Por primera vez, publicamos una entrevista con autores que nos hablan de una obra que todavía no está al alcance del público, pero creemos sinceramente que merece la pena. Y es que si se unen los talentos de Man y Rubén del Rincón, ¡desde luego que queremos saber más! Al primero le recordaréis como dibujante del segundo volumen de Millenium (aquí, su reseña) o de su colaboración con Zidrou en El cliente (aquí, su reseña). Al segundo, de novelas gráficas tan sobresalientes como Entretelas (aquí, su reseña) o Las damas de la peste (aquí, su reseña). Y ahora se unen para hacer El boxeador, un cómic de más de 150 páginas que sacarán adelante con un crowdfunding que comienza el próximo día 1, del que ya podemos ver los primeros detalles en su web (pinchad aquí) y en su Facebook (pinchad aquí) y en el que nos van a contar a cuatro manos la historia de dos púgiles que se podrá leer desde el principio al final y también al revés. Man y Rubén nos hablan de su experimento… ¡y nos dejan con unas ganas terribles de ver el tebeo ya acabado!
Lo primero de todo, contadnos algo sobre la historia de El boxeador. ¿Qué es lo que nos vais a mostrar en el cómic?
Man: Una buena historia, básicamente. Creo que Tanto como Rubén como yo, si no que me corrija, siempre hemos tenido la premisa de que nuestras historias son para la gente. Pero esta vez nos hemos desatado, nos estamos sacando todas las ideas que nos han ido inculcando editorialmente después de más de 15 años en la industria y buscamos en nuestros adentros para encontrar esa ilusión y ese gamberrismo de cuando empezamos, todo interpretado con algo de experiencia y todo el buen hacer del que somos capaces. Así pues, El Boxeador es una, perdón, dos historias sencillas como punto de partida, donde descubriremos a nuestros protagonistas, dos personajes antagónicos que se van retorciendo, creciendo y mostrando sus luces y oscuridades hasta el momento cumbre donde se encontrarán ellos y sus mundos. Unas historias llenas de emoción, acción, desengaños y tipos de lo más curiosos en unos escenarios entre aquí y allí, en ningún lugar, pues.
Rubén: ¡Manolo lo ha clavado! Por explayarme un poco, insistiría en el tema de la dualidad. Ser dos autores llevando cada uno un personaje nos permite crear una serie de juegos entre nosotros y nuestras historias, que sin duda el lector sabrá apreciar y de los que va a disfrutar de lo lindo. Además esa dualidad que se da ya desde los autores nos pone en una situación muy interesante. No hay protagonista, porque hay dos. Y no hay un autor, porque hay dos… Creo que es uno de los valores del libro, la dualidad en todo, que nos sirve justamente para unificarnos en una sola cosa. De ahí la elección de unos tonos y unas consignas válidas para ambos a la hora de trabajar. A partir de este planteamiento, creemos que el resultado debe ser exponencial, puesto que entre los dos vamos a hacer una sola historia.
Algún que otro tebeo hay, pero lo más probable es que los referentes de boxeo que tengamos vuestros lectores en la cabeza sean cinematográficos, desde Toro salvaje a Rocky. ¿Cuáles son los vuestros? ¿En qué habéis pensado para meteros en un mundo como este?
Man: Yo empecé a hacer artes marciales a los 18 y he probado y practicado unas cuantas, pero mi mundo se detuvo cuando probé el boxeo. Es un deporte con una simpleza catártica. Brutalmente primitivo, pero a la vez sutil y creativo. El del boxeo es un mundo que rebosa historias reales, crueles y llenas de la poesía más ruda que te puedas echar a la cara. Grandes combates que son epopeyas, películas perfectas de principio a fin. Así que los referentes son muchos y dispersos, algunos incluso vagos, serán los golpes.
Rubén: En mi caso tardé un poco más, pero a los 20 empecé también a practicar artes marciales, y entre otras probé también el boxeo. Es cierto que tiene algo que te atrapa, una premisa sencilla y una infinidad de sutilezas que aprendes a valorar cuando lo practicas. Se puede decir que la inspiración de ambos fue tener en común esa predilección por los deportes de contacto, que viene directamente de la realidad y de lo que sentimos al practicarlo.
Una de las cosas que más me llama la atención del proyecto es que decís que se va a poder leer empezando por los dos lados del libro. ¿Por qué habéis optado por ese formato en lugar de una narración paralela o incluso dos capítulos diferentes?
Man: Es parte de ese alejamiento de las normas, de esa libertad. Queríamos hacer una historia conjunta, sin verticalidad. Rubén y yo como iguales. Y de ahí nuestra decisión, y de ahí uno de los puntos que hace diferente este libro.
Rubén: Además, una idea era revalorizar el libro como objeto. Por eso esa curiosa composición. Porque al jugarlo de ese modo, el libro no tiene ni cubierta, ni parte trasera, ambos lados del libro son ambas cosas. Ambos lados son el principio, a elección del lector. Eso te obliga a girarlo al llegar a la mitad, para empezar por el otro lado, y sumamos a eso que aunque el cómic es a la italiana, las cubiertas serán verticales, para seguir con el juego. Así la versión en papel no para de manipularse y girarse para su amplio disfrute, tratando de sacarle todo el partido frente a la opción pantalla que en este caso, será un poco menos auténtica.
Ya en los primeros dibujos que habéis mostrado en la web del libro y en su Facebook queda claro que le vais a dar un protagonismo especial a la mezcla de rojo y negro en el acabado. ¿Por qué habéis optado por esa línea cromática?
Man: Esta historia no podría de ninguna manera ser en color. El blanco y negro crudo y rudo es lo mejor para contar una historia así, pero necesitábamos algo más, algo que le diera un punto de personalidad y el rojo es el color perfecto para el boxeo. Es un color muy primigenio, muy rudo y potente y a la vez tiene mucha clase, gráficamente creo que es la mezcla perfecta.
Volvamos un momento atrás… Decís en la página de Facebook que el proyecto lleva años fraguándose… ¿Desde cuándo? ¿Y cómo ha sido ese proceso?
Rubén: Yo recuerdo salir de un entrenamiento de boxeo, y de eso hace cuatro años porque ya no entreno nada…, muy motivado, pensando en hacer una historia de combates. Con Manolo siempre hablábamos del tema de los combates, de entrenamientos, de técnicas… Pensar en ello y en él fue todo un solo pensamiento. Así que le llamé al momento, ¡e instantáneamente estábamos motivadísimos y en el ajo! Hasta el día de hoy, en que cada poco nos asalta una idea o algo nuevo. Se ha ido deteniendo el proceso en algunas épocas, a causa del trabajo de ambos, hasta que nos hemos propuesto una fecha en que dejar de lado nuestras obligaciones y dedicarnos a ello en cuerpo y alma. ¡Y eso es ahora!
Me interesa también que me habléis de cómo vais construyendo el tebeo. Tanto a la hora de escribir el guión como en el dibujo, ¿cómo os coordináis? ¿Pedís aprobación el uno del otro, os enseñáis bocetos y páginas, os guardáis sorpresas…?
Rubén: Hablamos mucho al principio, para tratar en líneas generales las características de la historia, en base a todo lo que te hemos contado antes. Luego Manolo definió el perfil de ambos boxeadores para sacarle todo el jugo a su dualidad, fijando las características básicas de cada tipo de luchador. A partir de esa base, nos repartimos los personajes según nuestros puntos fuertes, y empezamos a tratar sus trayectorias, sus secundarios, cada uno a su albur. El proceso es muy creativo y cada vez que uno cae en algo se lo comenta al otro, así que no paramos de pasarnos información para forjar ciertos juegos entre ambas historias. Luego con las páginas es distinto. Libertad absoluta para cada uno. Cada vez que uno acaba una se la manda al otro, y así nos las vamos descubriendo y nos vamos motivando a cada envío.
Cada vez sois más los autores que recurrís al crowdfunding, y creo que ya se ha perdido ese miedo a que la autoedición se equipare con el rechazo de alguna editorial… ¿Pero lo habéis intentado colocar a algún editor o teníais claro que queríais sacarlo adelante vosotros?
Man: Todo era parte del gran plan de la libertad. Si piensas en venderlo a alguna editorial sistemáticamente tu subconsciente va vetando cosas que sabes que no van a entrar dentro del gusto del editor medio. Sorpresivamente hemos enseñado páginas acabadas a editores con los que solemos trabajar y todos se han mostrado muy interesados. Supongo que cuando haces algo con pasión en el resultado se palpa sin remedio, y eso es atractivo. Aunque por otro lado muchos nos han dado indicaciones para adaptar y normalizar la edición y realmente nos queremos alejar de eso. Este cómic también es un ejercicio en muchos sentidos y el permanecer con la mente libre en todo momento es uno de los objetivos más importantes para los dos.
¿Cómo va a ser el crowfunding? Habladme de las recompensas y de los plazos, para que la gente sepa cómo colaborar y qué puede conseguir…
Man: Queremos hacer tres ediciones, una de batalla, barata y manejable, una de tapa dura, con un buen papel y una edición super-de-lujo en colaboración con un grupo de encuadernadores impresionantes con los que estamos trabajando. Ofreceremos las recompensas típicas, con dedicatorias, originales limitados, pósters y estamos hablando con una marca de ropa de deporte para hacer una colaboración e incluirla. También hemos pensado en hacer figuras y alguna cosa más que ya desvelaremos si sale.
Y aunque casi parezca una locura cuando estáis metiéndoos de cabeza en un proyecto tan ambicioso, os pregunto también por el futuro… ¿Alguna otra idea rondándoos la cabeza, juntos o por separado? ¿Qué vendrá después de El boxeador?
Pues creo que este libro nos va a abrir los ojos de alguna manera, o eso esperamos… Por lo pronto han salido ideas nuevas para después, y si salir de nuestra zona de confort no resulta extremadamente contraproducente, tenemos pensado seguir con esta aventura, y si es posible con más gente.