Editorial: La Cúpula.
Autor: Atilio Gambedotti.
Páginas: 88.
Precio: 29 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2015.
A quien le guste del libro, Las chicas de Atilio le va a encantar. Y es que estamos ante un libro de ilustración que tiene en su interior exactamente lo que promete en su cubierta: chicas, belleza femenina, voluptuosa y carnal, sexual pero también ingenua, steampunk y fantástica en su vestuario y en sus fondos, pero también cotidiana y terrenal, incluso en alguna lámina alejada de los cánones de belleza de la moda actual y, sin embargo, igualmente atractiva. Atilio Gambedotti es un excepcional ilustrador de mujeres, de rostros amables y ojos grandes, largas melenas y pechos prominentes. Y Las chicas de Atilio es un libro de arte que recopila nada menos que algo más de un centenar de ilustraciones, pin-ups en su mayoría pero también algunos bocetos, diseños e incluso páginas que evidencian que el autor es algo más que un buen dibujante de mujeres posando, algo que obviamente domina pero que no parece su límite. Decir esto ante un libro de arte casi puede parecer superfluo, pero ayuda a apreciar algunas de las láminas. Y aunque hay ilustraciones ya publicadas, en publicaciones tan significativas como Kiss Comix o El Víbora, el gran valor del libro es que buena parte de su material está inédito hasta la aparición de este volumen, un auténtico deleite para la vista, y no solamente para un público masculino.
Sería absurdo negar, en todo caso, que el libro busca lectores más que lectoras, pero sobre todo busca placer. Placer visual, el que emana de figuras tan bellas pero también de la imaginación del autor, que no duda en introducir algunas ilustraciones de zombis, criaturas o ciencia ficción para completar el mosaico del libro, también algún personaje masculino, pero sobre todo que juega con el escenario en el que coloca a sus chicas, encontrando a veces el lado más picante de un cuento de hadas como Blancanieves o incluso trasladando la hermosura femenina al mundo de los muertos vivientes, como damisela en apuros pero también como protagonista de esa desagradable transformación. Y aunque la carnalidad y muchas veces el desnudo de las mujeres que retrata Gambedotti es la tónica del libro, resulta curioso que el realismo atrae de la misma manera que la fantasía. No hay más que ver las chicas más cotidianas y apegadas al mundo real, como el retrato que le sirve para cerrar el libro, encierran tanta o más belleza que las mujeres dibujadas para apelar al deseo sexual más evidente. Las chicas de Atilio es un divertimento juguetón editado con mimo y lujo para apreciar todos los detalles del trazo de un dibujante que domina las curvas de la anatomía femenina y que pone en cada una de sus mujeres un cuidado excelso.
El volumen incluye un listado de las ilustraciones y el lugar en el que fueron publicadas anteriormente o si son inéditas.