Editorial: Yermo.
Guión: Wilfrid Lupano.
Dibujo: Yannick Corboz.
Páginas: 112.
Precio: 25 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Noviembre 2015.
El asesino que se merece es uno de esos tebeos que entra por los ojos. Siendo una contraposición tan brutal entre ricos y pobres, y apostando por el sexo y el dinero como la puerta de entrada y salida entre ambos mundos, es algo evidente que el dibujo tenía que tener unas características que Yannick Corboz muestra desde la primera página. Ahí ya estamos inmersos en la Viena del año 1900, y después, al conocer a los personajes, Corboz presenta de forma magistral los dos mundos. El primero, el de los ricos, a través de dos amigos que encuentran diversión en la miseria de los demás sin pensar realmente en las consecuencias. El segundo, el de los pobres, por medio de un chaval al que ofrecen cruzar ese umbral como su protegido simplemente para reírse de él y probar una peligrosa teoría: que se puede modelar a cualquiera para convertirlo en un peligroso criminal. Y mientras seguimos fascinados por el brutal dibujo de Corboz, poco a poco nos damos cuenta de que Wilfrid Lupano nos ha llevado a su terreno con una maestría remarcable, más en el primer álbum que en el segundo de los dos que contiene este volumen integral, pero siempre mostrando unos personajes interesantes, un retrato social descarnado y una lucha de clases en la que ninguno de los actores que intervienen es inmune a las consecuencias de sus actos.
Lo más fascinante del guión de Lupano está en la forma en la que se va efectivamente moldeando el personaje de Victor, el joven a quien Alec y Klement pretenden cambiar como una más de las gracietas que se sienten con derecho a perpretar por el simple hecho de tener más dinero en la cartera del que podrían gastar con sus caprichos. Lo que en las primeras páginas es una contraposición de pobreza y riqueza, con todo lo que eso conlleva y no únicamente el aspecto de los personajes, poco a poco deviene en un relato de una intensidad enorme. Los hechos se precipitan sin control desde el momento en el que Victor se ve traicionado y su vida se convierte en una carrera por la supervivencia. Lupano es un escritor atrevido, y aunque Art-Noveau se beneficia de una capacidad de sorpresa que El fin de la inocencia (título del segundo álbum pero que se queda este volumen integral) ya no tiene, pero la introducción de nuevos elementos supone el acierto necesario para que las tramas no decaigan. Al contrario. Hay menos sorpresa, pero más ritmo. Menos reflexión, pero mucho más conocimiento de los personajes. Y el final del segundo álbum deja la historia en un momento brillante que sirve para demostrar que El asesino que se merece esconde muchos temas brillantemente tratados detrás de una fachada espectacular.
Porque la fachada es muy, muy espectacular, como se decía en las primeras líneas. Corboz es un espléndido ilustrador de escenarios, y eso es algo que permite que la situación de la historia en los albores del siglo XX sea mucho más que una elección del guionista, sino la primera arma que maneja este cómic para encandilar. Pero eso, junto con la acertada ambientación que hay en cada secuencia y en cada ambiente, es sólo el envoltorio. Vital, si se quiere, y más teniendo en cuenta que estamos ante un relato de época, pero el alma de la historia está en los personajes y Corboz también borda esa labor. La inocencia, el miedo, la irresponsabilidad, la lujuria, la autoridad… Sensaciones y situaciones que se palpan en cada escena, que se sienten como reales y que saltan de la viñeta. Los personajes del ilustrador son tan expresivos que prácticamente se puede seguir la historia sintiéndola y sin necesidad de leerla, pero complementa tan bien los diálogos de Lupano que la fusión entre ambos autores es modélica. Puede que los altibajos de El asesino que se merece o que los temas principales sean tan cambiantes reste algo de eficacia al conjunto de estos dos primeros álbumes de la serie, pero tiene incontables elementos positivos con los que subsanar esas flaquezas y esperar con ansia la continuación de la historia.
El volumen incluye los dos primeros álbumes de L’assassin qu’elle mérite, Art Nouveau y La fin de l’innocence, publicados original y respectivamente por Vents d’Ouest en octubre de 2010 y mayo de 2012. El volumen no tiene contenido extra.