Guión: Tillie Walden.
Dibujo: Tillie Walden.
Páginas: 404.
Precio: 32 euros.
Presentación: Rústica con solapas.
Publicación: Octubre 2017.
Hay que dejar claro de antemano que Piruetas es una extraordinaria novela gráfica. Es un relato autobiográfico, eso también es importante destacarlo. Lo que nos cuenta Tillie Walden es exactamente lo que dice el título, las piruetas que la vida nos obliga a dar a veces para lidiar con todo lo que se nos viene encima. Y es que Walden escoge algo tremendamente difícil de relatar. Su propia vida, y de la manera más compleja. Lo que nos cuenta es cómo le afectaba su ocupación principal, el patinaje sobre hielo. Cómo afrontaba la decisión de salir del armario y confesar a los suyos su homosexualidad. Y sí, todo esto siendo apenas una niña, lo que añade al relato un elemento todavía más contundente de profundidad para el lector y de dificultad para la narradora. Son tantos los momentos en los que Walden literalmente desnuda su alma ante el lector que resulta imposible no estremecerse. O identificarse. Porque no hace falta ser gay para sentir lo mismo que nos cuenta la protagonista. La discriminación, la soledad, la angustia, la necesidad de ser el mejor son cosas que tienen que ver con muchos más elementos de la vida que nuestra identidad sexual. Y Piruetas lo explica tan bien, con tanto mimo y delicadeza, con una construcción tan eficaz del retrato que la autora hace de sí misma, que es imposible no aceptar la propuesta como la maravilla que es.
Hay que reconocer que Piruetas intimida por lo que tiene de atípico. No tanto por el hecho de tratarse de una historia de homosexualidad femenina, que por ese motivo ya tiene por desgracia un componente de rareza, sino por su enorme ambición. Son casi 400 páginas narradas de una manera pausada, delicada, muchas veces incluso lenta. Y aún así nunca se siente pesadez. Piruetas, en ese sentido, tiene un mérito descomunal, porque supera con creces las fronteras de todos los terrenos que toca. No es la historia deportiva al uso, quizá porque se queda más en el entrenamiento que en la competición. No es una glorificación de la belleza de una disciplina, aunque se siente igualmente. Es más que un retrato de superación personal, porque aquí no está supeditada al triunfo. Se salta los tópicos, porque llega a conclusiones por caminos que tienen mucho más que ver con la vida real que con la construcción de una historia. Y si se quedara en una simple declaración de emociones personales no tendría el inmenso impacto emocional que tiene. Piruetas es desgarradora por su realismo, pero sobre todo porque Walden se convierte en una extraordinaria narradora de lo que solo ella podría entender. Lo transforma. Hace que sea algo asombrosamente accesible para lo complejo que es.
La sencillez de su trazo y el potente bitono resquebrajado solo por el amarillo son las armas con las que hace que la brutal sensibilidad de la historia traspase las páginas de Piruetas, hasta convertirla no ya en una exhibición íntima tan magnífica sino además en un sobresaliente relato visual. Repasar las casi 400 páginas de la historia es algo obligatorio, porque no hay ni una sola elección del punto de vista que no tenga una explicación narrativa. Walden no solo ha hecho una novela gráfica demoledora en lo personal, sino que desde sus ilustraciones aporta un significado igualmente complejo, sin necesidad de ser rompedora en ese aspecto. El retrato, el detalle, la luz e incluso la mirada, por mucho que los ojos de los personajes no sean más que unos diminutos puntos que rozan lo esquemático, se convierten en elementos decisivos para que no solo lo que sucede nos alcance el corazón. Walden logra eso también con sus dibujos. Piruetas se convierte así en una de esas rarísimas obras en las que una experiencia personal, y una además tan localizada en un momento histórico, geográfico y personal que no mucha gente compartirá, que casi parece un milagro que provoque tanta empatía. Y eso lo consigue una autora que apenas supera los 20 años, lo que da una idea de la fuerza emocional que transmite una obra sensible y demoledora como pocas.
First Second publicó originalmente Spinning en septiembre de 2017. El volumen no tiene contenido extra.
Podéis ver imágenes de este título aquí y aquí. Y en nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.