Guión: Paul Tobin.
Dibujo: Juan Ferreyra.
Páginas: 112.
Precio: 16 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Marzo 2017.
Gustara más o menos, habrá acuerdo en considerar controvertida la aportación de Prometheus a la mitología de Alien. La película de Ridley Scott, como la original, supuso un punto y aparte bastante contundente, visualmente apabullante pero argumentalmente discutible. Por eso, resulta interesante que Dark Horse haya tomado esa película como punto de partida de Fuego y piedra, un extenso arco argumental que pretende conectar todas las dos grandes franquicias de la Fox unidas ya previamente una y otra vez, la mencionada de Alien y la de Depredador. Y es que Prometheus, la película de Scott, parece ser el gran lastre de Prometheus, primer episodio de Fuego y piedra. ¿Por qué? Porque lo que Paul Tobin quiere hacer es un cómic de Alien. Y básicamente, con la colaboración de Juan Ferreyra, es lo que hace. Pero ahí, siendo clásico, se le cuelan los Ingenieros, este humanoides de gran tamaño que al parecer fueron los creadores de todo. Y la cosa no termina de tener demasiado sentido. Es más completo el cómic que el filme, de eso no hay duda, porque Tobin es un escritor inteligente y además no tiene la misma presión asfixiante de un gran estudio, incluso sin leer los siguientes capítulos de la serie, pero le falta inspiración para ser algo distinto de lo que hemos visto ya en otras ocasiones.
Tobin, en todo caso, construye con habilidad. Siguiendo las líneas maestras que ya conocemos de la serie cinematográfica y que el cómic ha sabido aprovechar en muchas ocasiones, los Alien se introducen en la historia con misterio y actúan con brutalidad. Y como tantas veces, estas criaturas no son más que una excusa para mostrarnos un thriller de ciencia ficción asfixiante y trepidante en el que las emociones humanas actúan como catalizador de los mejores momentos. Humanas y no humanas, porque Tobin honra también a otro de los elementos frecuentes de la franquicia, el hecho de contar con un sintético, un androide, que, sin revelar lo que sucede en la historia, es lo más original de Prometheus. Pero, como se ha dicho, la película es un lastre para el cómic, incluso aunque sepa sacar adelante la acción que acontece después de lo que vimos en ella, porque hay obligación de recurrir a sus Ingenieros y estos siguen provocando cierta perplejidad. Tobin no consigue resolver la difícil ecuación sobre su realidad, y seguimos sin saber si se rigen por la sencillez o por algo más elevado que todavía, por lo que sea, nadie ha conseguido entender, como en realidad pasaba en el filme. Todo lo demás sí funciona bastante bien en el cómic, digno elemento de la franquicia de Alien que expande sus fronteras de una manera natural.
Ferreyra interpreta bastante bien la faceta de terror del tebeo, y las apariciones de los aliens son los instantes que le permiten dar rienda suelta a su manera de entender el género. Sus diseños son igualmente acertados para mostrarnos criaturas alienígenas que encajen en este universo pero que al mismo tiempo tengan la capacidad de sorprendernos. Sí que es una sorpresa que el estilo de Ferreyra, con rasgos ligeramente abocetados en su líneas y algo caótico, como se pudo ver en Colder (aquí, aquí y aquí, reseñas de sus tres volúmenes), una serie precisamente escrita por Tobin, encaje tan bien a la hora de abordar la tecnología de este universo, pero ese es otro de los grandes méritos que tiene Prometheus. Falta algo de profundidad y perspectiva en algunos momentos, pero el conjunto es bastante más que correcto. Tobin y Ferreyra forman un equipo curioso e interesante, y eso ayuda a entender este primer episodio de Fuego y piedra como algo más que un intento de seguir explotando una franquicia tremendamente popular y, sobre todo, de no dejar en el camino un episodio en concreto que ha resultado tan polémico. No es fácil aventurar dónde acabará este viaje y si merecerá la pena, pero este primer paso al menos cumple con lo que cabe esperar de él, evita con facilidad el naufragio e incluso deja buenos momentos.
El volumen incluye los cuatro números de Prometheus: Fire and Stone, publicados originalmente por Dark Horse entre septiembre y diciembre de 2014. El contenido original lo forman las cubiertas originales de David Palumbo y un portafolio de bocetos comentado por Juan Ferreyra.
Podéis ver imágenes de este título aquí y aquí. Y en nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.