Guión: Kurt Busiek.
Dibujo: Brent Anderson.
Páginas: 208.
Precio: 20,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2017.
Siendo justos, Astro City no ha inventado nada. De hecho, cada vez que llega un nuevo volumen se tiene el miedo de que sea ya en este en el que se sienta que la fórmula está agotada, que ya no da más de sí. Y por mucho que haya algunas páginas en las que se pueda sentir algo así, el final de cada uno de los relatos que plantean Kurt Busiek y Brent Anderson nos deja siempre una sonrisa en la cara. No falla. Astro City es, de muchas maneras, la más genuina y realista serie de superhéroes que jamás vamos a leer. La forma en la que Busiek y Anderson nos hace conectar con personajes de los que en realidad no sabemos demasiado y que no están sujetos al protagonismo a veces forzado de una serie mensual es, sencillamente, deliciosa. En Estrellas resplandecientes vemos cuatro historias tan autoconclusivas como las de la serie regular pero contadas fuera de la misma. Son dos especiales y dos miniseries de dos episodios que se centran en el Samaritano, Bonita, Astra y el Agente de Plata. Y ni siquiera este último, que conecta con La edad oscura (aquí y aquí, reseña de sus dos volúmenes), el episodio más dramático de esta ya larga franquicia, que nació en 1995, nos nubla la vista. Astro City es un retrato luminoso de un género apasionante con el que es tremendamente fácil conectar. Sus personajes lo piden a gritos. Y eso es mérito indudable de sus autores.
El de Busiek pasa por tres cosas, que además se ven a la perfección en este volumen. Por un lado, tiene un respeto reverencial por la figura del superhéroe. Sus convenciones, sus clichés, sus razones de ser. Ver al Samaritano compartiendo mesa y mantel con uno de sus enemigos es el ejemplo perfecto. El sacrificio del Agente de Plata y los lazos con sus queridos, otro. Por otro, su capacidad para encontrar rincones tremendamente originales para forjar orígenes y personajes, como se ve especialmente en la historia centrada en Bonita, una suerte de androide, creado a imagen y semejanza de una muñeca a lo Barbie y que busca encontrar sus orígenes. Y finalmente, el tercer aspecto es la forma en la que engancha realidad y género de una manera tan certera, como muestra en la historia de Astra, que nos lleva a los momentos posteriores a su graduación, tratando temas tan apasionantes como el seguimiento de los medios a las celebridades o la autoestima de cualquiera de nosotros, con esa costumbre de empequeñecernos ante los logros de los demás. Y sí, hay momentos en los que es difícil no pensar que la siguiente va a ser solo una historia más. Pero hay tanta humanidad en la forma en la que escribe Busiek, hay tanto amor por sus personajes, que resulta casi imposible no seguir enamorado de Astro City, admitiendo que hay momentos mejores y peores.
Con el dibujo de Anderson pasa un poco lo mismo. Su estilo no apuesta por la espectacularidad que reina en el cómic contemporáneo de superhéroes. No es que no sea espectacular, pero no lo es de la misma manera. Lo es de una forma mucho más clásica y formal. Y eso tiene un encanto que no pasa de moda, más en una serie como esta, porque Astro City es un universo que necesita un encanto visual especial. Sus héroes están pensados para ser creíbles y reales, incluso con sus colores chillones, tan propios del género. Y Anderson domina a la perfección esa faceta. No importa tanto que su dibujo no alcance la perfección anatómica que las grandes editoriales piden hoy en día, ni que tampoco tenga un estilo ligeramente caricaturesco, como también parece encantar a Marvel o DC en las series llamadas a ser más experimentales. Lo de Anderson es puro cómic de superhéroes, y además una buena narración gráfica. Sin alardes, sin artificios, con la simple y tan digna intención de entretener. Bienvenidos a Astro City, como dice el tebeo, porque después de unos cuantos volúmenes y más de dos décadas sigue resultando igual de difícil salir de sus límites. Busiek y Anderson nos siguen atrapando. Igual no como el primer día, porque es imposible mantener la misma frescura durante tanto tiempo, pero sí con la suficiente imaginación y talento como para disfrutarlo siempre.
El volumen incluye Astro City Samaritan, Astro City: Beautie, los dos números de Astro City: Astra y los dos de Astro City: Silver Agent, publicados originalmente por DC Comics a través de su sello Vertigo entre septiembre de 2006 y el mismo mes de 2010. El contenido extra lo forman una introducción de Mark Waid, las portadas originales de Brent Anderson y un portafolio de bocetos del ilustrador.
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Me introduje en este mundo gracias a esta serie. Astro City me voló la cabeza. A día de hoy la considero mi favorita.
Un saludo
Me encanta saberlo, porque considero ‘Astro City’ una delicia que merece la pena visitar, aunque tenga menos fama que otras series y personajes, al igual que Busiek no tiene a lo mejor el mismo prestigio que otros autores. Sensaciones, como las que provoca la serie. ¡Gracias por el comentario!