‘El origen de Flash’, de Francis Manapul y Brian Buccellato

Editorial: ECC.

Guión: Francis Manapul.

Dibujo: Brian Buccellato.

Páginas: 24.

Precio: 1 euro.

Presentación: Grapa.

Publicación: Junio 2015.

Cada vez que la televisión o el cine se fijan en un personaje de cómic, inevitablemente lo ponen de moda. Esas apariciones son la excusa para conseguir que los grandes brillen y los no tan esenciales encuentren momentos de gloria. Flash ya tiene su serie de televisión, la segunda de su historia además después de la que tuvo en los años 90, cuando Batman (aquí, su crítica) abrió el filón del género, y por eso se puede decir sin problemas que es un personaje que se ha puesto de moda. Es fácil entender en ese contexto la aparición de este especial, El origen de Flash, que en realidad es el número 0 que formó parte de las celebraciones de DC Comics por el primer aniversario de su relanzamiento, ocasión en la que precisamente se dedicó a explorar el nacimiento de sus héroes, los hechos que les hicieron convertirse en lo que son. La historia que narran Francis Manapul y Brian Bucelleato es precisamente la que ha recogido la serie de televisión de forma casi literal (más allá de algún que otro cambio de raza de algún personaje, otra cuestión que está de moda en el género), y tiene los suficientes puntos de interés como para que el personaje llame la atención más allá de sus poderes. De hecho, Flash apenas aparece en estas pocas páginas, y lo que se busca es que haya una identificación con Barry Allen. Eso lo consigue Manapul con cierta facilidad en una historia de origen modélica y narrada con mucho ritmo e intensidad, como requiere un personaje como Flash.

No hay nada especialmente rompedor en la recomposición del personaje que el escritor hizo para el nuevo universo DC, e incluso puede parecer exagerado que el recurso al trauma original vuelva a actuar como motor de la carrera de un superhéroe, pero la historia de Manapul funciona bastante bien, tanto para los conocedores del personaje como para quienes se asomen a sus aventuras por primera vez. Y como Buccellato le da una notable espectacularidad este número sirve al claro objetivo de ser una puerta de entrada a Flash. El ilustrador encaja muy bien en lo que está buscando DC desde hace muchos años, un dominio anatómico que propicie espectacularidad incluso en las viñetas más estáticas, una proliferación de efectos visuales para resaltar los poderes de sus héroes (en el caso de Flash, efectos lumínicos que casi sirven de storyboard a la versión televisiva) y una composición de página original que rompa las estructuras clásicas de las viñetas. Todo eso lo aporta Buccellato, y además con bastante solvencia, logrando que el personaje genere la empatía que necesita todo héroe. El origen de Flash es una de esas historias bastante inofensivas en su apariencia y a la vez bastante sencillas de leer. No hay que perder de vista que el objetivo es ganar nuevos lectores, y por eso tampoco se puede pedir una complejidad excesiva. Tiene la suficiente para que todo fluya, pero prima la aventura. Y esa es buena.

DC publicó originalmente el número 0 de The Flash en septiembre de 2012. El número no tiene contenido extra.