Guión: Bastien Vivès, Mickaël Sanlaville y Balak.
Dibujo: Bastien Vivès, Mickaël Sanlaville y Balak.
Páginas: 216.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Rústica con sobrecubierta.
Publicación: Septiembre 2015.
Llegados al quinto volumen de Last Man hay que rendirse a la evidencia de que Bastien Vivès, Balak y Mickaël Sanlaville están haciendo lo que quieren con sus lectores. Juegan con ellos a su antojo. Cuando todo parece ir por un lado, cambian completamente de dirección. Cuando un personaje aspira a cobrar protagonismo, se cae de la historia con un golpe de efecto brillante. No hay absolutamente nada que se pueda dar por sentado en la serie. Nada. Y esa capacidad de sorpresa, conjugada con la creación de un universo fascinante y unos personajes espectaculares es lo que resulta en una de las series del momento, un producto asombrosamente entretenido que estalla en lo visual de una forma que supera por completo las expectativas que pueda generar su sencillo estilo de dibujo. Viendo el ilimitado disfrute que proporciona Last Man, la única duda que queda es la curiosidad que despiertan las primeras páginas, a todo color, pensando en cómo habría sido toda la serie plasmada de esa manera. Pero como el blanco y negro funciona tan bien, ni siquiera así se puede introducir algún atisbo de crítica a este relato, que pareció iniciarse como una aventura de lucha, un homenaje a mangas y animes sobradamente conocidos, y que ha alcanzado un nivel superlativo y una complejidad formidable.
Lo mejor de todo es que lo ha hecho sin perder de vista aquello que convencía en su primer número (aquí, su reseña). Por eso es tan fácil empezar este quinto volumen de la forma en la que empieza, volviendo al escenario original, uno mucho más rural, medieval y alejado de la gran ciudad en la que acontece el cuerpo central del relato, y hacer que encaje todo a la perfección en un cuadro mucho más grande que, al fin, se revela en estas páginas. Introducir esos elementos, también nuevos personajes, hacer que todo haga relación a una leyenda mitológica de la que sabíamos poco y al mismo tiempo vincular lo que sucede en estas páginas al pasado de los personajes que no hemos visto en los tomos anteriores, jugando con inteligencia con el tiempo (el flashback de la huida de Richard Aldana de la casa de Marianne) y con el espacio, es un trabajo de orfebrería de los de quitarse el sombrero. Porque, en realidad, las grandes sorpresas ya estaban anunciadas. Revisar ahora los tomos anteriores para comprobar si este quinto volumen tiene coherencia con lo visto hasta ahora evidencia que Vivès, Balak y Sanlaville están haciendo un trabajo soberbio. Y con una mezcla espectacular entre la acción y el desarrollo del mundo y los personajes que ofrece mucho más que peleas sin que el ritmo decaiga lo más mínimo.
Ahí hay que situar el gran trabajo visual que hay en la serie. Los adjetivos a aplicar pueden ser los mismos que en los anteriores volúmenes, pero poco a poco los autores van sumando muchos más motivos para que la satisfacción del lector sea todavía más intensa. Así, probablemente sea en ese tomo cuando podemos ver la escena de lucha por ahora más impresionante de toda la serie, por motivos obvios que quedan expuestos en cuanto se ve quiénes son sus protagonistas y que suponen otra muestra del dominio del tiempo que hay en Last Man, algo imprescindible si se quiere gestionar un combate desde un punto de vista que provoque sensaciones muy similares a las cinematográficas. La imaginería fantástica también funciona con una facilidad asombrosa, o la emoción que desprende cada escena. Sin el carisma que tienen absolutamente todos los personajes eso sería imposible, y por eso también es digno de mención que la sencillez del trazo no limita en absoluto la expresividad de Adrian, Marianne, Aldana y el resto de los protagonistas. Last Man ha cogido un ritmo de crucero en el que, por asombroso que parezca, todavía se suceden las sorpresas. Y llegando ya al millar de páginas, da la impresión de que esta pequeña genialidad todavía va a sorprender más. No hay más que ver el brillante final de este quinto tomo.
Casterman publicó originalmente el quinto volumen de Lastman en junio de 2014. El contenido extra lo forman las ya conocidas páginas de pegatinas y un simpático diario de producción que, en clave de humor, explica algunos detalles de la obra.