‘Yonqui de la guerra’, de Joe Sacco

Editorial: ECC.

Guión: Joe Sacco.

Dibujo: Joe Sacco.

Páginas: 136.

Precio: 13,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2015.

No se puede negar que la simple presencia del nombre de Joe Sacco ya implica una forma de recibir cualquiera de sus tebeos de una forma especial. Es una leyenda, es el hombre que ha conseguido mezclar el cómic y el periodismo de una forma única. Su simple mención ya invita a pensar que el libro que tenemos entre las manos, cualquiera de entre su bibliografía, es algo especial. Yonqui de la guerra lo es, pero hay que hacer algunos matices a esa consideración. La primera, en realidad la esencial, es que estamos ante obras de Joe Sacco que vieron la luz antes de que Joe Sacco alcanzara el estatus del que hoy disfruta. Y se nota, porque las historias que recopila este volumen no son tan maduras como, por ejemplo, Palestina. Incluso por momentos cuesta enlazar el Joe Sacco que tenemos en la cabeza con el de algunas primeras historias de este libro, con la alucinógena En compañía de melenudos, la experimental Cómo me gusta la guerra o la muy personal Una experiencia desagradable. Pero la genialidad de Sacco, ya atisbada ahí, explota en Cuando a la gente mala le ocurren bombas buenas y, sobre todo, Más mujeres, más niños, más rápido, el relato en el que se ve con mucha más claridad el afán documental de Sacco y que resume lo indispensable de este título para los seguidores de su autor.

Lo que está claro es que Yonqui de la guerra no es una obra fácil de leer. No lo es porque Sacco juega con estilos muy diferentes, buscando en ocasiones rincones del cómic independiente norteamericano propio de Robert Crumb, arriesgadas composiciones de páginas o el documental más puro. Es verdad que Sacco cumple con la premisa básica de contar las historias en primera persona, convirtiéndose él mismo en personaje de varias de sus historias y, cuando no, pasa a ser un espectador más de la realidad. En compañía de melenudos y Cómo me gusta la guerra, además del epílogo del libro, Mi día libre, forman parte de lo más arriesgado, psicodélico y personal del autor. Es donde se salta la cuarta pared para convertirse a la vez en narrador y parte de la historia. Forma parte también de Una experiencia desagradable, pero su rotundamente diferente composición narrativa hace que este segmento se aleje de los anteriores. Se acerca de alguna manera a la crónica periodística que compone en Cuando a la gente mala le ocurren bombas buenas, una recopilación de frases reales acompañadas por un único dibujo por página y un cinismo de una contundencia feroz. Y Más mujeres, más niños, más rápido, probablemente el relato de narración más accesible es, quizá por eso, el que convence con más rapidez.

Si Yonqui de la guerra es en lo narrativo un compendio de las diferentes formas que tiene Sacco para contar una historia, en lo visual es directamente un catálogo de habilidades que quita la respiración. Incluso sin ser historias de madurez, impresiona la forma en la que Sacco arriesga, en cómo compone cada página en función de las necesidades que quiere cubrir en cada relato, de como apuesta por enfoques diferentes, con puntos de vista a veces muy difíciles de asimilar pero que dejan un poso, un impacto, y con un manejo versátil del blanco y negro en que están impresas todas las historias de este recopilatorio. Y da igual que su estilo tienda más a la caricatura cumbriana como hace en En compañía de melenudos o que apueste por un mayor realismo como en Cuando a la gente mala le ocurren bombas buenas, siempre consigue que haya una clara conjunción entre el texto y el dibujo. Yonqui de la guerra, probablemente por ser una obra menor en algunos sentidos y por su propio carácter episódico, no sea el título del que mucha gente se acordará cuando tenga que resaltar la figura de Joe Sacco. Pero lo cierto es que aquí se atisban o incluso se ven muchas de las inquietudes que han hecho de él un grande del cómic contemporáneo. Y es que todos los genios tuvieron unos inicios. Explorarlos ayuda a entenderles, y ese es el valor fundamental de este libro.

Fantagraphics publicó originalmente War Junkie en diciembre de 1997. El único contenido extra es una introducción de Enric González.