Guión: Kieron Gillen.
Dibujo: Salvador Larroca.
Páginas: 32.
Precio: 2,50 euros.
Presentación: Grapa.
Publicación: Septiembre 2015.
Si hay una serie de Star Wars con la que Marvel ha capturado lo esencial del aspecto de las películas clásicas, esa es Darth Vader. Y no sólo por el notable trabajo de Salvador Larroca (sin olvidar el color que aporta Edgar Delgado), sino porque Kieron Gillen es quien mejor ha entendido la necesidad de combinar lo que hacía grandes esas películas, en cuanto a escenarios y espíritu, con novedades que hagan que el tebeo no parezca un simple sacacuartos. Así, Gillen ha tergiversado imágenes familiares, ha hecho que los droides que tanto se asemejan a C-3PO y R2-D2 sean temibles, que la dulzura y la simpatía de la doctora Aphra se ponga al servicio de las maquinaciones del propio Vader, y también ha encontrado un escenario novedoso en el que el antagonista del Lord Oscuro del Sith no es otro que su propio mentor, el Emperador, al que quiere demostrarle que el fracaso de la Estrella de la Muerte no debe pasarle factura. El escenario que traza Gillen es imaginativo, e incluso cuando da la impresión de que hay un cierto estancamiento (si es que eso se puede llegar a sentir en el corto espacio de un número americano), pronto el juego cambia de nuevo y algo se introduce para romper la monotonía. No la hay porque Gillen y Larroca, efectivamente, apelan a la nostalgia y a la novedad.
En este caso, la novedad es lo que anticipa la cubierta de Adi Granov, un sable láser de color amarillo, una novedad en el universo Star Wars de Marvel que es difícil atribuir a guionista, ilustrador o colorista de forma individual pero que funciona francamente bien. O la apuesta por razas ya conocidas para completar el elenco de personajes que van apareciendo. Es verdad que por momentos da la impresión de que Vader pierde algo de protagonismo, y se le ve probablemente menos de lo que haría indicar su protagonismo en la serie, pero no importa demasiado gracias a que cada vez que aparece en escena Larroca consigue poses atractivas que respetan su imagen clásica combinándola con movimientos que no hemos visto en el cine. La apuesta de Larroca por una composición de página de cinco viñetas alargadas también se adapta muy bien a su narrativa y, por qué no decirlo, recuerda bastante al mismo formato panorámico del cine, con lo que la referencia a las películas se refuerza de esa manera, completándose con buenas splash pages que el protagonista llena con gran fuerza. Darth Vader aún no ha cerrado un arco argumental en estos cinco primeros números pero sigue manteniéndose en una posición muy digna. Es un buen entretenimiento y es un buen producto de Star Wars que deja con ganas de seguir leyendo.
Marvel Comics publicó originalmente el quinto número de Star Wars: Darth Vader en mayo de 2015. El único contenido extra son las portadas originales de Adi Granov para este número y para el siguiente.