CÓMIC PARA TODOS

‘El Capitán Trueno’ (facsímil) 8, de Víctor Mora y Ángel Pardo

facsimil-CAPITAN-TRUENO_8Editorial: Ediciones B.

Guión: Víctor Mora.

Dibujo: Ángel Pardo y Juan Alejandro Martínez Osete.

Páginas: 576.

Precio: 29 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Junio 2015.

El paso de los cuadernos de Capitán Trueno demuestra dos cosas. Por un lado, que la lectura nostálgica es un aliado de poder incontestable, que sirve para disfrutar de las aventuras del Capitán y sus amigos incluso aunque haya un indudable tono de repetición o incluso de desesperación por la necesidad de encontrar escenarios novedosos. Por otro, que una serie de tal magnitud y de periodicidad tan intensa acaba por sufrir un desgaste inevitable. Lo primero compensa lo segundo pero sería injusto no destacar también que la fórmula sufre después de haber leído ya casi 400 cuadernillos semanales. El intenso ritmo que imprime a las historias Víctor Mora, firmando aquí con el pseudónimo de Víctor Alcázar, es más que suficiente para que el entretenimiento sea una constante, por mucho que siga siendo fácil intercambiar los guiones actuales con algunos anteriores simplemente cambiando la cultura y el escenario en el que el Capitán Trueno se apresta a ayudar a los débiles y oprimidos. Después de 3.840 páginas de historieta, que ese sea el principal problema de Capitán Trueno habla en realidad muy bien de su creador y de quien tomó el relevo en el dibujo del mítico Ambrós, Ángel Pardo. Sí es cierto que se puede ser mucho más crítico con estos cuadernos, pero es igualmente obligado reconocer el esfuerzo al que obligan las circunstancias en que nacieron.

Con esa mezcla de sensaciones y valoraciones, lo primero más emocional y lo segundo más cabal, el trabajo de Mora logra un buen aprobado. Hay que admitir que muchos escenarios se han convertido en tópicos, como la amnesia de algún protagonista, en este caso de Sigrid, los celos de esta al salvar el Capitán Trueno a alguna agradecida princesa local o el deseo de un grupo de aguerridas y orondas mujeres de desposar a Goliath. Son argumentos cíclicos que Mora va desplegando en sus aventuras cambiando el lugar donde acontecen, manteniendo ese imposible mapamundi de los viajes de este singular grupo de héroes y que en los cuadernos que forman parte de este octavo volumen suponen un recorrido por América de norte a sur, encontrándose a los clásicos indios norteamericanos o a tribus de clara influencia maya. Quizá donde más se puede notar esa casi angustiosa necesidad de encontrar elementos exóticos con los que sazonar esas correrías está en el uso de los animales, que lleva a Mora a emplear nutrias asesinas e incluso puercoespines sagrados. Y, en realidad, lo que mejor funciona, y Mora lo sabe, es retorcer el entorno más habitual de los héroes, como la aventura en Thule en la que el Capitán Trueno es un proscrito perseguido, lo más interesante y el relato más inteligente de esta entrega.

Si en los guiones se nota cierto agotamiento, en el dibujo es casi más sensible. La razón es sencilla, y es que la carga de trabajo de una serie de cuadernos semanal es inmensa. No se puede negar el esfuerzo y en muchas ocasiones el acierto de Ángel Pardo, también puntualmente de Juan Alejandro Martínez Osete, a la hora de dibujar las aventuras del Capitán Trueno, pero hay signos que denotan que falta algo de frescura. En primer lugar, la repetición de rostros, evidente en algunos casos porque incluso se salen de lo que pide la historia, y en segundo lugar por los animales, en los que parece poner algo menos de esfuerzo (la simpleza de los puercoespines es bastante palpable). Sin embargo, hay un constante empeño en buscar formas de plantear las páginas de una forma diferente, y eso se ve especialmente en los flashbacks pero también en otros momentos de las historias, que rompen la estructura rectangular de las viñetas. Hay también cambios sutiles en algunos personajes. En el Capitán ya se notó en volúmenes anteriores, Sigrid pierde algo de la belleza con la que Ambrós la concibió y Crispín parece incluso más joven. En líneas generales, no obstante, el disfrute es bastante amplio. Pardo domina la puesta en escena y ambienta muy bien las diferentes culturas a las que Trueno rinde visita. Suficiente para seguir disfrutando con este tebeo clásico.

El volumen incluye los cuadernos número 337 a 384 de Capitán Trueno, publicados originalmente por Bruguera dentro de la colección Superaventuras entre febrero de 1963 y el mismo mes de 1964. El contenido extra es una introducción de Alfonso Font.

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