Editorial: Norma.
Guión: Herik Hanna.
Dibujo: Sean Phillips.
Páginas: 128.
Precio: 18 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Junio 2015.
Hay grandes ideas en Void 01, un retrato que quiere captar lo asfixiante que puede resultar una travesía en el espacio y más en el sugerente escenario de una prisión, pero también un desarrollo demasiado irregular. A Herik Hanna se le escapa la obra porque, en términos cinematográficos, no ha sido capaz de montarla adecuadamente. La ha dirigido bien, ha puesto en manos de Sean Phillips un escenario atractivo del que el ilustrador saca muchísimo partido, pero no termina de convencer porque el ritmo no parece el adecuado y porque la propuesta, que a su vez tiene incontables referentes, no termina de explotar. Hanna supedita demasiado su fuerza al giro final, que además prolonga demasiado con un epílogo que se hace interminable y que le resta mucha contundencia. El caso es que Void 01 sí se disfruta mucho durante la lectura, por esas buenas ideas que sí están presentes en el relato y sobre todo por la brillante ejecución de Phillips, que hace creíble incluso lo más inverosímil de la historia, pero la reflexión posterior deja en evidencia las carencias del álbum. El resumen más sencillo que se puede hacer de este trabajo es que se ha dejado una buena oportunidad de hacer algo mucho más grande de lo que ha resultado, aunque el entretenimiento sea una constante, algo facilitado también por la escasa extensión del relato.
En todo momento da la impresión de que es el escenario lo que más vale de Void 01 y Hanna trata de potenciarlo. En primer lugar, jugando con el misterio. Lo que plantea es el intento de un preso de una cárcel espacial de salvar la vida. Alguien se ha vuelto loco y ha matado a todo el mundo. Pero el misterio es endeble. Divertido si se descubre cuando Hanna lo revela, pero obvio a poco que se piense. Con lo cual, el segundo elemento de la obra pasa a ser el más interesante: las consecuencias para la mente de una estancia prolongada en el espacio. Ni en uno ni en otro terreno pisa Hanna terrenos muy originales, y es tentador ver Void 01 como la versión psicopática de Horizonte final (una muy apreciable película con un final que no está a la altura y que, por desgracia, parece haber quedado algo olvidada), una mezcla entre ciencia ficción y terror que se desinfla por la necesidad de explicar en nada menos que seis páginas, las del epílogo, lo que ya parecía obvio. Las imágenes que va creando la mente del protagonista son, de hecho, lo más atractivo del relato. Lo más arriesgado, sin duda, pero lo que mejor funciona, porque Hanna es capaz de responder a la duda de qué podría estar pensando un tipo que no está en sus cabales en una situación extrema como la que plantea el escritor.
Y si funciona es también porque Sean Phillips hace que funcione. Acostumbrados a verle en terrenos mucho más cercanos al noir y al thriller, lo cierto es que el salto a entornos de ciencia ficción le sienta francamente bien al ilustrador. El horror, tanto el procedente de la violencia como de los propios vericuetos de la mente del protagonista, está reflejado francamente bien, y la caótica estructura de página, con viñetas rectangulares bailando continuamente para dar la sensación de locura, y que se vinculan directamente con las sensaciones del personaje al que vamos siguiendo, es decisiva a la hora de generar el asfixiante ambiente que necesita la historia. Phillips sabe extrapolar el uso de la oscuridad que tan buen resultado le ha dado en series más asentadas en la realidad para que su entorno de ciencia ficción sea creíble, incluso aunque en realidad Void 01 sea mucho más una aventura de la mente que del espacio. Atendiendo a su aspecto, este álbum da una idea de lo lejos que podría haber llegado. Phillips consigue mucho más que Hanna, y si este le hubiera dado alguna vuelta más a su guión quizá Void 01 podría haberse convertido en una pequeña gran sorpresa, de esas que, desde una modestia de extensión y de objetivos, se agarra al recuerdo del lector. Aquí hay un disfrute, pero no mucho más.
Dargaud publicó originalmente Void 01 en octubre de 2012. El álbum no tiene contenido extra.