Guión: Steve Orlando.
Dibujo: Brian Ching y Emanuela Lupacchino.
Páginas: 168.
Precio: 15,95 euros.
Presentación: Rústica.
Publicación: Julio 2017.
Cuando un personaje nace a la sombra de otro, es evidente que no resulta fácil encontrar el camino perfecto. El machismo, innegable aunque requiera la comprensión de una mirada con perspectiva, con el que se desarrolló el cómic de superhéroes en las décadas centrales del siglo XX, puso en una situación todavía más complicada a los derivados femeninos de los grandes personajes. Supergirl nació así. Era la prima perfecta, la chica que toda suegra querría tener como nuera. Tan atractiva como, de alguna manera, inocente e incluso insulsa. El personaje, eso sí, tiene un potencial inmenso. Su papel motor de dramatismo lo explotó perfectamente Crisis en Tierras infinitas (aquí, su reseña), haciéndola protagonista de una de las portadas más icónicas del género. Tras varios experimentos, DC recuperó a la prima de Superman en la primera década del siglo, y tras una primera revisión en los Nuevos 52 en la que se potenció su ira y su frustración, la serie de televisión protagonizada por la encantadora Melissa Benoist obliga a dar un nuevo giro. Renacimiento es la oportunidad perfecta para hacerlo. Y de alguna manera Steve Orlando y Brian Ching consiguen el objetivo, aunque en muchos aspectos parezca un camino ya prefijado por la versión de la pequeña pantalla y la necesidad, simplemente, de buscar un parecido con ella.
El de Supergirl es un Renacimiento, por tanto, a medias. No hay ninguna ruptura con lo anterior. Los conflictos de Kara son parecidos, sus enemigos también. Orlando, en ese sentido, se ocupa de que la transición sea lo suficientemente amable para que nadie se pierda. Ni el lector que venga de los Nuevos 52 ni tampoco el seguidor de la serie televisiva. El objetivo es que ambos reconozcan a la protagonista. Sin buscar mucho más allá de eso, Orlando firma una historia entretenida y correcta, que coloca a Supergirl en ese punto intermedio del que no consigue salir, el de no sentirse completa ni en su nueva vida en la Tierra ni tampoco cuando llega a abrazar su herencia kryptoniana. Tener al Superman Cíborg como enemigo tampoco hace que el personaje avance demasiado. Funciona, porque Orlando sabe colocar todas las piezas para convertir en un drama familiar lo que podría ser únicamente una historia de acción y ciencia ficción espectacular, pero se queda en algo relativamente previsible. El conflicto funciona porque es bastante universal, pero este primer número de Supergirl no tiene sorpresas y hasta las razones por las que una invasión a la Tierra queda oculta al resto de superhéroes tiene un tono de recurso prefabricado bastante evidente. Pero Kara tiene encanto, así que todo se acepta.
Sobre Supergirl, en todo caso, sigue pesando una cierta indefinición. ¿Es la belleza que dibuja Emanuela Lupacchino en las páginas que abren este volumen o es la pizpireta joven a la que da vida Brian Ching? El estulo de Lupacchino es tan fascinante que la primera inclinación es quedarse con ella, pero Ching consigue hacerse con la serie, y eso tiene su mérito. Su Kara es más adolescente, es más emocional y, de alguna manera, es más fácil conectar con ella precisamente por eso. Su dibujo tiene un sentido bastante adecuado de la acción y del drama, aunque precisamente por toda la expresividad que es capaz de dar a los rostros (y no solo al de Supergirl, con Cat Grant da un auténtico recital) es una pena que muchas veces deje rostros a medio hacer o que en los planos generales se vuelque más en la acción que en lo que los propios personajes le pueden aportar. En todo caso, y puestos a romper la dinámica ultrabella de Lupacchino, la elección de Ching es bastante interesante. Como poco le da a la serie una personalidad bastante marcada, mayor que la que le proporciona la historia que, de momento, va trazando Orlando. Las presentaciones, no obstante, siempre son complicadas y lo más probable es que la verdadera medida de sus posibilidades nos la encontremos en la próxima entrega de la serie.
El volumen incluye Supergirl: Rebirth y los seis primeros números de Supergirl, publicados originalmente por DC Comics entre agosto de 2016 y febrero de 2017. El único contenido extra son las portadas originales de Brian Ching y Emanuela Lupacchino.
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