritor, cómo funciona su mente, qué le influye a la hora de escribir y como autoevalúa su propio trabajo. Es muy fácil sucumbir a la tentación de ver al protagonista, un escritor, como si fuera el propio Gaiman. Por otro lado, la importancia del género. Todavía sobrevuela en algunos círculos la sensación de que la fantasía es algo menor, que no se puede alcanzar el nivel narrativo que sí permiten los géneros, como si la fantasía fuera algo destinado a escritores un peldaño por debajo de los grandes maestros. Esas dos reflexiones convencen más que la misma historia de ficción que Gaiman intercala con la de su escritor, suponen los mejores momentos de este relato corto y llegan a conclusiones mucho más satisfactorias que la odisea de Amelia, a la que seguimos con la pretensión de saber realmente de qué huye y qué pretende pero cuyo relato no genera al final la misma pasión que la del autor sin nombre que Gaiman utiliza como nexo entre la realidad y la ficción. La doble narración, eso sí, está utilizada tan bien como cabe esperar de un narrador de primer nivel como este.
¿Qué deslumbra entonces en Esposas prohibidas? El dibujo de Shane Oakley. Todos los problemas, o mejor dicho las dudas, que pudieran verse en estas páginas se solventan con el formidable acabado visual que nos da el autor. A medio camino entre las películas de las Hammer, el estilo de Mike Mignola para captar la fantasía más oscura y un estilo personal innegable, Oakley es quien nos sumerge del todo en las dos partes del relato. Con un blanco y negro sobrecogedor para seguir a Amelia, con intensos colores para dar el salto a la no menos fantástica realidad del autor, con un trazo que surge de entre las sombras con una elegancia inmensa, con una ambientación portentosa y con una solidez envidiable. Si se puede decir, con razón, que Esposas prohibidas no se convierte en una de las grandes obras de Gaiman, sí que hay que considerarla como tal en la trayectoria de Oakley. El autor de Sandman, en realidad, siempre merece la pena, si se nos permite caer en aquello que decíamos al principio, pero si encima sigue teniendo esa capacidad de encontrar dibujantes tan adecuados para cada historia que imagina al final no queda más remedio que asumir que el disfrute de este pequeño relato es tan intenso como cabía esperar. Rascamos detalles en su historia y nos impacta su belleza visual.
Dark Horse publicó originalmente Neil Gaiman’s Forbidden Brides of the Faceless Slaves in thr Secret House of the Night od Dread Desire en febrero de 2017. El único contenido extra es un portafolio comentado de bocetos de Shane Oakley.
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