Guión: J. Michael Straczynski.
Dibujo: Ardian Syaf.
Páginas: 136.
Precio: 15,50 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Mayo 2015.
Es evidente que la perfección de Superman es propia de tiempos mucho más ingenuos que los actuales, y eso hace que escribir sobre el Hombre de Acero sea hoy en día bastante más difícil de lo que lo era hace algunas décadas. Es también obvio que llevamos ya muchos años viendo intentos de adaptar la realidad de Superman a la del mundo en el que vivimos y a nuestras propias percepciones como lectores, mucho más descreídas y oscuras. Tierra Uno es claramente una de esas visiones, y en ella J. Michael Straczynski pugna con mucho acierto por conciliar esas dos visiones, la más clásica y la más moderna, la del superhéroe puro con la de uno inmerso en la desconfianza contemporánea. Y resulta curioso que Straczynski, que en esta tercera entrega de esta epopeya recurre al fin a Zod, cruce tantas veces por el camino que transitaba El Hombre de Acero, la película de Zack Snyder, encontrando lugares comunes y claras divergencias. Snyder claramente quiso colocar su filme entre esas nuevas versiones oscuras del héroe más brillante de todos los tiempos, y Straczynski busca lo mismo. Comparten aciertos, pero Straczynski consigue escapar a los errores de Snyder, siguiendo una línea que ya había trazado en las dos primeras novelas gráficas de esta serie. Pero es interesante ver estas dos visiones, y otras muchas, como dos caras de la misma moneda. A veces incluso la misma cara.
A Straczynski hay que agradecerle que esté creando una continuidad apasionante que sortea el entendible malestar del aficionado por tener que regresar una y otra vez al origen y los primeros días de un personaje, pero también que al mismo tiempo dote de identidad y de estructura más o menos cerrada a cada uno de los episodios de su saga. De esta forma, este tercer volumen de Tierra Uno es aceptable tanto como puerta de entrada a este universo alternativo como a la lectura como continuación de los dos anteriores, a los que se hace las alusiones necesarias para entender su continuidad pero sin ralentizar o estorbar. Aunque se le pueda reprochar algún momento excesivamente simplista (la internada de Lisa en el apartamento de Clark), lo que el escritor maneja son conceptos muy interesantes, los de Superman como protector global, los límites que debe tener su acción (y ahí es brillante el papel de nexo con la humanidad que se da a Lois), pero también el duelo fratricida que se establece con Zod, o detalles aparentemente más secundarios con respecto a esa trama central (como el interés romántico de Lisa o el papel de Lex y Alexandra) pero que resultan capitales no sólo en la historia a largo plazo que está construyendo sino también en la resolución concreta de esta novela gráfica. Straczynski mezcla una enorme precisión con algún momento no tan logrado, pero el resultado final es bastante bueno.
Para esta tercera entrega de Tierra Uno, Shane Davis deja paso en los lápices a Ardian Syaf. Y el resultado es igualmente elogiable. Syaf se maneja muy a gusto en todos los niveles que exige la historia. La espectacularidad se manifiesta no sólo en las escenas de acción, sino también en la entrada en escena de los personajes más poderosos o los momentos emocionalmente más impactantes. Con su trazo, todos los protagonistas tienen una enorme personalidad, no sólo Superman y Zod, sino también, y de forma muy intensa, el reparto femenino, la belleza inocente de Lisa, la fortaleza profesional de Lois o el intelecto juguetón de Alexandra. Syaf, como Straczynski, maneja con habilidad los conceptos más clásicos del personaje con los más actuales, y por eso el resultado entra muy fácil por los ojos, sin que se eche de menos a Davis, que es quien fijó con mucho acierto el estilo de esta historia alternativa. Tierra Uno sigue acarrerando el lastre de ser la historia de siempre contada de otra forma. Pero Straczynski es hábil y sabe introducir cuestiones que amenizan la lectura, que sorprenden, que cambian el ritmo. Siaf, por su parte, le da una forma casi modélica, respetando la esencia de Superman y de su mundo pero dándole su interpretación personal. Puede que tenga menos trascendencia de la que le gustaría, pero este es un muy buen tebeo del Hombre de Acero.
DC Comics publicó originalmente el tercer volumen de Superman: Earth One en febrero de 2015. El contenido extra es un portafolio de bocetos e ilustraciones de Ardian Syaf.