Guión: Kieron Gillen.
Dibujo: Salvador Larroca.
Páginas: 32.
Precio: 2,50 euros.
Presentación: Grapa.
Publicación: Julio 2015.
Leyendo este tercer número de Darth Vader se entiende mucho mejor por qué Kieron Gillen decidió empezar la serie con los dos que ya hemos leído. Aquellos eran clásicos, invitaciones inmediatas a recordar al Lord Sith de la gran pantalla gracias también al espléndido dibujo de Salvador Larroca. El tercer es el que podría haber servido para arrancar la serie. Es aquí donde empieza de verdad la historia que parece que nos va a contar. Pero hay mucho riesgo en la propuesta de Gillen. ¿Darth Vader uniendo fuerzas con una joven descarada, aventurera y restauradora de robots? Como poco, intrigante. Es pronto para juzgar si puede haber química entre dos personajes tan opuestos como esta Doctora Aphra que tanto bebe de Indiana Jones (habría sido más si Lucasfilm no hubiera vetado el sombrero que tendría que haber llevado en la primera escena de este número, homenaje indudable a En busca del Arca perdida) y el propio Vader, pero hay que reconocer que su primer encuentro es atractivo. Quizá demasiado alejado de unas expectativas más generalistas, precisamente las que satisfacían los dos primeros números, pero desde luego con la capacidad de explorar caminos diferentes para uno de los villanos de la ficción popular sobre los que más se ha escrito. Y si funciona tan bien de momento es porque el choque de diferentes no saca a ninguno de los dos personajes de sus propios terrenos.
Claro está, eso importa mucho más en Vader, porque es el protagonista pero sobre todo porque es el personaje sobre el que todo lector que llegue a esta serie ya tiene unas ideas preconcebidas. Y Gillen las respeta. Larroca se lo pone en realidad muy fácil porque su Vader sigue siendo magnífico e icónico, como todos los referentes que captura de la saga cinematográfica. Ahí destaca sobre todo el androide de protocolo que incluye en estas páginas, una especie de versión oscura de C-3PO. Larroca sufre algo más con el movimiento de los Droidekas, pero lo compensa con su magnífica puesta en escena, sus grandes escenarios de ciencia ficción (está destacando mucho con los planos de las naves en el espacio) y una magnífica presentación de Aphra, cuyo lenguaje corporal y gestual compensa con creces la impasibilidad que por fuerza ha de mostrar el enmascarado Sith. Si alguien ha prescindido de las dos primeras entregas de Darth Vader, tiene en la tercera una perfecta ocasión para reengancharse a la serie, porque parece evidente que la sinergia entre Vader y Aphra va a ser protagonista de unos cuantos números. Y la entrada en esa nueva fase no es nada mala. De momento, nada iguala lo conseguido en el primer número (aquí, su reseña) precisamente porque cumplía con todos los sueños de cualquiera aficionado que quisiera ver un tebeo de Vader. A partir de aquí se construyen sueños nuevos a los que hay que dar tiempo para madurar.
Marvel Comics publicó originalmente el tercer número de Star Wars: Darth Vader en marzo de 2015. No tiene contenido extra.