‘Faith’ 8, de Jody Houser, Pere Pérez y Marguerite Sauvage

Editorial: Medusa.

Guión: Jody Houser.

Dibujo: Pere Pérez y Marguerite Sauvage.

Páginas: 32.

Precio: 2,50 euros.

Presentación: Grapa.

Publicación: Enero 2018.

Jody Houser ha conseguido que Faith sea uno de los cómics de superhéroes más divertidos e inteligentes del panorama actual, y no le han hecho muchos números para ello. Con el final de esta historia de dos partes que arrancó en el séptimo número (aquí, su reseña) y que llevó a nuestra heroína a una convención de cómics, vuelve a mostrar un buen dominio del género desde una perspectiva diferente. En algunas ocasiones da la sensación de que estamos, simplemente y como si eso fuera poco, ante una serie divertida, pero en el fondo el humor es la herramienta con la que Houser está construyendo un personaje de una forma mucho más madura de lo que puede parecer a simple vista. No hay más que repasar la última frase de este octavo número para saber que Faith va de algo más, quiere ser el camino de aprendizaje de una superheroína especial, con la que resulta facilísimo encariñarse y que vive aventuras contadas de una manera muy original. Sus ensoñaciones, en este caso imaginándose la convivencia con un clon no malvado, glorioso cliché con el que finalizó la anterior entrega, son gloriosas. Y la forma en la que resuelta la existencia de ese clon, también. Hacer eso jugando con la sensación de que en realidad está contando una historia intrascendente y hasta absurda es algo formidable.

Aunque los números anteriores ya mostraron que Pere Pérez ha sabido hacer suya la serie después de que Francis Portela fuera quien nos presentara al personaje en esta nueva etapa, en esta ocasión no queda más remedio que rendirse al talento de Marguerite Sauvage como lo más destacado de este octavo número. Con ella entramos en él, y es imposible no volverse loco con esa manera en la que la protagonista imagina los pros y los contras de que hubiera otra mujer exactamente igual que ella, para luchar contra el crimen… y en las citas. Tan liviano como formidable. Y Pérez, efectivamente, da vida a esta historia con el mismo brío de los números anteriores, metiéndonos de lleno no solo en la convención comiquera, sino también en el enfrentamiento lleno de magia y en ese estupendo final que tiene este número. Faith cuenta con un equipo que no solo hace un tebeo divertido, sino que cree en él, y se nota en cada paso que dan, en la descripción de la heroína tanto narrativa como gráfica. Parece fácil, ¿verdad? Pues no lo es. Por eso Faith es uno de esos tebeos a los que da gusto asomarse y que de los que es mucho más agradable todavía quedarse durante mucho tiempo. Ojalá que esas sensaciones no se pierdan y que lo apuntado por Houser en el epílogo de este número tenga continuidad en el futuro.

Valiant publicó originalmente el cuarto número de Faith en octubre de 2016. No tiene contenido extra.

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