‘Jaw. Integral’, de Vicente Montalbá

Editorial: Foster.

Guión: Vicente Montalbá.

Dibujo: Vicente Montalbá.

Páginas: 116.

Precio: 14,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Enero 2018.

Jaw es una especie de perrito intergaláctico y antropomórfico tremendamente salido, que ve porno y que está colado por una mujer que no le hace ni caso. La premisa ya nos indica que la obra de Vicente Montalbá es una de esas marcianadas que nos van a chiflar por su altísimo nivel de locura. Pero si encima tenemos la suerte de que en este volumen integral estén las dos aventuras ya publicadas previamente, Las aventuras de Jaw y Jaw vs. Alien, más una tercer inédita hasta el momento, Jaw Returns, solo cabe destacar lo bien que se lo pasa uno leyendo este alocado volumen. Porque Montalbá, que ya nos ha dejado claro en varias que es un maestro a la hora de realizar esta suerte de dibujo cartoon que tiene, aquí además se suelta el pelo y se lo pasa en grande con su creación. ¿Solo es una locura pasajera? Lo fácil sería decir que sí, pero no es del todo cierto. Jaw esconde, siempre detrás del sarcasmo del autor, una alta dosis de crítica social. Eso se ve, probablemente, con más claridad en el final de la trilogía, cuando las redes sociales y la tiranía de la imagen se convierten en un tema dominante. En todo el libro, eso sí, hay un humor trepidante, mordaz, loco, muy loco, y con un imaginación desbordante para hacer que la vida amorosa y sexual de Jaw nos haga gracia cuando en realidad es más trágica que otra cosa.

Dicho todo esto, si hay algo que predomina en las intenciones de Montalbá, es que los pasemos en grande. Lo que nos ofrece es una comedia de claros y nada disimulados toques pornográficos que no hay manera de tomar en serio… aunque de vez en cuando nos siembre la duda. De eso se trata en realidad en Jaw. Nos vale la presentación del personaje, descubrir las ganas que tiene de echar en polvo porque Shara no le hace caso y ver cómo Juanita, que se moriría por esa noche de sexo con Jaw, es literalmente ignorada por nuestro protagonista. Nos vale con la parodia de Alien que se monta en la segunda aventura. Y la forma en la que redondea y ¿pone fin? a su trilogía nos lleve a un nuevo nivel de diversión. Quién sabe si porque estamos ante una historia algo más madura (¿se puede usar ese término para hablar de Jaw?), pero la tercera es la mejor. No la más fresca, porque la ventaja que tiene desde la primera página es que Montalbá escribe con una naturalidad tremenda, incluso las situaciones más ridículas o las más turbias (ojo a la cara con la que Jaw… y hasta Shara… ponen rostro a sus fantasías sexuales hechas realidad), pero sí la más completa a todos los niveles. Aunque, en realidad, bien pensado, leídas en este volumen integral se funden en el todo que tiene que ser Jaw, una gran aventura de la que ojalá hubiera más entregas.

Es muy fácil colarse en el mundo de este peculiar personaje por muchas razones, y el dibujo es una de las más directas. Hay un pequeño salto entre las dos primeras aventuras y la última, no en vano estamos hablando de una diferencia de dos décadas entre ellas, pero en general hay un encaje bastante suave entre Jaw Returns y las dos historias originales. Suave, natural y fiel a lo que se busca, que es una comedia clara y evidente. El estilo de Montalbá se deja ver ya desde el diseño de los personajes, imaginativo y audaz, una simpática y divertida combinación de humanos y seres antropomórficos de toda clase y condición, naves espaciales pensadas para que sean entendidas desde un primer momento como órganos sexuales, sensación que no se limita a los vehículos y que permiten que veamos polvos de todos los colores, por mucho que la obra sea en blanco y negro. El humor está tanto en el guion como en la forma que lo ejecuta, y eso se agradece porque produce risas desde el primer momento, incluso entre quienes no sepan que vamos a ver una historia tan sexual como esta. Este integral de Jaw es, probablemente, la mejor manera de conocer a su autor. No es un todo tan completo como Mundo extraño (aquí, su reseña), pero es, desde luego, una parte igual de importante de su talento, que además aporta un tono desenfadado y jovial que se agradece.

El volumen incluye tres aventuras, una inédita y las dos primeras publicadas originalmente por La Cúpula en 1997 y 1999. El contenido extra lo forman las dos primeras historietas cortas del personaje, las portadas originales de los dos primeros volúmenes y un página de bocetos de Vicente Montalbá.

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