Guión: John Arcudi.
Dibujo: Tom Mandrake.
Páginas: 208.
Precio: 18,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Septiembre 2017.
De una manera muy general, podemos dividir las historias de la desaparecida serie de Otros mundos en dos grandes grupos. Por un lado, las que tienen lugar en escenarios de fantasía. Por otro, las que bucean en la historia. Y dentro de este segundo grupo, hay otra subdivisión, las que nos llevan al pasado y las que imaginan un presente de alguna manera ucrónico, por algo que falte o que se añada a la presencia superheroíca en la Tierra y que cambie por completo el momento contemporáneo en el que se desarrolla el relato. JLA. Destino pertenece a este último grupo. No existe Superman, porque nunca hubo un bebé que escapara de la destrucción del planeta Krypton, ni tampoco Superman, porque el asalto criminal en las calles de Gotham no devino en la supervivencia de Bruce Wayne. El resto, aunque existe, es muy diferente sin la luz y la oscuridad que proporcionan sus dos mayores héroes. En este tipo de relatos cuesta entrar, y la historia de John Arcudi, en ese sentido, no es distinta de otras. El cambio en los personajes, y ahí también entra en juego el dibujo de Tom Mandrake, es tan importante que no es nada fácil conectar con el relato. Poco a poco va mejorando y encontrando escenarios más que interesantes pero no se acerca a los logros de los mejores Otros mundos de esta naturaleza.
Arcudi hace una cosa muy bien y otra no tanto. La que le sirve para encauzar Destino está en el mundo que imagina. Ahí hay muchos aciertos, partiendo por los papeles que juegan dos nombres clave de la mitología de los dos héroes ausentes, Lex Luthor y Thomas Wayne. Ambos son fuerzas motores, y además por razones y con actuaciones muy diferentes entre sí, de un mundo que se parece poco al que conocemos, o incluso por la elección del villano de la historia, que da sentido a un buen aunque algo trillado clímax. ¿Qué no está a la misma altura? La propia Liga de la Justicia, a la que le falta mucho carisma. A Arcudi le interesa la estructura que los protagonistas, y es difícil sentir que el grupo tiene un papel tan relevante que debiera tener en el devenir de la historia. Eso genera algo de desequilibrio, y eso que la diferencia entre este y otros títulos de esta serie está precisamente en la extensión. Arcudi cuenta con 200 páginas, y aún así no da la sensación de haber alcanzado el mismo potencial que Otros mundos diversos que apenas han disfrutado de la tercera parte, y eso es un punto en su contra bastante evidente. El espectáculo, no obstante, es adecuado y entretenido, lo que contribuye a que la historia deje un buen sabor de boca, aunque no espectacular, cuando se llega a la última página.
El dibujo de Destino actúa, de alguna manera, como puente entre épocas. Mandrake conoce el género, porque lo lleva dignificando desde hace ya unas cuantas décadas, y eso le hace explorar con firmeza los lugares comunes. Pero es verdad que hay síntomas noventeros en este relato que no le sientan del todo bien, personajes hipermusculados, rostros menos cuidados en algunos momentos, y peleas, muchas peleas, para enmascarar los defectos del guion. Eso, lógicamente, no es un problema de Mandrake, sino más bien de Arcudi, pero entre ambos consiguen que muchos personajes que podrían haber tenido una presencia imponente acaban siendo meros secundarios que simplemente pasan por la historia. Y eso, como se decía antes con la falta de carisma de la Liga, afecta precisamente a los héroes de la historia, que dejan todo el protagonismo y los aciertos a otros actores. Con estos mimbres, Destino se puede entender como una aceptable aportación a los universos de Otros mundos, pero que no deja tan buen sabor de boca como otros de sus títulos. La clave, probablemente, está en que no hay una Liga de la Justicia verdaderamente atractiva que sustente el buen planteamiento inicial. De haberla tenido, y con la presencia de Wayne, Luthor y otros personajes bien desarrollados, el resultado habría sido diferente.
El volumen incluye los cuatro números de JLA: Destiny, publicados originalmente por DC Comics entre junio y septiembre de 2002. El único contenido extra son las cubiertas originales de Tom Mandrake.
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