Guión: Cullen Bunn.
Dibujo: Sergio Dávila.
Páginas: 64.
Precio: 4,20 euros.
Presentación: Grapa.
Publicación: Octubre 2017.
Hemos visto ya a Conan en todas las fases de su vida. Llevamos siguiendo sus aventuras en cómic unas cuantas décadas, primero en Marvel y ahora en Dark Horse, con lo que es uno de esos personajes con los que podemos tener la sensación de que ya nos lo han contado todo. Y puede ser verdad. Pero cuando se cuenta con estilo, caemos. Y caemos, además, a gusto. El primer número de Conan el asesino se puede enmarcar sin problemas en esa sensación. Cullen Bunn nos muetsra a un Conan adulto, lejos ya de sus primeros andares aventureros, porque es un Conan agrio, rudo y contundente. Violento en el manejo de la espada y también en el de su irreverente lengua. Con las habilidades que le da el paso del tiempo y con esa capacidad de generar amigos y enemigos con la misma facilidad. Quizá lo de “el asesino” sea algo exagerado y despiste, porque la historia bien podría enmarcarse en algún momento del devenir que seguía de manera casi cronológica las novelas de Robert E. Howard, el que trazó Kurt Busiek en los primeros números editados por Dark Horse (aquí, reseña del primer volumen). Quizá sea por eso y por el formato, la grapa y la etiqueta de Cómics Forum que hay en la parte superior izquierda de la portada, que la lectura de este primer número de los doce de que va a constar la serie es tan agradecida.
El primer gran acierto de Bunn es que recupera sensaciones, pero no obliga a saber nada de antemano. El asesino parece una historia cerrada en sí misma, que, como otras tantas buenas historias de Conan, empieza sin saber exactamente de dónde viene el cimmerio, qué le ha sucedido para haberse ganado enemigos y para encontrarse herido. Lo vemos y punto. ¿Para qué explicarlo, si en realidad no hace falta? O, al menos, no hace falta en este punto. Porque el primer número de esta serie lo que quiere esmarcar el terreno. Conan escapa de un grupo que guerreros que le persigue. Las 64 páginas con las que abrimos este camino nos van a explicar quiénes son estos perseguidores y quiénes las personas que le ayudarán en su escapada. Y, sobre todo, sientan las bases de una aventura que mezcla barbarismo y magia oscura. Bunn, por lo que se ve en estas páginas, entiende francamente bien el tono que necesita un relato de Conan, y eso incluye la violencia. En estos tiempos tan políticamente correctos, en los que el héroe ha de serlo y parecerlo, el bárbaro de Cimmeria es algo diferente, cuya existencia se agradece precisamente por esas diferencias. Y aunque caiga en muchos tópicos a la hora de construir el escenario en el que se desarrolla la historia, también es cierto que el escritor los emplea con habilidad.
En el dibujo nos encontramos además una muy agradable noticia, a un Sergio Dávila en muy buena forma, al que solo se ve a menos altura en algún rostro que pierde personalidad o repitiendo una viñeta eso sí muy espectacular y significativa. Las suyas son unas buenas coreografías de combate, las grandes y las más modestas, todas funcionan muy bien tanto en la puesta en escena como en el violento barbarismo que se precisa y que, desde luego, no tiene límite alguno, como en realidad tendría que ser en una historia de Conan. Y entiende muy bien el elemento de terror que Bunn quiere introducir en la historia por medio de un siniestro personaje cuya identidad desconocemos en este punto del relato, con lo que las sensaciones no pueden ser mejores para un primer número. Cuando se dan estas circunstancias, hay que cuidar a los lectores de siempre pero también a los nuevos. Bunn y Dávila consiguen alcanzar ese complicado equilibrio, y Conan el asesino arranca con la sensación de que quienes hayan vivido todo el periplo del personaje en Dark Horse van a disfrutar con esta nueva aventura, y que a la vez puede convertirse en un buen momento para incorporarse a la mitología del personaje. Eso no es fácil. Por eso, a la espera de lo mucho que todavía tiene que ofrecernos la serie, su primer número merece toda la confianza del mundo.
Dark Horse publicó el primer número de Conan the Slayer en julio de 2016. El contenido extra lo forman una entrevista con Cullen Bunn y las portadas originales de Lee Bermejo y Sergio Dávila, ambas también en un póster doble central.
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