Editorial: Penguin Random House / Reservoir Books.
Guión: Carlos Nine.
Dibujo: Carlos Nine.
Páginas: 128.
Precio: 24,90 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2017.
Hay obras tremendamente difíciles de evaluar porque no aspiran a ser más que una conclusión de una idea tan personal que no hay manera de emparentarlas con nada ni de enjuiciarlas de una manera más o menos definitiva. Eso, que de manera campechana podríamos resumir en una pregunta, qué demonios es lo que tenemos entre manos, se puede aplicar perfectamente a El patito Saubón, obra del argentino Carlos Nine, fallecido en 2016, a la que no podríamos catalogar únicamente como sátira, ni como un tebeo erótico, ni como uno político, ni como una parodia. Pero es todo eso y muchas más cosas. Es un cómic bizarro, raro en extremo, que tiene referentes muy marcados pero que busca un camino propio casi desde la primera página, cuando conocemos a este pato de ideas comunistas, con un gusto irrefrenable por las mujeres (o las gallinas, o las gatas…) y una mala suerte digna de mención, porque siempre se ve metido en líos por sus bajas pasiones. Por ese camino, El patito Saubón es una obra que, puestos a encasillarla, se convierte en algo surrealista, entendida esta consideración como la escribió André Breton allá por 1924, como la expresión del funcionamiento real del pensamiento, sin la intervención de la razón y despreocupado de lo estético o lo moral. Encaja, ¿verdad? Pues eso debe de ser El patito Saubón, aunque sea una obra sin etiquetas.
Nine, desde luego, no parece pensar demasiado. Y eso no es nada parecido a un reproche, porque el arte también emana de las emociones y de las ideas, no solo de la finura estética con la que se plasmen. En este volumen, Nine no busca un arte preciosista, y sin embargo lo encuentra de alguna manera, pero sí quiere que se vayan atropellando emociones, sentimientos e instintos. Saubón es mujeriego, es un animal (perdón por el chiste fácil) político, de inclinaciones comunistas pero obligado por la sociedad a enmarcarse en un puesto de trabajo al servicio del capitalismo vendiendo cepillos. Usa en ocasiones argumentos que parecen sacados del cine porno, así, sin complejos, y los fusiona con un aspecto que casi parece una desviación radical, extremista y turbia de las criaturas de Walt Disney. El patito Saubón es, por todo ello, una obra tremendamente irreverente, que busca un atrevimiento narrativo, ideológico y sexual fuera de lo común. Pero raro. Todo es raro. Y eso hace que la lectura no sea fácil. Puede que el recurso erótico la acerque de alguna manera al lector, porque no hay nada tan universal como el sexo, pero cuesta entrar en la propuesta. ¿Pero quién dijo que el arte es fácil? Nine, desde luego, no allana el camino, pero sus intenciones son formidables y arriesgadas.
También en lo visual, porque es difícil entender su surrealista propuesta narrativa sin las locuras que hay en sus dibujos. No olvidemos que el protagonista es un pato, y que el mismo trazo de Nine convierte en una criatura extraña, casi onírica, como todo lo que aparece encuadrado en sus viñetas. Surrealista, de nuevo hay que recurrir a ese término, porque El patito Saubón lo enarbola con orgullo. Y quizá sea el trazo nervioso y extravagante del autor lo que permite una inmersión más fácil en la obra. Una vez vista en color, no es nada sencillo imaginar esta obra en blanco y negro, porque la paleta que utiliza, y que complementa tan bien su trazo, ayuda muchísimo a que haya viñetas con las que gozar incluso sin prestar atención a los detalles de la historia. Es el dibujo lo que nos obliga a detenerse, y en esa pausa es cuando podemos asimilar las ideas que Nines coloca a veces de forma muy directa y otras de una manera mucho más subliminal. Lo que está claro es que El patito Saubón es una obra extravagante y peculiar, que seguramente nos obligará a preguntarnos con el libro en las manos qué demonios estamos viendo, pero que poco a poco va convirtiéndose en una obra que pide una segunda lectura. Y una tercera. Y tantas como sean necesarias, porque probablemente en cada una de esas revisiones encontraremos algo diferente.
El patito Saubón comenzó a publicarse en la revista Fierro en 1999. El volumen no tiene contenido extra.
Podéis ver imágenes de este título aquí y aquí. Y en nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.