‘Cruzadas. La tumba de Hermes’, de Izu, Alex Nikolavitch y Zhang Xiaoyu

Editorial: Yermo.

Guión: Izu y Alex Nikolavitch.

Dibujo: Zhang Xiaoyu.

Páginas: 128.

Precio: 31 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Julio 2015.

Después de un arranque prometedor con El espectro de los ojos de Azogue (aquí, su reseña), el cierre de Cruzadas deja con una sensación curiosa. Por un lado, con su final, permite entrever que hay espléndidas ideas no sólo en esas páginas finales sino en la misma concepción de la historia que han escrito Izu y Alex Nikolavitch para que Zhang Xiaoyu la convierta en dibujos. Por otro, antes de llegar ahí la impresión es de que se ha formado un complejo caos que no ha terminado de resolverse satisfactoriamente. Hay momentos en los que no importa demasiado qué objetivos busca cada personaje porque la acción ha devorado cualquiera otro objetivo en la lectura de este álbum. Y es buena acción, porque Xiaoyu la interpreta muy bien (especialmente al final del segundo álbum, el primero de los dos que incluye este segundo tomo de esta edición en español), pero eso no basta para solventar la confusión que deja el relato. A ello contribuye el continuo salto en el tiempo, que a pesar de estar bien indicada cada vez que se produce no termina de encontrar una ligazón argumental que mantenga al lector concentrado en la historia de una forma lo suficientemente férrea. Cruzadas es una atractiva desviación fantástica de la historia, y sólo con eso se sostiene bien, pero daba la impresión de que podría haber llegado más lejos.

Quizá esa sensación se debe a que esta parte de la historia hay más descontrol del que había en su primera mitad, y a que los elementos fantásticos se apoderan de una forma más caótica de la sugerente tergiversación histórica que propone Cruzadas. Izu y Nikolavitch quizá se dejan llevar demasiado por las escenas más violentas y por la mezcla de intereses cruzados entre los diversos personajes, y no terminan de controlar la línea temporal para que eso sume a la historia de forma adecuada. De hecho, es ahí, cuando el relato regresa a los personajes, donde se encauza de nuevo bastante bien, especialmente en la conversación entre Clotilde y Gautier, probablemente los dos personajes más interesantes de cuantos incluyen los autores en su universo, pero acaba volviendo a los derroteros más liosos y complicados o al desenfreno de la batalla con demasiada facilidad. Quizá Izu y Nikolavitch sean algo conscientes de que pierden ligeramente el control de su propio relato y por eso permiten tanto protagonismo de las escenas de acción, o incluso un clímax algo inadecuado para el ritmo, el tono e incluso el aspecto que había tenido Cruzadas hasta ese momento. El epílogo, aún siendo una pequeña sorpresa para la propuesta original de la serie, redime en buena parte los momentos más flojos de este segundo volumen.

También sirve de tabla de salvación el dibujo de Xiaoyu. Tiene unas tonalidades que por momentos pueden resultar chocantes, pero al mismo tiempo sabe llevar muy bien tanto la acción como el diálogo. Incluso en el descontrol, Xiaoyu parece estar a gusto, menos que en el resto de la historia, porque el clímax no está entre las mejores páginas de Cruzadas, ni siquiera de La tumba de Hermes, pero sí que saca partido de la espectacularidad que quiere mostrar el guión. Lo mejor, no obstante, está en el tramo final de los primeros de los dos álbumes de este segundo tomo, cuando el ilustrador da vida con mucha precisión, buena narrativa de movimiento y una brillante puesta en escena, a una batalla bajo la lluvia. Esas sensaciones tienen continuación en un par de secuencias del último álbum, lo que muestra a un dibujante firme y convincente, probablemente por encima del nivel del guión que ha tenido que ilustrar, igual de sugerente en su punto de partida pero menos efectivo en su conjunto. Con todo, Cruzadas es una aceptable variante fantástica que tiene momentos verdaderamente notables y que si flaquea es porque se deja llevar demasiado y pierde una contención que era necesaria para que las escenas dialogadas tuvieran la misma importancia que las de acción. Falta ese equilibrio, pero buscando y aceptando sus reglas hay elementos de interés suficientes para disfrutar con Cruzadas.

El volumen incluye Crusades: La porte de Hermes y Crusades: La bataille de Mansourah publicados originales por Les Humanoides Associés en julio de 2010 y marzo de 2012. El único contenido extra es la portada original de Zhang Xiaoyu para el segundo número de la serie.