CÓMIC PARA TODOS

‘Aníbal Cinco’, de Alejandro Jodorowsky y George Bess

Editorial: Norma.

Guión: Alejandro Jodorowsky.

Dibujo: George Bess.

Páginas: 128.

Precio: 24 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2016.

Aún sabiendo que no estamos ante una obra rompedora, elevada o revolucionaria, es francamente difícil resistirse a los encantos de Aníbal Cinco. Y más conociendo a sus autores, porque Alejandro Jodorowsky y George Bess se lanzaron sin miedos y sin límites a la creación de una sugestiva space opera que mezcle otros mundos, civilizaciones estrellas, agentes especiales, comedia y mucho sexo en la que no hay normas, porque estas se van escribiendo sobre la marcha, ni grandes explicaciones espaciales o temporales, porque no las necesitamos para estar dentro de lo que nos plantean desde la primera página. ¿Y cuál es la propuesta? Aventura pura y dura, desenfreno desenfadado, tópicos puestos al servicio de una experiencia sensorial tan extravagante como placentera en la que tan pronto aparecen clones de Marilyn Monroe para satisfacer las ansias sexuales de nuestro protagonista, una suerte de James Bond espacial e hipermusculado, como el trasvase del espíritu de Aníbal Cinco al cuerpo de animales y hasta al de una mujer, lo que acaba creando un juego erótico  tremendamente alocado que se burla del mismo estereotipo machista que sirve de base al héroe de la historia. ¿Límites? Ninguno. ¿Para qué? Si de lo que se trata es de reírse, de divertirse y de recibir toda suerte de estímulos sensoriales.

Jodorowsky es un autor que siempre ha disfrutado con la ciencia ficción, y se mueve tan bien en el género que puede permitirse el lujo de adaptarlo a sus normas. Durante muchas páginas, de hecho, ni siquiera vemos a nuestro protagonista como realmente es. Con eso, en todo caso, el escritor consigue intrigarse. No sabemos qué estamos leyendo hasta mediado el primero de los dos álbumes de que consta la obra. Y a partir de ahí la broma es tan intensa que ya no vamos a poder dejarla. Aníbal Cinco es un tópico en sí mismo, pero uno con el que las bromas funcionan. No hay que perder de vista que estamos ante una obra tan de ciencia ficción como de comedia, y que el divertimento sexual es otro elemento clave para entender los propósitos de Jodorowsky. La mezcla es explosiva y delirante, porque juega a gusto con conceptos propios de la space opera, grandes naves, misiones peligrosas, femme fatales, científicos locos, dictadores peligrosos, y lo lleva a un terreno aparentemente ligero y provocador. Puede que en el segundo de los álbumes Jodorowsky abuse un poco de la fórmula, por reiteración y por no poner freno a la divertida locura que supone esta odisea, pero en ese punto estamos ya tan metidos en la historia y en las características de este universo que en el fondo no afecta en casi nada a la lectura.

Y si afecta, para eso está Bess. Qué imaginación tiene, qué bien completa las ansias sensoriales que tiene el guion de Jodorowsky, cuánta locura hay en los diseños y qué divertido lo hace todo, incluso lo que resulta imposible. Y se va notando una evolución en su dibujo, hasta el punto de que en las primeras páginas puede despertar dudas, quizá también porque son las que están más alejadas del espíritu real de Aníbal Cinco, pero en cuanto adquiere el ritmo y el escenario que busca logra una velocidad de crucero en la que es imposible separar la vista de la viñeta. De todas y cada una de las viñetas, porque en todas se encuentra algo, puede ser comedia, sensualidad, espectacularidad, lo que sea, pero no hay ni un solo dibujo que no despierte algo. Ya desde el trabajo de diseño, Bess convierte Aníbal Cinco es un espléndido homenaje en sí mismo a la ciencia ficción, pero en cuanto pone en movimiento todo lo que ha creado el desenfreno se convierte en el mejor aliado del lector. Cuando se acaba el libro puede quedar la sensación de que, en realidad, Jodorowsky y Bess no nos han contado gran cosa, pero ojalá todo lo que nos puede parecer nimio de alguna manera tuviera el ritmo, la sinceridad y la diversión que tiene esta. Quien quiera a un Jodorowsky profundo tiene El Incal (aquí, su reseña) o La casta de los metabarones, pero el más alocado y tronchante está aquí.

El volumen incluye los dos álbumes de Anibal Cinq, Dix femmes avant de mourir y Chair d’Orchidée pour le cyborg, publicados originalmente por Les Humanoïdes Associés en septiembre de 1990 y abril de 1992. El único contenido extra es un portafolio de bocetos y diseños de personajes de George Bess.

Podéis ver imágenes de este título aquí y aquí. Y en nuestra galería de Facebook podéis acceder a todas las páginas que mostramos de todos los títulos que comentamos.

 

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Esta entrada fue publicada en 11 septiembre, 2017 por en Alejandro Jodorowsky, George Bess, Les Humanoïdes Associés, Norma y etiquetada con , , .

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