CÓMIC PARA TODOS

‘La granuja’, de Peter Milligan y Sean Phillips

Editorial: ECC.

Guión: Peter Milligan.

Dibujo: Sean Phillips.

Páginas: 224.

Precio: 22 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Mayo 2017.

Vertigo, los años 90, Peter Milligan y Sean Phillips. Esas son las premisas de La granuja que nos invitan a pensar que vamos a asistir a algo verdaderamente inclasificable. Y sin duda lo es, porque ya desde las primeras páginas mezclamos sexo, asesinatos, mesías, monstruosidades, los rincones más oscuros de la política y el efecto 2000.  Nada que asombre, recordando lo mucho que le gusta a Milligan transgredir y saltarse las normas, pero sí un batiburrillo que en su momento no termino de entenderse demasiado bien, por lo que la serie acabó cancelada de manera abrupta tras ocho números, y que todavía hoy puede decirse que encierra más misterios que respuesta. Desde luego, quienes gocen con este tipo de historias que se detienen ante nada ni nadie, que gustan de tocar palos controvertidos y exagerados, se lo va a pasar en grande con La granuja. Puede incluso, y nos les faltará razón, que encuentren elementos para considerarlo un título de culto, uno de esos cómics que con los años van reforzando sus puntos fuertes y minimizando los débiles. Pero es un relato tan pensado para impactar que en ocasiones se olvida de llegar a conclusiones. Es difícil saber si que Milligan no controla ese aspecto o si todo estaba en su cabeza y Vertigo no apostó lo suficiente por su idea. Pero es verdad que fascina y al tiempo da la sensación de que falta algo.

Tiene su punto de morbo el hecho de que la historia arranque el mismo día que una joven de 21 años, Anna Schwarz, decide perder la virginidad con su novio, y que sea ese el instante en el que todo cambia, en el que cobra protagonismo una especie de mono mesiánico que regrese a la Tierra para trasladarnos un juicio divino que amenaza con acabar con la humanidad. A partir de ahí, las conclusiones que se sacan de la obra son tremendamente personales, y lo más seguro es que no habrá dos opiniones iguales sobre La granuja, sus elementos y sus personajes. Lo que está claro es que Milligan no es nada complaciente ni reservado, al contrario, pone sobre la mesa una osadía bastante grande pero a la que seguramente le falta algo de foco por la enorme cantidad de temas que quiere tratar y que lleva la historia a estadios completamente diferente en ocasiones con el simple gesto de pasar la página. Anna no es un personaje, son dos. Y su mundo no es uno solo, son muchos, tantos como esferas nos presenta: su familia, sus amigas, su relación con el simio, su otra personalidad, su colaboración con quienes hacen de ella una suerte de elegida. Todo muy complicado, puede que incluso demasiado por mucho que ya conozcamos las locuras de Milligan. Hasta el miedo al cambio de siglo tiene un papel importante en la historia, y eso sí funciona muy bien.

Sean Phillips es un espléndido ilustrador, que siempre ha destacado por su enorme capacidad para generar atmósferas. Su fama la ha logrado sobre todo por las historias de género negro, pero en esta locura que es La granuja también destaca. Lo hace, eso sí, desde un trazo todavía en formación aunque ya llevara más de una década en el medio y más de un lustro trabajando en Estados Unidos. En otras palabras, se aprecian algunos de los elementos que han convertido a Phillips en un ilustrador excepcional, como por ejemplo lo bien que marca las sombras con sus tintas, pero el resultado final todavía está lejos de sus mejores obras. De hecho, hay una parte del juego, la dicotomía entre Anna y la Granuja, que no termina de funcionar porque Phillips no consigue que los rostros transmitan todo lo que tendrían que mostrar, ni tampoco que mantengan una uniformidad reconocible a lo largo de toda la historia. Con todo, las perversiones que le lanza Milligan las reproduce muy bien sin necesidad de recurrir a lo evidente o a lo grotesco, y por eso La granuja es una lectura que intriga desde el principio y que mantiene la tensión incluso aunque por momentos prevalezca la sensación de que Milligan no ha querido escribir una obra accesible o incluso comprensible en algunos de sus extremos, o como poco hasta el punto en el que tuvo que cerrar su historia.

El volumen incluye los ocho números de The Minx publicados originalmente por DC Comics a través de su sello Vertigo entre octubre de 1998 y mayo de 1999, y material de los dos primeros números de Vertigo: Winter’s Edge de enero de 1998 y el mismo mes de 1999. El único contenido extra son las portadas originales de Sean Phillips, Brian Bolland y Mike Allred.

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Esta entrada fue publicada en 15 septiembre, 2017 por en ECC, Peter Milligan, Sean Philips, Vertigo y etiquetada con , , .

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