Guión: Mangel y Alexby.
Dibujo: Nacho Tenorio.
Páginas: 64.
Precio: 15,90 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2017.
Se mire como se mire, no deja de ser una buena noticia que el mundo de los youtubers haya encontrado en el cómic una manera de expandirse. El Rubius puede ser el más destacado en haber dado ese salto, con una serie, Virtual Hero, escrita por El Tores y que ahora dará el salto al anime, y ahora llega el turno de Mangel y Alexby. Seguro que quienes están acostumbrados al mundo de estos nuevos influencers saben quiénes son. Y puede que no a todo el mundo le guste este fenómeno, puede incluso que su salto al cómic se pueda entender como una suerte de traición por su claro componente de márketing, que sin duda lo tiene. Pero si un mundo con muchos seguidores sabe aprovechar el cómic, que por desgracia tiene menos, para que la gente se acostumbre a leer viñetas con dibujos, algo habremos ganado sin duda. Por eso es una buena noticia que aparezcan álbumes como Los pollos primos. Mangel y Alexby han creado una alocada aventura con ellos mismos como protagonistas, o al menos una versión fantástica de ellos mismos en la que viajan al futuro, nuestro presente, desde 1910 y se plantean qué saben hacer para poder ganarse la vida en la sociedad actual Y la clave es que han sabido rodearse de gente que sabe de qué va esto del cómic, con Josep Busquet para rematar su guion, y con Nacho Tenorio y Sergio Mora para convertirlo en narración gráfica.
Lo que consigue Los pollos primos es que satisfará a los seguidores de Mangel y Alexby, lógicamente porque cuenta con su lenguaje, con su forma de ser, pero no despistará demasiado a quienes no tengan ni la más remota idea de quiénes son. Es fácil atribuir buena parte de ese mérito a un tipo con tanta experiencia como Busquet, que sirve para un roto y para un descosido, que sabe edificar historias tan rocambolescas como esta con una facilidad tremenda. ¿Y qué vamos a encontrar en Los pollos primos? A dos chavales viajando por el tiempo y dándose cuenta de lo absurdo que puede ser el mundo actual, o la parte fantástica que podría encajar en el mundo actual (sí, hablamos de superhéroes y supervillanos, robots y otros frikeríos, claro está), desde una perspectiva de otra época. Pero sin tomarse nada en serio, lógicamente. Porque Los pollos primos, como su título ya viene a indicar, es una comedia total y absoluta. Seriedad, cero. Tópicos, a mansalva. Es la idea, reírse de lo que conocemos, sea o no procedente de los universos personales de Mangel y Alexby, porque hay varios momentos absurdos del clásico chico-conoce-a-chica, muchas referencias cinematográficas, y nazis. Sí, claro que hay nazis. ¿No habíamos dicho que nada tiene sentido? Pues tampoco lo busquemos, porque el objetivo es sacar sonrisas. No hay otro.
Como Los pollos primos es una acumulación de elementos, a cada cual más absurdo, el dibujo de Nacho Tenorio, entintado por Sergio Mora, es muy adecuado. No es ninguna sorpresa que sean capaces de manejar este batiburrillo, porque ya nos había deleitado con su capacidad cómica y de acción en el último volumen de Bribones (aquí, su reseña). Como allí, el dibujo de Tenorio es épico cuando tiene que serlo, divertido cuando toca, sabe dejar claras las referencias que se hacen en los chistes para que se identifiquen en el primer golpe de vista, y al mismo tiempo dota a los personajes de carisma, de nuevo insistiendo en la idea de que eso se logra incluso sin tener conocimiento alguno de la realidad youtuber de estos dos personajes centrales. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que Los pollos primos no pretende reinventar nada, ni siquiera ser pionero en su clase. Es el divertimento de dos tipos con éxito en su campo de acción que han acertado plenamente con los colaboradores que han escogido para cambiar de medio y que por eso han conseguido un álbum resultón y simpático, que se lee en un suspiro y con el que se pasa un buen rato. No pretende más que eso, así que tampoco nos rasguemos las vestiduras, porque la convivencia de medios y comunicadores nunca puede ser una mala noticia, guste o no ese otro mundo del que vienen los autores.
El álbum no tiene contenido extra.