Guión: Chuck Dixon, Devin K. Grayson, Greg Rucka, Dennis O’Neil, John Ostrander, Jordan B. Gorfinkel.
Dibujo: Staz Johnson, Gordon Purcell, Dave Eaglesham, Damion Scott, Rick Burchett, Roger Robinson, Jim Balent, Paul Ryan, Scott McDaniel, Greg Land, Sergio Cariello, N. Steven Harris y Pablo Raimondi.
Páginas: 336 / 272.
Precio: 31,50 / 27 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio / Octubre 2017.
Pocos podrán negar la importancia que tuvo Tierra de nadie en la historia moderna de Batman. Su final lo corrobora, pero también deja en evidencia lo complicado que es manejar una historia de esa magnitud, que obligó a cuadrar tantas series. Por ejemplo, vemos escenas repetidas en diferentes títulos porque afectan a más de un personaje. Y problemas de continuidad porque resulta imposible tener un orden de lectura inmutable. Pero también está el portentoso juicio de Dos Caras a Jim Gordon, la antológica conversación entre el comisario y Batman para curar heridas, la manera en la que se encauza la relación emocional entre Barbara Gordon y Dick Grayson, el bestial flashback que nos cuenta por qué reaccionan Bruce Wayne o la Cazadora a la nueva Gotham abandonada por el Gobierno de Estados Unidos y por supuesto el papel del Joker en un impactante y brillante clímax. No es casualidad que la mayoría de esos puntos álgidos del relato tienen detrás el talento de Greg Rucka. No solo él, pero sobre todo él hizo que Tierra de Nadie se convirtiera en el relato magnífico que es, y que estos dos volúmenes finales coronan como el evento por excelencia del Caballero Oscuro de las últimas décadas, muy difícil de superar en casi todo por mucho empeño y espectacularidad que se quiera poner.
Puede resultar injusto focalizar los méritos de Tierra de nadie en un solo escritor, y de hecho lo es, pero Rucka deja momentos memorables y da sentido a lo que supone esta historia. Lo que se buscaba era llevar a todos los personajes al límite. Con algunos, con la mayoría, funciona. Con otros, como Catwoman, quizá no tanto. Pero lo malo es fácilmente perdonable cuando se tiene en cuento todo lo que supone un reto como este. Son más de 2.000 páginas, una decena de series cruzadas y un número de personajes inabarcable. ¿Qué tiene errores? Claro que sí. ¿Que algunas de las historias funcionan un poco peor? Sin duda. ¿Pero merece la pena detenerse en las flaquezas cuando hay elementos tan poderosos? Tierra de Nadie hizo crecer a Batman, si es que eso todavía es posible, pero también a multitud de personajes. El final que Rucka le da al papel de la Cazadora es brillante, por ejemplo. Hay historias prácticamente autoconclusivas realmente emocionantes con Leslie Thompinks, el propio Batman, Dos Caras y Montoya, Batgirl e incluso Azrael como protagonistas. Y hay una manera inteligente de concluir todas las tramas abiertas, porque Tierra de nadie podría haberse derrumbado cual castillo de naipes si no se hubiera tomado en serio el aspecto más realista del relato, que funciona incluso sin enmascarados.
Con tantas series involucradas en el proyecto, Tierra de nadie es por fuerza un festival en el que podemos ver a una colección bastante impresionante de los ilustradores que contribuyeron a que Batman diera el salto al siglo XXI con una enorme categoría. Resulta difícil no quedarse con el realismo de Dale Eaglesham, la caricatura exagerada de Damion Scott (ambos se reparten las páginas de los dos números que conforman el final de la historia, y no es casualidad tampoco), la emotiva sencillez de Rick Burchett o la iconocidad no siempre exenta de polémica de Greg Land, muy por encima, por ejemplo, del estilo de Jim Balent, lejos de los mejores momentos que convirtieron su Catwoman en una referencia de su época noventera, o de un Scott McDaniel tan radical que se pierde en escorzos imposibles. Pero hay tanto y tan variado en estos dos volúmenes finales de Tierra de Nadie, que el disfrute está asegurado también desde el puno de vista visual. Con demasiada frecuencia, los macroeventos dejan un sabor de boca agridulce. Si hay que quedarse con uno, probablemente este sea la apuesta más segura. Con altibajos, claro está, pero con un plan que se siguió hasta el final de una manera brillante. Y sí, Rucka probablemente tiene mucho que ver en el sobresaliente juicio que hay que dar a la forma en la que esto concluye.
El volumen incluye los números 71 a 73 de Robin, 18 de Batman Chronicles, 572 a 574 de Batman, 739 a 741 de Detective Comics, 125 y 126 de Batman: Legends of the Dark Knight, 59 a 61 de Azrael: Agent of the Bat, 75 a 77 de Catwoman, 93 y 94 de Batman: Shadow of the Bat, 38 y 39 de Nightwing y 0 de Batman: No Man’s Land. El contenido extra lo forman las portadas originales de Rick Burchett, Jason Pearson, Dale Eaglesham, John Cassaday, Jim Aparo, Roger Robinson, Jim Balent, Scott McDaniel, Glenn Orbik, Doug Mahnke, Alex Maleev y Christian DiBari.
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