‘Barcelona. Los vagabundos de la chatarra’, de Jorge Carrión y Sagar

Editorial: Norma.

Guión: Jorge Carrión.

Dibujo: Sagar.

Páginas: 102.

Precio: 19,50 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2015.

Aunque sea una costumbre totalmente establecida entre la crítica y entre el público, es casi una contradicción tener que recurrir a un autor para hablar de la obra de otros. Jorge Carrión y Sagar se han planteado en Barcelona. Los vagabundos de la chatarra hacen una denuncia social a través de esa fusión contemporánea entre el cómic y el periodismo, y sobresalen por sí solos. Pero si a su trabajo se añade la coletilla de «como Joe Sacco», probablemente esa crítica se perciba como todavía mejor. Ellos mismos parecen asimilar esa comparación en el tramo final de su libro, cuando precisamente le ceden la palabra a Sacco, coronando su reportaje en forma de cómic con una entrevista al autor norteamericano de origen maltés. El mensaje es claro, Carrión y Sagar quieren hace lo mismo que Sacco pero a su manera, con sus temas y con su entorno más cercano. Y por eso Barcelona y un conflicto enmudecido pero que forma parte de la realidad más cotidiana centran esta novela gráfica, en realidad un making of de la investigación que los dos autores emprendieron juntos, no sólo el guionista para que después el dibujante le diera forma, sino como un muy compenetrado equipo con un objetivo común ya desde las fases preliminares del trabajo. El resultado fascina como lo hace el buen reportaje periodístico y como lo hace el buen cómic.

Barcelona. Los vagabundos de la chatarra comprende un año de investigación, de entrevistas de recorrer la Ciudad Condal. Eso, con ser singular, no es el principal acierto que hay en la novela gráfica. Ese está en la forma en la que se acota ese periodo. El libro comienza el 11 de septiembre de 2012 y finaliza el mismo día del año siguiente. Dos festividades de la Diada, dos momentos de esplendor nacionalista y de celebración festiva, dos instantes que ocultan los problemas más comunes, los que acontecen lejos del foco principal de los medios de comunicación, pero que van cobrando importancia según se suceden las páginas, colocando el arranque en la manifestación independentista pero el final en una chatarrería. La misma Barcelona, pero con el punto de vista modificado por el peso de la historia. Carrión, a la vez novelista y ensayista, escoge bien el enfoque, la forma en la que cuenta el relato real de la investigación y también los cambios de narración con los que da ritmo a la lectura. Y poco a poco va haciendo que la denuncia social se vaya haciendo cada vez más accesible y humana, por su mediación como narradores y a la vez protagonistas del relato pero sobre todo por la profundidad del tema tratado, expuesto con sencillez para que, incluso sin ser parte involucrada, se pueda sentir el problema como propio.

Sagar, además de formar parte del trabajo de campo, aporta una mirada muy sucia a la Barcelona actual, reconocible a través de sus monumentos pero convenientemente desfigurada para que sea el escenario del problema. Eso, que parece una trampa a la voluntad documentalista del tebeo, lo cierto es que acaba siendo su mejor baza. Lejos de las postales turísticas o de las campanillas oficiales, la Barcelona que muestra Sagar es real y realista, escenario de muchas vidas que no están colmadas de lujos, ni siquiera de las más básicas necesidades, poblada por personas que protagonizan una lucha diaria por la propia supervivencia y que han encontrado ese modo de salir adelante en la chatarra. Puede parecer que no es más que un reportaje en forma de cómic, pero las palabras de Carrión y las ilustraciones de Sagar obligan a mirar de otra forma a las personas que, como las que aparecen en el libro, se ganan la vida en este submundo de la chatarra. Y si se tiene la ocasión de verlas en las calles, más todavía. Barcelona. Los vagabundos de la chatarra entra de lleno en esa categoría de obras necesarias para comprender la realidad más cercana y oculta a nuestra mirada diaria, por mucho que eso mismo convierta al tebeo en uno de difícil lectura o incluso de un interés discutible para muchos, aunque entrar en sus páginas obliga a sentir su análisis como riguroso y muy a tener en cuenta.

El contenido extra lo forman una introducción de Jorge Carrión y una entrevista en formato de cómic a Joe Sacco.