‘Tierra 2. El fin del mundo’ 4

Editorial: ECC.

Guión: Daniel H. Wilson, Marguerite Bennett y Mike Johnson.

Dibujo: Andy Smith, Tyler Kirkham, Cliff Richards, Scott McDaniel, Eddy Barrows, Eduardo Pansica, Jorge Jiménez, Robson Rocha y R. B. Silva.

Páginas: 112.

Precio: 11,50 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Julio 2015.

No es la primera vez que sucede, pero ese es el peligro de estos tomos mensuales, más aún en el caso de una serie semanal, pero el cuarto número de Tierra 2. El fin del mundo anticipa el punto álgido de su narración en su portada, la del cuarto de los cinco números americanos que engloba, y por supuesto con el futuro de Superman como centro emocional. Y es una pena que se rompa así la magia, porque llegados a este punto El fin del mundo la necesita. La serie se está haciendo larga, su eje se está dispersando, los diferentes puntos neurálgicos en los que está desarrollándose la acción no tienen los mismos niveles de interés y reventar sorpresas es lo último que le falta a esta serie para que pierda más interés todavía. Sigue siendo cierto que hay un entretenimiento suficiente, procedente de la espectacularidad de una batalla continua en la que está en juego el futuro del planeta, y es verdad que el interés se sostiene con la entrada en juego de Darkseid y su batalla contra Míster Milagro, junto con la creciente aunque puede que todavía no del todo explotada importancia de la familia del Hombre de Acero (lo cual incluye a un Power Girl algo diluida, a Lois Lane y el nuevo Superman, Val). Pero en realidad es evidente que la acción es el sostén actual de la serie. En realidad, el que ha tenido siempre. Hay pinceladas que ayudan, pero el soporte es el espectáculo.

Cuando DC publicó 52 (aquí, su reseña) consiguió que la fórmula funcionara. Una serie semanal que implicara a un número importante de personajes para contar una historia que recorriera caminos difíciles de transitar y escrita y dibujada a muchas manos. Pero esa fórmula no era reciclable. Tierra 2. El fin del mundo empezó con la acertada inercia de la serie central de este mundo paralelo y del buen trabajo de James Robinson. Pero esa inercia se está agotando, y cada vez es más palpable. Daniel H. Wilson, Marguerite Bennett y Mike Johnson le han exprimido ya todo el jugo a la herencia recibida, la de un escenario de guerra total, y los cambios y los avances en el mismo están llegando con cuentagotas (el paso delante de Power Girl con su emblema, la relación entre Míster Milagro y Darkseid, el papel de Batman con respecto a la Cazadora…). El escenario de colores ya se ha puesto sobre la mesa hace mucho tiempo, el necesario protagonismo de quienes portan el símbolo de Superman también, y sin embargo, salvo trifulcas esporádicas e irrupciones anticipables. La de Darkseid es la que mejor responde a esa definición, pues Apokolips ha estado siempre en el epicentro de la serie. Las consecuencias de muchas subtramas que se han ido viendo mantienen el interés en la serie, pero el acelerón ya imprescindible no puede quedarse en lo visual.

Ahí el resultado es exactamente el que cabe esperar de la habitual amalgama de ilustradores que se ofertan en series de este tipo, aquí incluso con una rotación más acusada, de páginas por número, que en otras series como Batman eterno o incluso El fin del mañana. Cinco números americanos y hasta nueve dibujantes, algo que afecta no sólo a la serie semanal, Earth 2: World’s End, sino incluso a la serie mensual de Tierra 2. Como se puede decir de cualquier número anterior, este ritmo lo que hace es minimizar la autoría de la serie, algo que el aficionado actual valora por encima de la aventura desenfrenada que se impone en este tipo de macroeventos. Siguiendo los bocetos de Scott McDaniel en casi todos los números, el resto de ilustradores muestra exactamente el espectáculo que se les pide. Pocas quejas puede haber sobre el resultado final, precisamente porque es lo que se espera, y el estándar de Tierra 2. El fin del mundo incluso es superior a lo que cabría esperar, aunque se sigan notando esas pequeñas incongruencias visuales (la Cazadora sigue siendo lo más notable) que hay con tanto salto de ilustrador y, probablemente, unas fechas de entrega que impiden una coordinación más certera. Pero de eso se puede uno olvidar si lo que quiere es, simplemente, disfrutar de un cómic palomitero. Ya agota un poco, pero en el fondo sigue entreteniendo.

El volumen incluye el número 30 de Earth 2 y los números 14 a 17 de Earth 2: World’s End, publicados originalmente por DC Comics en enero de 2015. El único contenido extra son las cubiertas originales de Ken Lashley, Andrea Sorrentino y Guillem March.