CÓMIC PARA TODOS

‘Gotham Central’ 1, de Ed Brubaker, Greg Rucka y Michael Lark

gotham_centralEditorial: ECC.

Guión: Ed Brubaker y Greg Rucka.

Dibujo: Michael Lark.

Páginas: 240.

Precio: 23 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Abril 2015.

Cuando uno lee, recupera o descubre obras como Gotham Central, asombra el desprecio sistemático que algunos autores, críticos o eruditos proclaman sobre el cómic mainstream de superhéroes. La razón es evidente. Cuando uno lee Gotham Central, descubre las inagotables posibilidades que tiene el cómic mainstream de superhéroes para contar grandes historias. Como cualquier otro género o medio. Ed Brubaker y Greg Rucka son espléndidos escritores, y por esa razón ellos no entienden el género o el mercado editorial como una limitación. Por eso pueden hacer una maravilla como Gotham Central para que Michael Lark la dibuje con un estilo sucio y feo pero también realista, como la misma ciudad que acoge estas historias. Gotham Central, es por tanto, una formidable aproximación al mundo de Batman, más una presencia que un protagonista aunque tenga sus momentos decisivos en los diferentes arcos argumentales, pasada por el filtro de Canción triste de Hill Street, la mítica serie de televisión. En el cumplimiento del deber, Motivo y Doble vida, las tres historias con las que arranca la serie, son extraordinarias muestras de lo que se puede hacer con universos de ficción como el de Batman. La última de ellas, además, es una historia que sobresale por derecho propio entre los grandes cómics norteamericanos de las últimas décadas. Así, sin más.

El simple planteamiento de la historia es ya, por sí solo, brillante. La idea es que Brubaker y Rucka se repartan los turnos de la policía de Gotham, con personajes propios. Los dos escritores comienzan juntos la serie, Motivo lo escribe Brubaker y Doble vida se lo queda Rucka. Y así, con ese esquema, pocas series modernas pueden ofrecer como esta una sensación tan intensa de que mejora número a número. Gotham Central es todo lo que Gotham, la serie de televisión, no ha sabido ser partiendo de una base parecida. El cómic no indaga en un tiempo anterior a Batman, personaje al que aprovecha de una forma sencillamente magistral, y también tiene una figura protagonista tan marcada como la de Jim Gordon en la pequeña pantalla, pero ambas quieren ser un retrato de la Policía de Gotham. Sobra decir ya que Rucka y Brubaker no sólo entienden la ciudad, el cuerpo, a los personajes y el universo en el que se mueven, sino que además transforman todo lo conocido para que les encaje. Hay supervillanos, pero al contrario de lo que sucede muchas veces en las historias de Batman no son ellos los que mandan. Mandan los policías. Las personas que llevan las placas. Por eso Doble vida es un relato tan inmenso e inmortal, muestra de que la homosexualidad puede ser mucho más que una herramienta de marketing cuando hay auténticos genios al mando de una historia.

Quizá la genialidad de Brubaker y Rucka no hubiera generado el mismo impacto con otro tipo de dibujo, y por eso hay que interpretar la elección de Michael Lark como otro enorme acierto. Con una gran economía de líneas, Lark consigue que el lector se vea transportada a esa Gotham oscura y siniestra, esa en la que hay asesinatos de gente normal, la que no tiene que ver con la interminable lucha de Batman contra su galería de villanos, a pesar de que tanto uno como los otros tengan una presencia maravillosa en la serie. Lark hace que cada mirada cuenta, que cada conversación tenga una trascendencia aún mayor de la que se siente que debe proceder del guión. Sus enfoques son siempre acertados, tanto cuando está tratando con esas personas que llevan placa como cuando tiene que interpretar la magnética presencia de Batman, de Mr. Frío, de Luciérnaga o de Dos Caras. Pero sobre todo destaca por la impresionante manera en la que dibuja a Montoya, el personaje que más transformó (y para bien) Gotham Central. Lark le otorga una mezcla de ira, tristeza y nobleza que pocos personajes han podido alcanzar. Cada viñeta en la que aparece es una pequeña maravilla. Es sólo uno de los motivos por los que Gotham Central es una serie tan extraordinaria, quizá uno de los más nimios si se quiere, pero uno más. Brubaker, Rucka y Lark crearon de esta manera una serie difícil de olvidar y que arrancó de forma inmejorable.

El volumen incluye los números 1 a 10 de Gotham Central, publicados originalmente por DC Comics entre diciembre de 2002 y octubre de 2003. El contenido extra lo forman una introducción del novelista Lawrence Block, las portadas originales de Michael Lark y un portafolio de bocetos del mismo ilustrador.

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Esta entrada fue publicada en 23 julio, 2015 por en Cómic, DC, ECC, Ed Brubaker, Greg Rucka, Michael Lark y etiquetada con , , , , .

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