CÓMIC PARA TODOS

‘Sleeper’ 2, de Ed Brubaker y Sean Phillips

sleeper_num2Editorial: ECC.

Guión: Ed Brubaker.

Dibujo: Sean Phillips.

Páginas: 160.

Precio: 14,95 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Julio 2015.

Para que una serie que se basa esencialmente en la tensión sea capaz de mantener esas sensaciones y, por tanto, tener atrapado al lector, ha de saber reinventarse. Eso es exactamente lo que hace Ed Brubaker en este segundo volumen de Sleeper, reinventar por completo la serie, que comenzó como una mezcla entre espías y superhéroes y ahora es una historia sobre la identidad de quien ha dejado de ser uno mismo. Eso es lo que le sucede a Holden Carver, un agente infiltrado en una organización criminal que ve cómo sus posibilidades de volver a su antigua vida se van estrechando cada vez más, para quien Brubaker va complicado su existencia de una forma tan inteligente como asfixiante. Sleeper llega al final de este segundo volumen, ecuador de la serie, con un último número memorable, en el que Brubaker consigue resquebrajar todas las convicciones del héroe de una forma apabullante y le pone en la encrucijada definitiva, en la frontera entre el bien y el mal. O, en todo caso, lo que él considera el bien y el mal. Quizá el único pero es que se echa en falta un papel relevante de Miss Misery en ese tramo final, pero siempre da la sensación de que esa es una carta que Brubaker se guarda para el siguiente número con lo que el disfrute con esa tensión desbordante que plantea la serie es palpable.

Lo cierto es que si hay algo que entusiasme de Sleeper en estos primeros doce números es que no ha habido margen para la repetición. Brubaker es un extraordinario creador de personajes que disfruta haciéndolos evolucionar número a número, casi página a página, y que para perfilar con brillantes a Carver se apoya en las convenciones del noir, con una narración en off brillante y espléndidamente incorporada al ritmo de la serie que acompaña a unos diálogos incisivos. La descripción es de Carver pero, en realidad, también de todos los personajes que le acompañan, como evidencian los flashbacks que apoyan el relato. Por eso mismo se echa en falta en el tramo final a Miss Misery, y por eso es tan vital lo que al principio parece una conversación banal entre el propio Carver y Genocidio. Blanco y negro para una serie que domina los grises de una forma espléndida. Porque si algo es Sleeper es imprevisible. Con bandos definidos, es difícil saber quién está en el correcto, quién tiene una agenda oculta, qué lealtades se van a mantener en esta telaraña de asesinatos, crímenes y relaciones traumáticas y complejas. Y aunque la serie nace como una mezcla entre espías y superhéroes, a Brubaker le encanta más lo primero que lo segundo. Se nota. Pero no por ello las escasas apariciones de superhéroes y superpoderes están menos logradas.

Eso último es también aplicable a Sean Phillips. Su dibujo es oscuro, reflejo de lo que esconden los protagonistas de la historia, siempre con propósitos por definir dentro de mundo manifiestamente violento y en el que la seguridad es un lujo que nadie se puede permitir. Su trazo sucio, acentuado con brillantez por el trabajo de color de Tony Aviña, es perfecto para la serie, y sabe mostrar en cada viñeta los dilemas internos de Carver que tan bien describe Brubaker con sus palabras, pero también las emociones de otros personajes, incluso aunque bordee los extremos más radicales en otros como Miss Misery y su sed de violencia en combate (mucho más lograda está la forma en la que explicita su coraza emocional en las escenas íntimas con Carver). Phillips sabe cuándo mostrar violencia y cómo hacerlo, sabe conducir la acción sin alterar el ritmo que marcar la narración de Brubaker, pero sobre todo sabe crear una atmósfera en la que la serie se desenvuelve con personalidad y mucho acierto. Por eso es tan difícil escapar de la historia de Sleeper, incluso aunque haya pasado mucho tiempo desde la lectura del primer volumen (aquí, su reseña) y por eso cada giro de guión es tan fácilmente elogiable. Brubaker y Phillips saben perfectamente lo que hacen y con ese convencimiento, añadido a su talento, es difícil que no convenzan.

El volumen incluye los números 7 a 12 de Sleeper, publicados originalmente por DC Comics a través de su sello Vertigo entre septiembre de 2003 y mayo de 2004. El contenido extra lo forman las portadas originales de Sean Phillips y un portafolio de bocetos e ilustraciones entintadas.

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Esta entrada fue publicada en 7 octubre, 2015 por en Cómic, ECC, Ed Brubaker, Sean Philips, Vertigo y etiquetada con , , .

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