CÓMIC PARA TODOS

‘El clic’, de Milo Manara

01203920101_gEditorial: Norma.

Guión: Milo Manara.

Dibujo: Milo Manara.

Páginas: 240.

Precio: 32 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2015.

Viendo el complejo debate sobre la moral que suscitan todas las obras que se salen de los cauces establecidos, mucho más si estamos hablando de una interpretación del sexo, sea en su vertiente más erótica o en la más pornográfica, casi se antoja complicado explicar la enorme popularidad que tiene Milo Manara. El clic es, probablemente, la mejor muestra de lo que significa Manara, un tipo rompedor a su manera, un voyeur que deja volar su imaginación hasta los rincones más sucios del sexo y que conduce sus historias como un gozo claramente masculino que puede llegar a rozar lo machista en algunos momentos, aunque en los álbumes que siguen al primero también introduce genitales de hombres para intentar equilibrar la balanza, algo que resulta imposible viendo que son las curvas femeninas el centro de su obra. Quienes reciban El clic de la mejor manera, verán una sutil crítica social en sus historias a través de su protagonista, la recatada burguesa Claudia Christiani que enloquece sexualmente cada vez que se activa un pequeño aparato electrónico y se salta todas las convenciones sociales existentes sobre esta materia, pero en realidad eso no deja de ser una excusa divertida para que sea el propio Manara quien satisfaga sus deseos y exponga en cada viñeta lo que colma su imaginación sexual.

Por eso, en realidad, la mejor manera de acercarse a Manara sea esa, la del deleite sexual. Y, en casi toda su extensión, masculino. El aparato no se usa nunca para desinhibir al hombre, al que ya se considera sexualmente desbocado a través de muchos de sus personajes, sino para hacer que la mujer rompe unas barreras que Manara sólo atribuye en realidad a Claudia. No hay más que ver a la tremendamente liberal del cuarto y último álbum que se incluye en este integral. Tampoco hay que buscarle, en realidad, demasiadas complicaciones argumentales a la serie. El clic, el primer álbum, sí tiene un desenlace ingenioso. Polémico, si se quiere, precisamente porque la obra se acerca a la forma en la que la mujer satisface su deseo sexual, pero al menos es pícaro y original, razón de que el título haya permanecido en el tiempo de forma exitosa como un clásico del cómic que se mueve entre la frontera de lo erótico y lo pornográfico. Los tres álbumes siguientes vienen a ser derivaciones de la historia original, en las que Manara trata de introducir elementos nuevos y en las que la continuidad no es demasiado importante mientras consiga introducir enredos suficientes que lleven a su protagonista al desnudo y a situaciones sexuales de lo más variadas, casi surrealistas (la escena de la vela o la del partido de fútbol).

Viendo la escasa complicación argumental que tienen las historias de Manara, que simplemente se dejan llevar para conectar esas situaciones atrevidas, es obvio que el poder de El clic y de sus secuelas está en lo visual, no podría ser de otra manera en un cómic que busca en el sexo su forma de llegar al público. Y ahí es obvio que Manara destaca en las formas femeninas, en las que se recrea con tiento, con mimo y con atrevimiento, dispuesto a que sus mujeres casi den el salto del dibujo a la fantasía sin dejar de perder un anclaje en la realidad. No, obviamente, por las situaciones sexuales públicas a las que somete a su protagonista, sino porque los cuerpos que dibuja, perfectos desde cánones clásicos, son perfectamente creíbles. El sexo de Manara es una fantasía, sin ninguna duda, pero es una fantasía que quiere cobrar formas realistas en las mentes de sus lectores. De ahí, por ejemplo, que busque referentes claros para algunos personajes, como James Dean para el Faust de la segunda entrega o incluso el homenaje a Zidane en la escena futbolística de la cuarta y última parte. Sea para escandalizar o para disfrutar, lo que está claro es que El clic da que hablar y es una perfecta manera de entrar en el particular mundo de un creador tan reconocido en este terreno como es Milo Manara.

El volumen incluye los cuatro álbumes de Le Déclic, publicados originalmente por Albin Michel en 1984, 1991, 1994 y 2001, y recopilados en un volumen por Glénat en 2009. El único contenido extra es una introducción de Milo Manara.

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Esta entrada fue publicada en 4 noviembre, 2015 por en Cómic, Glénat, Milo Manara, Norma y etiquetada con , .

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