CÓMIC PARA TODOS

‘Hans. Edición integral’ 1, de André-Paul Duchâteau y Grzegorz Rosinski

01203910101_gEditorial: Norma.

Guión: André-Paul Duchâteau.

Dibujo: Grzegorz Rosinski.

Páginas: 224.

Precio: 26 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2015.

Cada vez que se recupera un clásico del cómic tenemos que felicitarnos de la impresionante oferta de títulos que tenemos en nuestro país, donde podemos disfrutar no sólo de un amplísimo catálogo de novedades norteamericanas, europeas y asiáticas, los tres grandes mercados de esta industria siempre en crisis económica pero nunca creativa, así como también de títulos que despiertan una nostalgia inmensa y que vienen a hacer justicia con generaciones de lectores de cómic que se forjaron leyendo estos relatos de una manera incompleta o puntual pero supieron valorarlo en su justa medida. Por eso es tan importante esta Edición integral de Hans, obra de André-Paul Duchâteau y Grzegor Rosinski que no sólo ofrece la lectura de toda la obra en orden a lo largo de los tres volúmenes de los que se compondrá una colección de muy lujoso formato, sino que además recupera una serie de páginas que hasta ahora estaban inéditas y que son un auténtico deleite para completistas y aficionados. Hans es una de esas formidables epopeyas de ciencia ficción deudoras de la época en la que fueron concebidas y publicadas, puro años 80 de cómic europeo en todo, tanto en el tono postapocalíptico, en la concepción de héroes y villanos, en el juego de los elementos más clásicos del género.

Hans parece a simple vista un divertimento más o menos inofensivo. Pero como sucede con todo buen título de ciencia ficción, hay mucho más escondido bajo la superficie. Poco a poco, con el devenir de los álbumes, Duchâteau va alejándose de la aventura clásica a lo Flash Gordon para adentrarse en un análisis social. Soterrado y secundario, si se quiere, pero muy presente. Hans no es sólo el héroe, sino el libertador de los oprimidos. No es el enemigo definitivo de un dictador, que también, sino un icono mucho más amplio. Es verdad que se recurre a tópicos del género, y que la presencia femenina, especialmente la de Orquidea, está algo supeditada al reclamo sexual y romántico (según el momento y la motivación) que tanto se ha venido utilizando en el cómic a lo largo de la historia y en todo el mundo, pero Duchâteau hace que todo funcione a la perfección, encajando lo previsible en un escenario en el que hay giros constantes. Hans siempre da la sensación de ser una obra en movimiento, no cesa la actividad, siempre están pasando cosas y el ritmo es frenético, lo que permite que el enorme despliegue de imaginación que hay a la hora de construir relaciones sociales y diferentes estamentos.  Lejos de agotarse, la fórmula no para de crecer con el paso de las páginas y cada álbum parece superar al anterior.

También es cierto que el primer impacto que genera Hans nace de su dibujo, del sensacional trabajo de Rosinski, que hace buena la actividad imaginativa de Duchâteau con una facilidad asombrosa. De nuevo, es fácil circunscribir el trabajo de Rosinski a la época en la que Hans fue concebido, y todo es bastante ochentero, dicho esto con el mayor de los cariños y las admiraciones. El ilustrador no sólo da forma al mundo de Hans de una forma visualmente brillante y atractiva, sino que se percibe una cierta experimentación formal a la hora de mostrar entornos fantásticos (destaca ahí el arranque de Los mutantes de Xanaia, el tercero de los álbumes) o escenarios físicamente diferentes (como los contrastes naturales de La última isla, el álbum inaugural, o las nieblas del segundo, El prisionero de la eternidad). Quizá lo menos logrado sea la concesión puntual en el color, la apuesta por unos tonos uniformes o unos fondos sin detalles, que más que nostalgia dejan una sensación algo inacabada. Pero quitando ese pequeño detalle, que tiene más que ver con la época que con la capacidad artística (no hay más que comparar con los fondos más trabajados, sublimes), Hans es una obra visual y narrativamente muy atractiva, una alegría para el recuerdo de otras épocas y un título que merece la pena rescatar en nuestros días también para nuevos lectores.

Lombard publicó Hans. L’intégrale 1 en agosto de 2014. El volumen incluye material publicado originalmente en la revista Tintin entre 1980 y 1988, y recopilado fundamentalmente en los cuatro primeros álbumes de la serie, La dèrniere île, Le prisonnier de L’éternité, Les Mutants de Xanaïa y Les Galdiateurs, publicados respectivamente por Lombard en 1983, 1985, 1986 y 1988. El contenido extra lo forman un completo artículo sobre el origen de la obra escrito por Patrick Gaumer y abundantemente ilustrado por dibujos y fotografías, y las portadas originales de Grzegorz Rosinski.

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Esta entrada fue publicada en 27 noviembre, 2015 por en André-Paul Duchâteau, Cómic, Grzegorz Rosinski, Lombard, Norma y etiquetada con , , .

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