CÓMIC PARA TODOS

‘Groo vs. Conan’, de Sergio Aragonés, Mark Evanier y Thomas Yeates

portada_groo-vs-conan_sergio-aragones_201507241339Editorial: Planeta Cómic.

Guión: Sergio Aragonés y Mark Evanier.

Dibujo: Sergio Aragonés y Thomas Yeates.

Páginas: 112.

Precio: 14,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Septiembre 2015.

Dentro de los crossovers más inverosímiles, imposibles y desternillantes que pudieran asomarse a las viñetas, hay poco más llamativos que este Groo vs. Conan. Normalmente se buscan personajes afines, complementarios, incluso rivales para crear estas historias, pero probablemente esta sea la primera vez que se encuentran un personaje clásico y su parodia más conocida. Obviamente, con un personaje caricaturesco de por medio, hay que asumir que el terreno en el que se mueve esta historia es el de Groo. Es, por decirlo de alguna manera, la mayor locura que se le puede haber ocurrido al ya genialmente loco Sergio Aragonés, que no duda en incluirse como personaje, en creerse él mismo que es Conan e imaginar la aventura que reúne a los dos héroes. Y como locura que es, hay que disfrutarla sin medida, asumiendo que continuamente se rompen los límites de lo usual en una historia de Conan, personaje que se acaba contagiando del espíritu MAD en el que tanto disfruta Aragonés y que acaba haciendo que salte por los aires ese equilibrio entre protagonistas que siempre suelen tener los crossovers. Aragonés, con Mark Evanier ayudando en el guión y Thomas Yeates dando vida al mundo de Conan, no lo necesita. Sabe que tiene entre manos una alocada historia con la que reírse, todavía más, del personaje que siempre ha parodiado. Y eso lo borda.

Quizá para que eso no sea demasiado evidente desde el principio, Conan vs. Groo comienza en un escenario más cercano al bárbaro de Robert E. Howard, pero pronto se hace evidente que más que las tierras de Cimmeria o Hyboria lo que se va a transitar es el mundo de MAD. Incluso la figura de Conan alcanza unos tintes casi paródicos en sí mismos, algo inevitable cuando se cruza con Groo pero que se ve incluso desde esa primera secuencia. Este Conan no es, desde luego, el de Howard o el de los cómics más populares del personaje, sean de la etapa de Marvel o de la actual de Dark Horse. Se le reconoce, pero al mismo tiempo se le fuerza a caer en el mundo de Groo. Obvio y, por qué no decirlo, inteligente. Groo no podría funcionar en el mundo de Conan, pero Conan en el de Groo, de esta manera, sí. Y más todavía si es con Aragonés de por medio, soñando que los dos bárbaros entran en la trifulca entre una pequeña panadería de un pueblo que está en peligro por la planeada construcción de un majestuoso palacio. Aragonés y Mark Evanier trazan un simpático paralelismo entre esa situación y la de una modesta tienda de cómics en peligro por los planes de un gran centro comercial. Lo humorístico entra así al servicio de una crítica social, modesta si se quiere pero presente. No obstante, el objetivo es reír. Y reírse, con Groo y de Conan.

Por eso hay tanta predominancia del dibujo de Aragonés. Thomas Yeates dibuja un buen Conan. No con demasiada personalidad propia y con referentes clásicos muy obvios, pero hay que insistir en que el cimmerio está aquí asociado a un estilo de cómic que no es el suyo, por lo que se entiende perfectamente el juego que propone la historia. Y qué decir del dibujo de Aragonés. Su sencillez es tan grande como su eficacia. Es casi imposible mirar a sus dibujos y no hacerlo con sensaciones que van desde la simpatía hasta la carcajada, y mucho más cada vez que él mismo se caricaturiza, se coloca como personaje esencial de esta delirante trama que idea junto a Evanier y se convierte en objeto principal de la comedia, drogado hasta las cejas con todo tipo de medicamentos y sustancias que son los que le hacen imaginar (y dibujar) la alocada historia que tenemos entre manos. Y, sí, mostrarse en bata de hospital y dejando al aire sus posaderas es el punto culminante de esta enorme broma que es Groo vs. Conan, una que probablemente alterará al más purista de los seguidores del personaje al que se parodia y que seguramente hubiera hecho que a Howard se le llevaran los demonios. ¿Pero y lo bien que sienta de vez en cuando reírnos de este mundo que los aficionados se toman (nos tomamos) tan en serio? Cuando Aragonés está detrás, un experimento así no puede ser malo.

El volumen incluye los cuatro números de Groo vs. Conan, publicados originalmente por Dark Horse entre julio y octubre de 2014. El contenido extra lo forman las cubiertas originales de Sergio Aragonés y Thomas Yeates, un prefacio del doctor Charles F. Kolthammer y un epílogo de Mark Evanier.

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